El obispo de la Diócesis de Armenia monseñor Carlos Arturo Quintero López hizo una caracterización de los pobres del Quindío, de quienes dijo que no solo se trataba del habitante de calle. El obispo mencionó a los pobres vergonzantes que no se atreven a pedir; las familias desplazadas por el horror de la guerra; los niños y niñas huérfanos, explotados y abusados, sin papá y sin mamá; los jóvenes desorientados y desconsolados; las víctimas de las drogas y la prostitución; los adultos mayores marginados y olvidados de la sociedad; todas son la evidencia de la injusticia social.

Las aseveraciones las hizo el obispo en la homilía del domingo pasado, en la catedral La Inmaculada Concepción, con motivo de la 2ª Jornada Mundial de los Pobres. El pronunciamiento lo hizo en la misa celebrada para rendir testimonio a los pobres que se dieron cita en el templo para además recibir la atención de la Iglesia, en un desayuno que compartió con quienes menos tienen.

“Cristo escucha, Cristo interviene, Cristo redime. Cristo aconseja y Cristo salva”, recordó el prelado quindiano las palabras del Papa Francisco con motivo de esta jornada, y agregó: “Los Pobres nos evangelizan y nos ayudan a salvarnos”, explicando que cuando se entra en contacto con el dolor, cuando se entra en contacto con la carne viva del pobre que es Cristo sufriente despierta la sensibilidad que ayuda a ser compasivo y misericordioso-

El Jerarca católico recordó su experimento cuando caracterizó a un habitante en situación de calle que permitió a muchos entender la sensibilidad y el compromiso con los pobres y reiteró su llamado a que haya una manifestación de ayuda y contribución.

Luego, en los alrededores de la Catedral, con la Diócesis de Armenia, los misioneros de la caridad, el ministerio de acción social, entregaron un signo de amor para con los pobres al compartir fraternalmente un desayuno, mientras que en otras parroquias hacían actos similares.