Llega el viento fuerte proveniente del desierto y por la confusión de que todos corren para refugiarse o escapar, Teresa, una mujer de 54 años, cae en la cuenta de que su bolso se quedó en la casa rodante donde minutos antes estaba midiéndose un vestido que un comerciante intenso quería venderle a como diera lugar.

Entonces su cara lo dice todo. ¿Cómo pudo olvidarlo? Preocupación y angustia ahora son su compañía en un viaje imprevisto por recuperar lo único que le queda después de tomar la decisión obligada de cambiar la rutina de más de 30 años para empezar de cero.

En su afán por encontrar sus pertenencias, pregunta por el conductor de la casa rodante pero parece que a él también se lo tragó el desierto, pues nadie da razón. Desde ese mismo momento en donde el viento puede tomarse como una metáfora de la vida de Teresa, ya que destruye todo a su paso y solo queda en pie lo que está bien construido para volver a empezar, nos quedamos como pasajeros en un Road Movie de lo más poético, contemplativo, romántico y hermoso del cine latinoamericano actual.

En esta producción hecha entre Argentina y Chile, vamos a la velocidad de la tortuga disfrutando del paisaje con unos planos exquisitos que dejan ver distancias del desierto que se pierden ante nuestra mirada. Una postal equilibrada con el bello azul del cielo casi despejado.

Y los personajes que van llegando en el camino de la protagonista, lo hacen de paso pero con la fuerza justa para no desequilibrar la balanza. Son como coches que van y vienen por la carretera de la historia y nada más. Aunque no todos lo hacen claro, tenemos a "El Gringo" quien es el otro protagonista de lo que se cuenta aquí.

El Gringo es un hombre carismático, charlatan, amable y solitario. Que transita por esos lugares extensos de ese desierto, dejando amigos en cada parada que lo aman como a un hijo o un hermano. Es un cuidador incondicional con instinto de padre que decide adoptar a Teresa para protegerla y así, fuerza y debilidad conforman una de las mejores parejas de los últimos años en nuestra filmografía latina.

Como les decía, él es un tipo astuto y sobre todo romántico que tiene siempre el comentario preciso para nunca desentonar. Y es de los que no se rinde tan fácil. El Gringo es ese nuevo amigo que hará lo imposible y un poco más para que el maletín aparezca y Teresa se quede donde comenzó toda la aventura de su nueva vida: En la nada.

Entre silencios incómodos y con la única compañía de una emisora provincial que suena en el radio del auto, estos dos personajes descubrirán sus pasados mientras que aumentan los kilómetros. Cada conversación los mostrará ante nosotros como lo que son, un par de solitarios que buscan reinventarse.

Se destacan en esta película el apropiado uso de los flashback como herramienta de evocación y aunque no son muchos, sin hacen un buen aporte a los interrogantes en la nueva vida de Teresa.

Otro buen recurso narrativo que le da un toque personal a esta producción y que fue idea del director de fotografía, es el desenfoque en el que están los personajes, menos la protagonista, el cual resalta lo que se quiere mostrar como importante en cada escena.

Por lo demás es impecable el sonido y aunque su tratamiento de arte es sencillo, sabe mantenerse estable conservando los más mínimos detalles que se enriquecen con el paso del tiempo.

La película "La Novia del Desierto", estrenada este año y que estuvo en la sección oficial en el Festival de Cannes, es la opera prima de las guionistas y directoras Argentinas, Cecilia Atán y Valeria Pivato, quienes acompañadas de un austero equipo de producción (no más de 20 personas) la sacaron del estadio haciendo una obra inolvidable y referente moderno del séptimo arte.

Este relato nos demuestra una vez más, (como si una sola no fuera suficiente), que el buen cine no es de grandes estructuras ni presupuestos. Las mejores historias son el resultado de una alquimia casi perfecta, para este caso respresentada en fotografía, arte, guion, excelentes actores y una acertada dirección, sin dejar de lado el papel de los productores que trabajaron hombro a hombro en la construcción de la trama.

Es un trabajo que resulta ser toda una lección de vida, aunque no llegando nunca a la moraleja ni mucho menos. Es sutil en ese mensaje imperceptivo. Una oda a la esperanza de que en la vida nada es tarde ni siquiera el amor. Es todo un postre que se devora en 85 minutos dejándonos una tenue sensación que haber quedado iniciados. De querer más de los personajes y sus aventuras, pero como dicen por ahí, los buenos perfumes vienen en estuche pequeño.

Año 2017// Duración: 85 minutos// País: Argentina// Director: Cecilia Atán, Valeria Pivato // Guion:Cecilia Atán, Valeria Pivato// Música: Leo Sujatovich// Fotografía: Sergio Armstrong// Reparto: Paulina García, Claudio Rissi // Productora: Ceibita Films / El Perro en la Luna / Productor asociado: Haddock Films.