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Columnistas  |  17 noviembre de 2019  |  12:16 AM |  Escrito por: Aldemar Giraldo

Latinoamérica sacó las uñas

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Aldemar Giraldo

No se trata de una epidemia; es una enfermedad sistémica que viene atacando a la región hace tiempo; tiene signos patognomónicos inconfundibles que ayudan a precisar su diagnóstico y, por qué no, a señalar posibles caminos de salida.

Lo que pasa en Chile, en Ecuador, en Bolivia y en Haití tiene un hilo conductor: políticos desinteresados por las realidades de sus países, desigualdad, corrupción y abuso de poder que se perpetúa, acabando con la sensibilidad de las personas; es fácil observar el distanciamiento entre los gobiernos y los movimientos sociales. Se acentúa el problema al saber que América Latina es la región más desigual del planeta: 4 de cada 10 ciudadanos se encuentran en pobreza o en pobreza extrema.

La supresión de las desigualdades sociales ha fracasado, pues se ha tratado de combatir la pobreza, pero, sin reducirla de manera sostenida; se aplican paños de agua caliente cuando hay voces que claman en la plaza pública; después, las promesas y los acuerdos se entierran en el olvido; los gobernantes y los políticos desconocen la capacidad de lucha de los gobernados y hacen caso omiso de la información que poseen los ciudadanos de hoy.

Latinoamérica desperdició el momento en el cual sus materias primas, incluyendo los combustibles, presentaron precios insospechados y favorables para sus mercados internacionales; promovieron cambios ridículos y coyunturales, fueron ricos de pueblo; sin embargo, no ahorraron para después y se embarcaron en gastos descomunales de funcionamiento; las reformas tributarias no han tenido un rol redistributivo, no han provocado alivio en quienes menos ganan ni se han atrevido a gravar los ingresos y patrimonios más elevados.

Cuando el pueblo ha hecho uso del derecho a la protesta, se ha dado poca importancia al tamaño de la concentración, a las consignas y movilizaciones; la respuesta ha sido la fuerza bruta y, en la mayoría de los casos, un discurso oficial que demerita la lucha o la ve infiltrada por fuerzas oscuras.

Las principales causas de las manifestaciones en Chile son: la desigualdad, el alto costo de la vida, bajas pensiones, precios elevados de fármacos y tratamientos médicos y rechazo generalizado a toda la clase política; el detonante inmediato fue el alza en la tarifa del sistema público de transporte de Santiago, que entró en vigor el domingo 6 de octubre de 2019.Ante la fuerza del pueblo, el presidente ha presentado alternativas, incluyéndose  una nueva Constitución. Ya se le solicita dejar el poder.

Las protestas en Bolivia tuvieron como punto de partida la decisión amañada del Tribunal Electoral al determinar como ganador, en primera vuelta, a Evo Morales, el pasado 20 de octubre. Marcharon contra la reelección, por el respeto a la Carta Magna y en contrade la corrupción. Ante la fuerza del movimiento y el escaso apoyo de las Fuerzas Militares, Evo renunció y se asiló en Méjico.

Como consecuencia de las medidas de austeridad de Lenìn Moreno, en Ecuador, se ha desencadenado una grave crisis política; el pueblo se manifiesta en contra de la eliminación de subsidios a los combustibles al impactar directamente el precio de la gasolina y de muchos productos. Ya poco interesa el diálogo; se exigen cambios fundamentales en muchos aspectos de la vida ecuatoriana.

Estos focos en Latinoamèrica pueden ser referentes en los demás países; claro es que la problemática tiene elementos en común y pueden encender llamas inesperadas. Como decía mi abuela: “Dos gallos en el mismo corral cantan mucho y cantan desigual”.

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