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Cultura  |  23 marzo de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

DOS CAMINOS COMUNICABAN LOS VALLES DE LOS RÍOS MAGDALENA Y CAUCA A MEDIADOS DEL SIGLO XVI.

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Por Álvaro Hernando Camargo Bonilla.

Miembro de número de la Academia de Historia.

Vigía del Patrimonio.

HISTORIA

Una pesquisa del documento llamado: “Camino de Santa Isabel., su historia conveniencia y practicabilidad y ventajas sobre los demás que atraviesan la cordillera Central”, editado en el año de 1888, permite conocer el argumento de un viejo litigio sobre caminos reales, entre la Real Audiencia del Nuevo Reyno, los cabildos de las ciudades de Cartago, Tunja y Tocaima, contra el de la de Ibagué y algunos de sus vecinos.

Dos caminos pasaban la Sierra Nevada del Quindío, y comunicaban el Reino de la Nueva Granada con la Gobernación de Popayán.

El primer camino (del “Páramo”) por la Sierra Nevada del Quindío, por el que transitaban los indígenas y más tarde por los españoles, era: el que partía del puerto de Hernando Montero en el río Magdalena, enfrente de la bocana del rio Piedras, (hoy Opia), pasando por Venadillo, Real de Minas de Bartolomé Frías Carvajal, y ascendía al páramo, cruzando por medio de los nevados (a la izquierda los de Tolima y Quindío y a la derecha los del Ruiz y Santa Isabel), descendiendo al antiguo pueblo de Quindío y de allí a Cartago.

Bartolomé de Frías Carvajal, vecino de Tocaima, dio reapertura a un antiguo camino, que principiaba en la canoa de Hernando Montero, a orillas del rio Magdalena, lugar donde vadeaban el río Magdalena, los viandantes procedentes del Reino de la Nueva Granada con rumbo a la Gobernación de Popayán. Camino que se comenzó a transitar por indígenas, y españoles con sus arrías; ruta donde se empleaban cuatro jornadas, desde las orillas del rio Venadillo, pasando por el páramo del Tolima, la “cueva”, y llegar al antiguo pueblo del Quindío.

El camino que reabrió don Bartolomé de Frías Carvajal (llamado del “páramo), por sentencia contenida en una providencia de la Real Audiencia, fechada el 16 de mayo de 1567, prohibió el tránsito por el camino, obligando a los transeúntes a pasar por el camino del Quindío por Ibagué. Para su cumplimiento, hubo necesidad de nombrar Alguaciles con vara de justicia en el camino prohibido.

El segundo (del Quindío), que cruzaba por una depresión al sur del Quindío, partía de Cartago Viejo, por la orilla del curso del río Otún arriba, alto del Roble, Boquía, río Quindío, Cruz gorda, Alegrías, Magaña, Boquerón del Páramo., Tochecito, Tapias, el Moral, Ibagué.

Antonio González de Padilla, Alcalde Mayor del Nuevo Reino de Granada, el 31 de enero del 1562, decretó en la ciudad de Ibagué, la obligando a los encomenderos, a repartiesen la composición del camino del Quindío.

Melchor Valdés, Justicia Mayor de la recién fundada Ibagué, en compañía de los capitanes Miguel de Oviedo, Diego Ortega, Miguel de Morales, Alonso Ruiz de Sahajosa y Juan de Irusta; contrataron a los señores: Joanes de Leuro, Francisco Bernáldez, Pedro Navarro, y Antonio de Meneses, para abrir el camino de Ibagué a Quindío, que desde la canoa de Montero se empleaban seis jornadas.

Ante la prohibición del tránsito por el camino del “paramo”; comerciantes de Tunja tramitaron ante el rey Felipe II, la expedición de una Cédula real, con el propósito de obtener la franquicia de traslación por el antiguo camino, por donde comerciaban muchos bastimentos, ropas, mantas, y más de ochenta mil pesos oro al año, con la ciudad de Popayán. Arguyendo también, que vecinos tenían ventas, tambos y mesones en el camino, quienes se beneficiaban con los servicios de provisión de alimentación y otras cosas, que proveían a los arrieros y personas que transitaban por la ruta.

Después de un largo y dispendioso pleito ente la Real Audiencia del Nuevo Reyno y los cabildos de las ciudades de Cartago, Tunja y Tocaima, contra el de la de Ibagué, por motivo de los dos caminos, se logró resolver el pleito. Con fecha de 23 de noviembre del año 1568, se obtuvo respuesta, ordenando por Cédula Real, a presidentes e oidores de la Real Audiencia de Santafé, del nuevo Reino de Granada, la libertad para caminar por el camino que quisieren. [1]

[1] CAMINO DE SANTA ISABEL. SU HISTORIA CONVENIENCIA Y PRACTICABILIDAD VENTAJAS SOBRE LOS DEMÁS QUE ATRAVIESAN LA CORDILLERA CENTRAL. 1888 BOGOTA IMPRENTA DE VAPOR ZALEMEA HERMANOS. Editor, Enrique Zalamea.

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