Cuando nace en 1954 en Antioquia, la primera caja de compensación familiar, con el nombre de CONFAMA, se marcó el inicio de lo mas revolucionario, en materia de seguridad social y de manejo democrático que haya tenido Colombia, para elevar la calidad de vida de sus trabajadores. Aquí se dio un antes y un después, y el país comienza a caminar hacia un verdadero estado social de derecho, rápidamente este concepto de bienestar integral se extendió por toda Colombia, pues involucro la garantía de derechos fundamentales, prestaciones asistenciales, económicas, de recreación y cultura, generación de ingresos, seguridad y salud para todos los trabajadores y sus familias. Igualmente el manejo tripartito, estado, empleadores y trabajadores, le dan a esta organización social un ejemplo, de cómo esos tres pilares esenciales para el desarrollo del país, puedan ponerse de acuerdo a pesar de las diferencias y puntos de vista diversos que cada uno puedan tener.

Siempre nos hacemos la pregunta ¿Cuando la nación encontrará un instrumento que rompa y acabe con las barreras que millones de compatriotas tienen, para acceder a la educación, salud, servicios sociales esenciales? El sistema de compensación, es sin lugar a dudas, la herramienta para la equidad de un estado social de derecho, todo este proceso evolutivo, con múltiples reformas, ajustes e inclusive corrección de algunos errores que se pudieron haber cometido en el camino le han servido, para tenerlo como modelo de inclusión social. 9’738.356 afiliados al sistema, de los cuales el 70% son adultos, el 21% son jóvenes, de esos, 4’181.000 son mujeres, el 67% devengan hasta 1.5 SMLV, el 35% tiene derecho a subsidio familiar, mas de 4 millones de niños y niñas entre los 0-16 años se benefician de los servicios de las cajas, 2’378.000 niños y niñas reciben algún subsidio en especie, 14’684.000 personas disfrutan de los servicios de deporte y recreación, las 43 cajas de compensación del país, reportan 79.000 empleos directos y 200.000 indirectos. Estas cifras demuestran a todas luces, que el sistema es fuerte y solido y esta preparado para que en la coyuntura que vivimos, como lo hizo en otras épocas difíciles del país, el sistema este presente para salir fortalecidos y proyectados al futuro después de esta pandemia.

El gobierno, acogió la propuesta de las cajas, de 2 salarios mínimos por tres meses para cesantes que hayan estado afiliados por 12 meses continuos o discontinuos, además continuaran con todos los servicios mientras dure la emergencia, créditos blandos a pequeñas y medianas empresas siempre que no despidan a sus trabajadores, colocaron a disposición del gobierno toda su red de EPS e IPS, los hoteles y centros recreativos ,el aplazamiento del pago de aportes a empresas de turismo, aeronáutica, restaurantes y eventos, entrega de alimentos a niños en primera infancia, virtualización y pago a docentes, alivio a créditos de consumo, se mantienen los subsidios de vivienda, son entre otras medidas, las que están contribuyendo desde ya para que nuestro país y especialmente su clase trabajadora no sufra el impacto del covid-19.

Hoy las cajas se enfrentan a uno de sus mas grandes retos, pues deben atender mas de 499.000 solicitudes de trabajadores cesantes que se han recibido a la fecha, ampliar la cobertura a millones de familias colombianas, especialmente al sector rural que escasamente llega al 3% de todos los atendidos por el sistema. Algunas voces de empresarios y congresistas han querido lastimar uno de los modelos democráticos que mas le han servido al país. Desde esta tribuna le diría al gobierno del presidente Duque, que una de las formas de ayudar a las empresas Colombianas, sea pagando por el tiempo que dure la emergencia, los aportes parafiscales a los que tienen la obligación de hacerlo, que además de aliviar el peso de la nomina, evita que algunos de ellos, evadan la responsabilidad que tienen y se utilice esto como disculpa para producir un gran genocidio laboral.