En 1999, siendo viceministro de trabajo y seguridad social, cuando sobrevolaba en compañía del presidente Pastrana, la zona de desastre, que dejo el terremoto en esa época y observando esas escenas dantescas, que parecían más bien imágenes sacadas de ciudades bombardeadas, después de recorrer las calles llenas de escombros, cadáveres y personas que deambulaban como zombies, me le acerque al presidente con el alma partida de ver a mi región en la ruina y a nuestra gente sin esperanza y le dije ¨presidente vamos a enterrar a nuestros muertos, a curar a los heridos, pero le pido el favor que nos ayude a que esta dura prueba de la naturaleza, nos sirva para un renacer” A lo que Andrés Pastrana me respondió con lágrimas en los ojos, “Fabio, lo vamos a hacer y será un modelo a nivel mundial” y a fé que así ocurrió.

Recuerdo como anécdota que un alto funcionario, se molestó conmigo por la petición que hice y me dijo, en un momento como este “¿Y usted pidiendo cosas para la región?” la molestia seguía, porque lo primero que le solicite al presidente fue un aeropuerto nuevo para el Quindío, ya que era el cuello de botella para que en un futuro pudieran entrar cientos y miles de turistas nacionales e internacionales, una vez aterrizamos el mismo jefe de estado le pidió al funcionario que tumbara esa ramada que teníamos por aeropuerto, a lo que este contesto que no era si no cambiar unas tejas y unos cielorrasos, el presidente lo interrumpió y le dijo “si no lo tumba usted, lo tumbo yo”. La infraestructura que tiene toda la zona afectada por el sismo, en vías de comunicación, acueductos, alcantarillado, educativas, de energía y agropecuaria, etc. Es lo que nos presenta hoy en día, ante Colombia y el mundo, como una región privilegiada. Fue la decisión de un líder, que junto con su equipo de trabajo, en un momento coyuntural cambio para bien una zona que es ejemplo nacional.

Hoy el presidente Duque se enfrenta a un reto mayor, la vida lo coloca en un momento de la historia del planeta, donde todos los presidentes sin excepción, los medirán en un futuro no muy lejano por el liderazgo y la capacidad que tuvieron para conducir a sus pueblos a un puerto seguro. Medidas como la cuarentena, acelerar y aumentar los recursos para atender la urgencia sanitaria, giro en forma ágil de los dineros para familias en acción, jóvenes y adultos mayores, reconexión de servicio públicos en forma gratuita, devolución del IVA a familias del estrato uno y dos, líneas de crédito para pago de nómina a pequeñas y medianas empresas, buscando proteger el empleo, no desalojo a arrendatarios morosos mientras dure la emergencia, flexibilización a los bancos, para que estos entreguen alivios sustanciales a sus clientes, entre otras medidas, creo que van en la dirección correcta. La gran pregunta es, ¿primero la saludo o la economía?, En mi entender, primero es la salud de todo y aunque suene redundante, es la salud del sistema de salud, para que nuestro capital más valioso que es el humano, este en la primera línea de batalla de esta guerra que vamos a ganar. La salud de la economía, para que podamos rápidamente poner el aparato productivo de la nación a tono, para estar a la vanguardia de oportunidades que seguramente vendrán y estarán a la mano de los que se preparen para ello y que tengamos la capacidad de leer lo que se viene.

Presidente Duque, en un reciente artículo escrito por Henry Kissinger anotaba “El desafío para los lideres, es manejar la crisis mientras se construye el futuro, el fracaso podría incendiar el mundo”.