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Columnistas  |  01 marzo de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Elizabeth Pérez Pérez

CUANDO LA GENTE ESTÁ EN QUIEBRA, PERO LA ECONOMÍA VA BIEN

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Elizabeth Pérez Pérez

Cuando la mayoría de sus ciudadanos gozan de buena salud, están bien alimentados y vestidos; tienen empleo digno, pueden estudiar lo que les plazca y hasta irse de vacaciones, de inmediato pensamos en un país desarrollado, título que ahora ostenta Colombia, aunque casi ninguna de estas condiciones se cumplan para la gran mayoría de sus ciudadanos.

A partir de esta reflexión empecé a hacer cuentas. El Dane certifica según el último censo, que somos algo más de 48 millones de habitantes en el país. En cifras no muy exactas, unos 12 millones andan con la hoja de vida bajo el brazo, de empresa en empresa, van a agencias de empleo, aplican a ofertas por internet, y nada. Siguen sin empleo. Alrededor de 6 millones viven en las calles, vestidos de harapos y comiendo de las basuras. Otros, unos cerca de 8 millones deambulan como desplazados forzados por el país, en búsqueda de oportunidades para rehacer sus vidas.

Esas cuentas, así a la ligera, dan un total de 26 millones de colombianos, es decir, algo así como el 54 por ciento de la población, que llevan sus vidas con apenas lo suficiente para 'medio vivir', porque es así. Vidas a medias. Repletas de escasez, de necesidades insatisfechas, aunque plenas, muchas de ellas, de esperanza.

Sin embargo, este análisis quiero plantearlo desde la perspectiva de la economía de mercado y del empleo. Sin empleo, no hay ingresos. Sin ingresos, no hay consumo. Sin consumo, las industras quiebran, y pueden declararse en bancarrota. En el caso de las personas 'improductivas', puesto que según esta perspectiva económica no aportan ingresos que dinamicen la economía, la situación es diferente. No tienen opción legal para declararse en quiebra, y los pocos bienes que posean entran al listado de "embargables", en el que cabe incluso su propio nombre, pues el sistema los 'avienta' a Datacrédito, y las puertas se cierran en sus narices. Son tantos, cada vez más, que los cacelorazos de las últimas manifestaciones del Paro Nacional así lo evidencian.

La imposibilidad de declararse en quiebra de las personas naturales es un contrasentido, considerada la manera de contratación más frecuente en el país: las Órdenes de Prestación de Servicios, OPS, modalidad que obliga al contratista -valga decir, una persona natural-, a asumir todos sus pagos de seguridad social, cual si fuera una empresa. Pero exime al contratante -leáse empresa-, de todas sus responsabilidades laborales para con los empleados, ahora llamados 'prestadores de servicios'.

Ante esta perspectiva, y en caso de que fuera posible que las personas naturales se declaren en quiebra, de manera legal, Colombia se vería en aprietos, pues quedaría evidenciado que es un país inviable, por lo menos en términos económicos, y por lo tanto sociales. Entonces, el 'cacareado' país desarrollado que ahora nos quieren etiquetar ¿dónde está? ¿en qué lugar del globo terráqueo existe esa Colombia desarrollada? Esa Colombia es un país habitado por unos cuantos. La gran mayoría sigue en la búsqueda de oportunidades. O de un cambio de paradigma que nos lleve a una sociedad solidaria, donde la economía irrigue no solo dinero y bienes productivos sino bienestar social, basado en principios de solidaridad, compromiso humano-ambiental, cooperación y apoyo a emprendimientos. Y un crecimiento definido más en términos de ralización del ser, que del tener.

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