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Cultura  |  19 julio de 2019  |  08:01 AM |  Escrito por: Robinson Castañeda

Cuentos para alimentar el alma este fin de semana

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Nacido en Meneses, Cuba, y proveniente de una familia que él mismo define como convencional, Aldo Méndez, cuentero de oficio y vocación, realiza en el Quindío una gira con lo mejor de su talento artístico y narrativo, llevando más que historias, una filosofía para la vida que alimenta el alma.

Residente hace dos décadas en España, la mayor parte del año Aldo se la pasa viajando por el mundo contando sus historias y las de otros. Pero su proyecto va más allá de las palabras, pues también tiene un compromiso social con el futuro y es impartiendo talleres a niños y jóvenes, y haciendo gestión cultural donde recibe una satisfacción que para él tiene un valor humano incalculable, muchas veces más que el dinero.

En El Quindiano estuvimos conversando con este destacado artista que con su alegría caribeña embarga en cada presentación a sus espectadores.

El Quindiano: ¿Qué lo trae de viaje al Quindío?

Aldo Méndez: Me traen los cuentos y la gestión de mis amigos del grupo de arte y cultura Nakarópari. Ellos han organizado una programación que incluye también las propuestas para niños y adultos junto con un espacio de formación donde utilizamos la narración oral como un elemento instrumental,en el que trabajamos recursos expresivos y comunicativos.

El Quindiano: ¿Por qué es importante la narración oral y su tradición en la educación de América Latina?

Aldo Méndez: Más allá de lo que se dice en los foros y que se reduce al contenido del cuento, el gran valor de la narración oral es que genera y construye espacios de relación afectiva. Le permite a los niños y jóvenes hacer resonancias con los miedos, esperanzas y frustraciones. Los cuentos cuentan lo que somos en realidad. Hurgan la esencia misma del ser humano y de manera horizontal comunican.

El Quindiano: ¿Cómo es su formación artística como cuentero?

Aldo Méndez: Soy filósofo. Estudié hace muchos años en Moscú y luego ejercí mi profesión un tiempo en la universidad, pero los cuentos ya estaban ahí pululando. Cuando comencé a contar cuentos tomé talleres iniciales en Cuba y poco a poco otros estudios relacionados con dramaturgia, puesta en escena, voz, dicción y expresión corporal.

También he realizado cursos de creatividad, libre expresión, metodología de intervención cultural, esto para saber llevar y enfocar lo que se pretende hacer con esa herramienta artística.

El Quindiano: ¿Qué tal es tener en el arte de la cuentería un estilo de vida?

Aldo Méndez: Es un ejercicio de libertad que trae todos los riesgos que supone decidir por ti mismo. Es una incertidumbre rica porque en ella encuentras la manera de tejer redes. Yo vivo itinerante y visito entre siete y nueve países al año. En algunos la cuentería es muy rentable y en otros no lo es a nivel económico, pero a nivel afectivo y humano si, y bastante.

El Quindiano: ¿Cómo se retroalimentan los niños y jóvenes que participan en sus talleres?

Aldo Méndez: Lo que intento es crear con los chicos un espacio de comunicación afectiva. Horizontalizar, si me permite la palabra, el vínculo. No busco ser ese adulto que todo lo sabe. Me gusta enseñar y hacer que ellos puedan hablar cara a cara con el padre, el abuelo, todos esos referentes morales, afectivos, éticos, pero sin añadiduras. Con voz propia y compartir la historia de vida.

Al final el hombre cuenta sus historias para hacer trascender su especie. Sin duda hay una propuesta filosófica, pero es el estudiante es el que la asimila como un juego y cada quien escucha lo que necesita y pretende no lo que yo quiero que escuchen.

El Quindiano: ¿Se trabaja mucho la empatía?

Aldo Méndez: La clave del oficio es la empatía y el gran error es la simpatía. Si pretendemos hacer que todo el mundo se ría todo el tiempo, si le tenemos miedo a los silencios, a los suspiros, a los ojos mojados asumiendo la filosofía de que los hombres no lloran y otros estereotipos, estamos haciendo moralidad y esa es la que nos ata de pies y manos porque tenemos miedo de decidir por nosotros.

El Quindiano: ¿Qué esta leyendo?

Aldo Méndez: La risa carnal, que son cuentos eróticos de la tradición oral de España.

El Quindiano: ¿También escribe?

Aldo Méndez: Juego. Me parece que es uno de los grandes problemas que hay que discernir. Hay oficios y profesiones. La escritura es un instrumento y escribir, hablar o hacer literatura no es lo mismo. Muchas veces pretendemos ser escritores cuando no lo somos.

Escribo cosas que funcionan, pero no lo hago desde el oficio rígido y sistemático. Solo lo hago cuando tengo ganas y este oficio de la cuentería me ha permeado mucho, algo que en realidad me encanta.

El Quindiano: ¿Qué más le gusta del arte?

Aldo Méndez: La danza contemporánea es fascinante. La belleza del cuerpo tiene una carga poética y sensual inigualable. La música también me gusta mucho y he descubierto desde el sentir que ahora tiene otro significado para mi.

Pienso que en lo relacionado con todo lo que tenga que ver con el arte en general debemos abrirnos más. No intentar comprendernos sino permearnos de esas manifestaciones. Sentirlas.

Aldo Méndez se estará presentando hoy viernes con su show denominado Cuentos para saborear con el alma. Hora 7:00 p.m. El lugar escogido es en Lunadas de Kimara Yoga, ubicada en la calle 4 norte # 13 -58, Armenia.

Mañana sábado el artista realizará su presentación llamada Ser o No Ser. El sitio es la escuela taller itinerante Casa Dos, a las 7.00 p.m.

El domingo finalizará su gira en el Quindío con Cuentos para ser uno mismo. El evento se ha programado para las 7:00 p.m. en el restaurante Tierra Querida, en el kilómetro 1.5 vía Filandia.

Para compra de boletería y mayores informes sobre la gira, los interesados se pueden comunicar a los teléfonos 310-464-94-40 y 301-208-12-05.

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