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Editorial  |  06 mayo de 2019  |  12:00 AM

No al puerto de Tribugá

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La inclusión del proyecto del Puerto de Tribugá en el Plan Nacional de Desarrollo no deja de ser un acto demagógico. Lo es porque este proyecto carece de sentido para el país, aunque lo tenga para el departamento del Chocó, no para Caldas, Risaralda y Quindío, contrario a como ha sido presentado.

En el caso del Quindío, como también de Caldas y Risaralda, son suficientes los tres puertos que tiene Buenaventura, uno de ellos en aguas profundas, con capacidad para mover toda la mercancía que ingresa y sale del país y, por supuesto, de estos tres departamentos. Para el Chocó podría ser interesante el puerto de Tribugá porque contribuiría a su desarrollo económico, como lo han planteado los parlamentarios de la región, pero, igualmente, sería un entorpecimiento para su biodiversidad.

Pensar que un puerto es la solución económica de un pueblo en Colombia, es un error. El mayor número de mercancía, y, por tanto, de dinero de la economía internacional de Colombia se mueve por Buenaventura, sin embargo, es la población más pobre del país, que vive en condiciones más paupérrimas. De manera que los chocoanos no pueden ilusionarse con el puerto de Tribugá como solución y, por el contrario, deben defender su biodiversidad como principio de su desarrollo económico y social.

El puerto de Tribugá implica destruir la selva chocoana con una carretera que la atravesaría. Además, volvería añicos la bahía y espantaría su principal atractivo, las ballenas jorobadas, que llegan allí cada año en el más hermoso plan: hacer pedagogía de aprendizaje con sus ballenatos.

El puerto de Tribugá haría desaparecer muchas especias nativas, de aves, mamíferos, anfibios, peces y también de flora. Por eso, es deber de la comunidad, de los políticos y de los propios gobiernos territoriales defender la biodiversidad y no comprometerse con el adefesio de un puerto. Colombia tiene los suficientes puertos: cuatro en el Pacífico: tres en Buenaventura y uno en Tumaco; y 7 en el Atlántico: 3 en Cartagena, 3 en Santa Martha, 3 en Barranquilla y uno en La Guajira. Además, se construye uno más en el Urabá antioqueño. Realmente estamos saturados de puertos. Lo que debería hacerse es convertirlos en terminales más funcionales y competitivos, en vez de comprometerse en uno más, que causaría un daño ambiental irreparable.

El puerto de Tribugá le competiría al de Buenaventura, lo que provocaría que ninguno de los dos fuera rentable. Hay que competir, pero no entre nosotros, sino con los otros puertos del Pacífico, en Ecuador y Perú.

En hora buena, el departamento del Quindío no quiso asistir con los gobiernos de Risaralda, Chocó y Caldas a la reunión de promoción del puerto de Tribugá, seguramente pensando en su compromiso de defensa del medio ambiente, que ha asumido el mandatario seccional Carlos Eduardo Osorio.

No necesitamos otros puertos, es suficiente con Buenaventura, al que tenemos acceso por una carretera que cada vez se mejora más, además de una línea férrea que puede ser objeto de reconstrucción. Estamos a 4 horas de Buenaventura por carretera, desde nuestra zona franca.

De manera pues que el Quindío debe sumarse a las voces nacionales e internacionales de NO al puerto de Tribugá, en defensa de la biodiversidad del Pacífico colombiano.

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