El acto seguramente se llamará de otra manera: celebración, entronización de la escultura que presidirá el mausoleo, terminación de obra…, pero los amigos del maestro Gustavo Álvarez Gardeazábal, y él mismo, están felices diciendo que lo que se hará es la inauguración de su tumba en el Cementerio Museo San Pedro, de Medellín. El acto será el próximo 26 de noviembre.

Gardeazábal había dicho que sus restos descansaran en el sueño eterno en el cementerio Libre de Circasia, enterrado parado, de pies, como un reflejo de su vida: la libertad, y que jamás se arrodilló frente a nadie. Sin embargo, los directivos del cementerio Libre, recientemente le anunciaron que su tumba ya no estaba ‘separada’, ni mucho menos reservada, como él creía en vida del fundador de este campo Braulio Botero. Desde entonces, Gardeazábal anunció que lamentaba no quedar ‘enterrado’ en Circasia.

Ahora, se anuncia que será sepultado, cuando muera, “y el día esté lejano”, en el cementerio Museo San Pedro, de Medellín, con inauguración oficial de su tumba. Que se sepa por estos lados, por primera vez en la historia universal alguien inaugura una tumba. Tal vez los faraones egipcios inauguraron sus pirámides, y tenían motivos. Eran obras públicas para perpetuar sus mandatos. Pero que en Colombia inauguren tumbas, esta es la primera vez. País de la muerte, la locura de los paisanos da para todo.

De cualquier manera, el Cementerio Museo San Pedro y los organizadores del acto están felices porque ese parque, con el traslado de los restos del maestro don Tomás Carrasquilla y la construcción del nicho del autor del clásico de la literatura americana Cóndores no entierran todos los días, junto al panteón del no menos célebre radical Jorge Isaacs, sigue consolidándose como el más bello y visitado camposanto de Colombia.

Será la noche de luna llena del martes 26 de noviembre, a las 6 de la tarde. Desde entonces, el alma de Gardeazábal empezará a recorrer los pasillos del Cementerio de los ricos de Medellín, con sus diatribas cotidianas contra el poder y la malquerencia de los políticos que lo han atormentado en vida.

Requiescat in pace, Maestro.