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Cultura  |  23 diciembre de 2019  |  12:41 AM |  Escrito por: Robinson Castañeda

La mirada de los condenados, un episodio a sangre fría en Cali

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Todos sienten que se ahogan. Están apretujados en el baño donde horas antes fueron llevados por sus secuestradores que inicialmente entraron solo a robar pero hubo un ligero cambio de planes.

En ese reducido espacio sofocados se encuentran 7 hombres y 2 mujeres y salvo uno de ellos, los demás son empleados de Diners Club, ubicado en el edificio Otero en Cali. Ellos se quedaron un tiempo extra para decorar la oficina con motivo de la navidad y así despejar la tensión laboral.

Durante el encierro tratan de entender qué está pasando pues todo ocurrió muy rápido. Quieren saber si los delincuentes se escaparon o siguen afuera requisando todo el lugar para ver si encuentran algo más que llevarse. En otra de las oficinas están amarrados y amordazados los vigilantes.

De repente en ese silencio suena un disparo y todos se estremecen. Algunas de las mujeres gritan y piden ayuda pero nadie escucha, es media noche. El sonido proviene de la sala general adonde minutos antes fue llevada Rosa por uno de los captores. Ella es la única de las empleadas que sabe la clave de la caja fuerte pero que al abrirse no tiene la cantidad de dinero que los bandidos se imaginaron. El botín es mucho menos.

Es el año 1984. El robo fue planeado por Jairo, que en la vida real se llama Jaime Serrano, ex vigilante de la entidad despedido por conductas inapropiadas. El delincuente está acompañado de James Rodríguez y Francisco Ruíz, este último un sicópata frio y despiadado. Un animal sin bozal. Una fiera que está dispuesta a matar por el solo hecho de ver caer un cuerpo. Es un adicto a ver derramar sandre. Ninguno de los asaltantes lleva capucha.

Después del disparo las víctimas no saben qué ha pasado con Rosa, con quien minutos antes discutían para saber por qué ella había salido con Jairo semanas atrás, mucho antes de ser despedido. Ahora desconocen dónde la tienen y tampoco hay respuestas. Parece que la suerte está echada y ninguno lo sabe. Son ovejas esperando a su verdugo.

La mirada de los condenados es una miniserie de 6 capítulos de media hora cada uno que se estrenó el pasado 2 de diciembre por el canal regional Telepacífico, que la produjo en compañía de la empresa Fidelio Films. Esta historia está basada en el libro del profesor Óscar Osorio y James Valderrama y en ella se narran los hechos ocurridos sobre la masacre en el edificio Otero, en el que funcionaba la oficina de Diners Club y donde murieron 9 personas y sobrevivieron 5.

Sin duda un hecho atroz que dejó marcada a toda una generación y que en esta oportunidad, con el propósito de hacer memoria, es adaptada de manera respetuosa para con los sobrevivientes y familiares de las víctimas, buscando así vencer el olvido de uno de los tantos casos de violencia absurda que tiene Colombia en su historia.

Esta producción goza de una excelente y acertada fotografía con una paleta de colores apropiada, que de la mano con el manejo de vestuario y ambientación nos trasladan a esa Calí de los años 80, pero sobre todo sirven de elementos para narrarnos sin palabras el devenir de los protagonistas, sus sueños antes del asalto, sus miedos y preocupaciones. Es en resumidas cuentas una tragedia con una carga sicológica enorme y pese a que son tantos los personajes que hay dentro de ella, deja que cada uno tenga el espacio en pantalla necesario para dejarnos conocer sus vidas.

Bajo la dirección de Fernando López, la Mirada de los Condenados es un trabajo de factura internacional en cuanto a manejo del lenguaje cinematográfico, porque no es contada como una telenovela de las que se puede olvidar fácilmente. No. Este es un producto sólido y definido con un excelente manejo de los planos y unas actuaciones convincentes, al igual que otros ingredientes ya mencionados que nos dejan ver que si se unen todos los episodios en uno solo, estamos frente a una obra maestra del largometraje colombiano contemporaneo, que aunque violenta por su naturaleza, esta no se aborda de forma explícita sino que deja mucho a la imaginación.

La Mirada de los Condenados nos asfixia como espectadores. Nos atrapa. Nos lleva dentro ese baño junto a las víctimas y nos pone a esperar y preguntarnos, no ¿qué pasará?, pues ya lo sabemos, sino ¿cómo pasará? Nos quita la esperanza de salir con vida de ese lugar. Nos hace partícipes y testigos de que nunca hubo una razón lógica para que todo ocurriera a sangre fría. 

Gracias a una alianza de Telepacífico con Semana.com todos los capítulos se pueden ver en el siguiente enlace:
https://www.semana.com/noticias/la-mirada-de-los-condenados/125850

Trailer:

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