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Región  |  24 enero de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Ecos del terremoto del 25 de enero de 1999

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Ecos del terremoto del 25 de enero de 1999

Por Germán Rojas Arias

Sábado 30 de enero de 1999

Negociantes de la muerte

Gobierno envía féretros

Decenas de cuerpos semi-descompuestos eran amontonados en camiones refrigerados, mientras el olor a muerte inundaba el coliseo cubierto de la universidad del Quindío, lugar donde fue improvisado el centro de recepción de cadáveres de Armenia, en donde se presentó un violento terremoto que dejó un número incalculable de víctimas y de pérdidas materiales.

A la entrada del depósito, los propietarios de funerarias se estaban haciendo ricos con el dolor ajeno ya que cobraban hasta un millón y medio de pesos por un ataúd.

Los negociantes de la muerte, si así se pueden llamar, llegaron desde las regiones más cercanas del Quindío con una buena cantidad de féretros para especular con los mismos sin importarles la grave tragedia por la que atraviesan los habitantes de la zona cafetera.

Ante la problemática el gobierno envió 1.000 ataúdes a Armenia por intermedio de la Red de Solidaridad, advirtiéndose por parte del presidente Pastrana enérgicas sanciones para quienes juegan de esta manera con la tristeza y el dolor de los demás.

Las quejas sobre la inoperancia de los cuerpos de rescate en Armenia, no se hicieron esperar y en medio de lágrimas los familiares narraron a los medios de comunicación la grave situación por la que estaban pasando para enterrar a sus seres queridos.

Los féretros enviados por el gobierno, para ser distribuidos gratuitamente, permanecieron por largas horas en la pista de aterrizaje del aeropuerto El Edén de Armenia a la espera de ser transportados al coliseo de la universidad del Quindío.

Según un funcionario de la alcaldía de la capital quindiana a los cadáveres se les estaba dando un retoque con cal para evitar la descomposición de los mismos.

LUNES 1 DE FEBRERO DE 1999

Los gatos de las siete vidas

Dos gatos, ayer domingo 31 de enero salieron con vida de los escombros del edificio Granahorrar en Armenia, ubicado en la carrera 15 entre calles 21 y 22.

Debajo de toneladas de escombros permanecieron seis días después del fuerte terremoto del lunes que dejó medio destruida la ciudad.

Los equipos de socorro al escuchar aullidos, encontraron en el edificio frente a Frisby, dos gatos vivos que según su aspecto tenían pocos días de nacidos.

Una plancha con hierros y concreto, movida por los equipos de auxilio mostró a los dos felinos que no se ubicaban ante la mirada satisfecha de los rescatadores quienes los levantaban anunciando que los adoptarán como un símbolo de vida.

Los dos gatos negro y amarillo estaban molestos por la luz del día, ya que llevaban 140 horas en medio de la oscuridad.

Socorristas de Hungría y que estaban colaborando en el rescate de personas anunciaron que adoptarán un gato y los bomberos de Pereira el otro, bautizados el primero Terremoto y el otro Milagro.

Los diferentes organismos de socorro buscan el milagro de la vida con el ánimo de encontrar personas, aunque las esperanzas disminuyen, de estos húngaros que participaron en el rescate y el otro por los bomberos de la ciudad de Pereira.

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