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Columnistas  |  02 abril de 2020  |  12:00 AM

BIENVENIDA LA NUEVA ESCUELA

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El siglo XXI pone sobre la palestra una serie de retos en el que debemos de estar preparados para ellos, debido a la actual crisis de salud mundial afectada por el Covid-19 como resultado de un mundo global e interconectado, las dinámicas cotidianas cambiaron de forma drástica. Las diferentes cuarentenas promovidas por diferentes gobiernos del mundo llevaron de forma abrupta a tomar medidas extremas para evitar la propagación de este virus, razón por la cual pone en evidencia falencias enormes en los diferentes sistemas de salud, sistemas económicos, formas de vida y cultura, medidas ambientales y sanitarias e incluso educativos.

La sociedad del conocimiento del siglo XXI se ha venido adaptando de forma lenta a unas nuevas dinámicas de aprendizaje que exigen la necesidad de espacios para nuevos procesos educativos. Razón por la cual, la educación acompasada de la globalización pone de manifiesto una necesidad de adaptación muy importante en la que la internet, los medios digitales y las nuevas tecnologías de Información y Comunicación (TICs) se configuran como una nueva puesta en escena para reemplazar la educación tradicional.

En Colombia, con el anuncio presidencial sobre la virtualidad educativa debido a la crisis viral, puso en evidencia instituciones educativas en las que la educación tradicional estaba enquistada y anclada en las viejas formas de aprendizaje, la escuela tradicional anquilosada y sin temor a ser modificada fue removida de forma inmediata sin temor a ser escuchada, situación que puso a la educación a repensarse y modernizarse a una educación virtual que venía cabalgando lentamente desde finales del siglo XX y en la que los amantes de la vieja escuela por muchos años miraron con desdén y desprecio reusándose al cambio.

Aparece entonces la educación virtual como el medio interactivo de aprendizaje que rompe paradigmas, esquemas y fronteras físicas, demostrando así que la interconectividad global y los diferentes medios de información tecnológicos son herramientas mucho más dinámicas e interactivas entre profesores y estudiantes, reemplazando así las aulas físicas por Ambientes Virtuales de Aprendizaje (AVA) mucho más innovadoras sin perder de vista la continua construcción del conocimiento en espacios cibernéticos.

Estos nuevos espacios obligan de forma determinante a que las instituciones educativas y universitarias, pero en especial los docentes, estén preparados y actualizados sobre el trabajo de las TIC´S, los AVA, recursos didácticos en la red, enseñanza aplicada en e-learning y el uso de páginas websites educativas. Profesor que aun este en la vieja escuela le va a costar adaptarse a este cambio que es inmediato porque los roles del docente cambian en este tipo de modalidad. El clásico profesor que tuvimos en la mayoría en nuestros colegios y universidades ahora es un tutor que acompaña, orienta y guía a sus estudiantes, cambia el rol del mando e impositor de ideas a un profesor actualizado, crítico y dinámico. Aclaro entonces, que la virtualidad no es digitalizar materiales físicos, escanear libros o poner actividades, es establecer un acompañamiento sincrónico y asincrónico de forma permanente con el alumno, sin perder la comunicación y el contacto con él. Pero hay algo más importante aún, por más que el aula sea virtual no se debe de perder el calor humano.

Bajo este nuevo escenario de virtualidad, la dinámica reguladora de aprendizaje se orienta sobre: aprender haciendo, aprender interactuando, aprender buscando y aprender compartiendo. Esta interactividad dada entre el profesor y estudiante da como resultado la construcción de conocimientos sobre el aprendizaje colaborativo.

La misma situación pasa por el estudiante, su adaptación es referida sobre su propia autonomía, situando responsabilidades propias en el aprendiz donde él debe organizar su tiempo para poder cumplir con sus clases virtuales y su entrega oportuna de actividades; para suplir dudas, el joven debe de usar la web como una herramienta digital que subsana de forma temporal la ausencia del profesor. Bajo esta modalidad virtual, el alumno tiene la oportunidad de desarrollar capacidades y competencias propias que antes la vieja escuela no le permitía, como por ejemplo: autodisciplina, compromiso, motivación, autorregulación del aprendizaje, administración de tiempo y espacios, independencia, autoevaluación y definición de metas propias; así mismo, tiene la decisión de forma independiente si quiere o no aprender, se pierde la presión física del profesor y lo pone de forma autónoma a cumplir con sus obligaciones de forma responsable, estableciendo en él: compromiso y disciplina.

Algunos especialistas en pedagogía han llegado afirmar que los grupos de alumnos que estudian virtualmente sobre Ambientes virtuales de Aprendizaje son más efectivos que los alumnos de aula física, donde el aprendizaje es mucho más profundo y la evaluación de los alumnos no es una nota establecida sobre un tres, un cuatro o un cinco, sino una descripción de lo que este alumno de forma individual sabe. El objetivo es entonces que se fortalezca el binomio: familia y escuela, para ser complementados y no establecerse cada una de forma separada, donde el compromiso y los resultados son evaluados de forma conjunta y no de forma independiente.

Christian Ríos M.

Politólogo Internacionalista de la Universidad Militar Nueva Granada.

Twitter: @CHRISTIANDAES6

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