Después de muchos años de utilizar mis redes sociales para compartir con mis contactos algunas fotos personales, artículos de opinión, videos, memes, entre otros, debo confesar que nunca he medido el impacto de mis comentarios por considerar que son mis opiniones que en todo caso definen mi forma de ver y vivir la vida, seguramente que acertada para algunos y desafortunada para otros. Dicho lo anterior, en días pasados recibí de parte de uno de los “amigos” de Facebook un comentario que me dejó perplejo luego de publicar en mi muro las mentiras de campaña del presidente Duque….”Comunista de mierda, vete para Venezuela” o “Guerrillero Castro chavista”, “Cómplice de violadores de niños” o el más suave “Mamerto” ( sigo sin entender que significa este último) me escribió, que no difieren para nada de los comentarios e insultos que les hacen a quienes defienden al gobierno actual o al ex presidente Uribe del tipo “Paraco” ,“Asesino” ,“Motosierra”.

Y me pregunto a qué hora llegamos a éste estado de polarización tan crítico en Colombia? Quienes son los culpables de ésta división tan dramática? Hay solución para este fraccionamiento popular? A lo primero pienso que si bien es cierto siempre ha existido en el país una clase dirigente corrupta gobernando a los Colombianos que han visto en el servicio público la oportunidad para enriquecerse a costa del bienestar de todos produciendo con ello unas inmensas desigualdades sociales, no lo es menos que en la década de los setentas cuando empezó el narcotráfico hacia los Estados Unidos y Europa, muchos males se apoderaron de nuestro país, pasando de tener una población con principios, con ética y con moral a una sociedad corrompida por el dinero fácil. La llegada de inmensas cantidades de dinero a nuestra economía ocasiono una desgracia descomunal en todos los aspectos pues sus redes permearon todo, instituciones, política, justicia y hasta las entrañas de millones de hogares que vieron cómo se pasaba de la más absoluta miseria a manejar cuantiosas sumas de dinero que produjeron un desequilibrio de la economía sin precedentes. Es así como guerrilleros y paramilitares vieron en el narcotráfico la oportunidad de obtener inmensas cantidades de dinero asociándose con las bandas que producían estos productos ilícitos, trayendo consigo el asesinato, la violación, el desplazamiento forzado, la desaparición de una parte y el abandono estatal en todas esas regiones de otra.

A lo segundo pienso que en términos generales todos tenemos nuestra culpa pues esa clase dirigente desde siempre ha hecho lo que ha querido con el pueblo Colombiano y nosotros no hemos tenido la actitud crítica frente a nuestros gobernantes ni frente a nada pues nos enseñaron a obedecer pero no a desobedecer, no a cuestionar, no a protestar por lo que creemos está mal o es injusto, y en términos particulares, Petro, Uribe y Santos que han sido protagonistas en los últimos 20 años de la política, han contribuido enormemente a la polarización de nuestro país pues los dos primeros fungen como caudillos y sus seguidores como furibundos defensores de todo lo que diga o haga su líder independientemente de si está bien o mal y el tercero porque hizo lo que había que hacer con el proceso de paz, que defendí y defiendo, pero con enormes errores que le dieron a la oposición la oportunidad de elegir el actual gobierno que a pesar que no vote por él, confieso, muy en el fondo guardaba la esperanza que lo hiciera bien porque nos iría bien a todos los Colombianos pero que de acuerdo con las cifras de desempleo, crecimiento económico, medio ambiente, asesinatos selectivos de líderes sociales sin igual a nivel mundial, etc., vamos de mal en peor. Hoy protestar en Colombia para exigir que no roben más, que haya mejores salarios, que no sigan matando a nuestros líderes sociales, o algo tan obvio como la protección de nuestros recursos naturales y el agua significa que eres un antisistema, “un ñero”, alguien que no es “una persona de bien”. Y a lo tercero, pienso que aunque todo está oscuro, siempre habrá un nuevo día, que sí hay solución, que hay esperanza y que no hay que tenerle miedo a morir y cambiar, a reinventarse a buscar otras opciones pues la vida es maravillosa y siempre nos ofrece muchas oportunidades. Matemos esa sociedad mezquina, obediente y cómplice y renazcamos en una solidaria, crítica y libre.