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Columnistas  |  19 mayo de 2019  |  12:00 AM |  Escrito por: Juan David Escobar Cubides

Hay que militarizar las comunas de Medellín

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Juan David Escobar Cubides

Analizando la realidad de la comuna 13 en Medellín constatamos que la situación es precaria, dado que existen estructuras criminales altamente fortalecidas con bandidos, armas y muchísimo dinero. Lo que nos lleva a pensar que combatirlas requiere de acciones más contundentes, diferentes a las que hasta ahora ha desplegado la fuerza pública. Sin contar la infinidad de capturas que se han presentado, pero que resultan ineficaces ante el universo jurídico, toda vez que las autoridades carecen de elementos probatorios para judicializar al criminal. ¡Está jodida la cosa! 

Y es que padecer más de cinco combos dentro de una misma comuna es un problema mayúsculo, tal y como ocurre en la 13, ya que ello exige por parte de la policía un plan de persecución impecable y articulado con el ejército para neutralizar a los bandidos. Pero, la tarea no es sencilla, mucho menos con los hechos que últimamente se han venido presentando. No siendo poco, en la comuna 12 ocurre algo semejante, puesto que en este sector, de lo que va corrido del año han sido asesinadas 24 personas, convirtiéndose en la tercera zona de la ciudad en donde más hechos violentos se presentan.

Para la muestra un botón: tristemente presenciamos como asesinaron por el barrio Cristóbal a un joven con un futuro promisorio en el fútbol. Lo más detestable del asunto es que, al parecer se trató de un crimen por “equivocación”, lo que agrava muchísimo más la situación: ahora ya van encendiendo a bala al que sea, sin importar si es o no es. ¡Miserables asesinos!

Por otra parte, en las comunas en donde han ocurrido más homicidios son: La Candelaria (comuna 10), con 33 muertes; La América (comuna 12), con 24 crímenes; San Javier (comuna 13), con 23 asesinatos; el corregimiento de San Cristóbal, con 20 y Robledo (comuna 7), con 19 asesinatos. Cifras que, de lejos, son alarmantes y repugnantes. Las balas callan voces, apagan ilusiones, destruyen familias y condenan a nuestros jóvenes, porque son estos quienes fungen como conejillos de indias de los verdaderos bandidos.

¿Qué se puede hacer al respecto? Lo primero, incrementar el pie de fuerza y hacer uso de los militares más especializados para derrotar a las estructuras fuertemente organizadas. Dicho trabajo debe articularse con la policía metropolitana, donde a su vez se dé apertura a una red de apoyo ciudadana para recuperar la confianza entre el conglomerado social. Una de las finalidades primordiales del Ejército Nacional es la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional. Tal cual, presenciamos que lo anterior se está viendo gravemente lesionado por estructuras bastante fortalecidas. Además, es menester quitarles la renta y el dinero; ese es el camino para destruir a tantos pillos.

Ahora bien, lo segundo debe consistir en profundizar con mayor rigor y compromiso sobre programas sociales de deporte, arte, recreación y cultura para que nuestros jóvenes no se vayan a delinquir, pues hay que mantenerlos ocupados y ello no lo logramos únicamente con la oferta educativa. Hay que ir más allá. Verbigracia, debemos replantearnos la conveniencia de instaurar una jornada única escolar que sea integral con lo ya descrito.

 

@JuanDaEscobarC

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