• JUEVES,  28 MARZO DE 2024

Región  |  11 mayo de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

La caída del general Rojas Pinilla y los sucesos de Génova, hace 63 años

0 Comentarios

Imagen noticia

Luis Fernando Franco Ceballos

Se cumplen ahora 63 años del derrocamiento de quien ejerciera la presidencia de la República, entre 1953 y 1957, General Gustavo Rojas Pinilla, cuya situación de mando se hizo insostenible después de una serie de hechos que enturbiaron el mandato, con el que buscó la tranquilidad y la paz en sus inicios.

Como en todo el país, las manifestaciones de júbilo al conocerse la salida del militar del alto gobierno, fueron variadas, y en el caso de Génova, el suceso no pasó inadvertido, presentándose un intento de asonada, muchos disparos y la demolición del busto del ya ex mandatario.

La etapa de violencia que venía padeciendo la región del Quindío, y de manera especial Génova, marcada por una influencia nefasta que llegaba desde diversos puntos cardinales, no disminuyó como era de esperarse con la caída del General Gustavo Rojas Pinilla, aquel 10 de mayo de 1957.

Ese día, desde muy temprano, las estaciones radiodifusoras, de las que la población se encontraba pendiente, entregaron continuos informes sobre el retiro del hasta entonces mandatario de los colombianos y la consiguiente asunción al poder de la Junta Militar, la que estaría encargada de regir los destinos del país hasta el 7 de agosto de 1958, de acuerdo a una plataforma de catorce puntos que fue dada a conocer como programa de gobierno.

El hecho produjo regocijo entre la ciudadanía. En el partido liberal se experimentó alguna prudencia, las mayores manifestaciones consistieron en apretones de manos.

En el partido conservador hubo otras explosiones de júbilo; desde muy temprano integrantes de ese partido se dedicaron al consumo de bebidas embriagantes especialmente en el bar Social, complementado con la formación de broncas.

La difícil situación de orden público que se vivía a la par en la ciudad de Armenia, obligó al traslado casi total de las unidades del ejército, lo que determinó que el municipio quedara bajo la dirección del alcalde, un teniente de la policía de nombre Pablo García, un dragoneante y cuatro soldados.

El alicoramiento permitió movilizar una manifestación con visos violentos, ya que las descargas de revólver se escuchaban con intensidad, mientras la gritería anunciaba la complicación de los hechos.

Pronto los disparos se oían en la plaza y allí fue herido el dragoneante mientras los manifestantes procedían con distintos elementos a destruir el busto del ya ex presidente Rojas el cual fue arrancado de su pedestal situado en uno de los costados de la plaza principal y arrastrado por las calles del poblado. El mismo había sido erigido durante la administración del teniente Henao Giraldo.

Los días siguientes marcaron un recrudecimiento de la violencia partidista con varias masacres en diferentes sitios, especialmente en la zona rural, situación que mantuvo al poblado en el ojo del huracán por varios años más.

PUBLICIDAD

Comenta esta noticia

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net