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Columnistas  |  30 mayo de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Libaniel Marulanda

NOTAS DESENTONADAS A LA PARRILLA – TOMA SEIS CORPOCULTURA Y ANDRÉS CARVAJAL O EL ARTE DE SER JUEZ Y PARTE.

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Libaniel Marulanda

Por Libaniel Marulanda

En días precedentes y como consecuencia de las dos publicaciones realizadas por El Quindiano: la primera titulada: “Corpocultura y la contratación monopólica de una compañía en Armenia”, el 15 de mayo de 2020, y la segunda: “Corpocultura, una entidad con ‘contratistas de planta’, un monopolio del arte en Armenia (Segunda entrega)”, el 26 de mayo de este año, se ha encendido un debate dentro de la comunidad artística del Quindío y un amplio número de ciudadanos ligados al devenir cultural.

Como usual conducta, la reacción de los entes que son objeto de alguna mirada crítica sobre sus actuaciones, es la de considerarla sesgada, tendenciosa, malévola, destructora y otro costalado de de adjetivos.

Sin embargo, los artistas quindianos en general, cuando advierten que sus opiniones sobre los conflictos en cuestión pueden y deben ventilarse sobre la tarima de la opinión pública, con todo el vatiaje de potencia y a cielos abiertos, prefieren fugarse con suma discreción del escenario, al amparo de la máxima premisa gastro-filosófíca:¡ No se puede patiar la lonchera!

Al final, sólo un pequeño conjunto de trabajadores del arte y la cultura debe asumir el peso de la batalla por la verdad y el acceso al mecenazgo y escasas oportunidades que puede y debe brindar el Estado a sus artistas.
 

Una de esas voces, casi solitaria en el escenario del debate a Corpocultura, el ente municipal que dispone el quehacer artístico del Quindío, es un músico en quien se reúnen, el talento, la formación estética, la experiencia y su capacidad de entrega al arte que a lo largo de varias décadas es perceptible en las formaciones grupales del estudiantado musical del Quindío. Y por encima de todo, en este artista nuestro está presente en todo momento su valor para cuestionar, mirar y hablar de frente, con una visión que va más allá del atril y sus partituras.

Hoy decidimos darle a esta columna un cambio de escenografía para convertirla en entrevista. Aquí sus respuestas:

Maestro Deiner Hurtado: Hemos sabido de un intenso debate en el seno del sector de la música, como consecuencia de la denuncia del artículo de El Quindiano. ¿Usted ha participado de manera directa?

D.H.: El debate al cual se refiere ha tenido lugar en un grupo de WhatsApp llamado Músicos del Quindío y he tenido participación activa ejerciendo mi derecho como ciudadano. Quise hacer unas preguntas a Andrés Carvajal, después de haber leído el artículo de El Quindiano, teniendo en cuenta que él es representante del sector de música en el consejo municipal de cultura, miembro de la junta directiva de Corpocultura, y es mencionado en dicho artículo como uno de los mayores contratistas de Corpocultura en los últimos ocho años. He sido generador de debate porque es importante provocar pensamiento. Que los músicos apoyen su trabajo entre sí es muy importante, pero el colegaje no puede implicar omisión, puesto que la indiferencia es la que ha hecho mella, logrando que se haya profundizado en esta problemática de la contratación directa sin medida en Corpocultura.

L.M.: En el artículo “Corpocultura, una entidad con “contratistas de planta”, un monopolio del arte en Armenia” (Segunda entrega), se señala con nombre propio la participación de Andrés como representante del consejo municipal de cultura en la Junta Directiva de Corpocultura y al mismo tiempo su participación como beneficiario de contratos con esta entidad. ¿Qué puede decir al respecto, cree que hay impedimentos?

D.H.: Como lo dije anteriormente, Andrés Carvajal es el representante del sector de la música ante el Consejo Municipal de Cultura y es miembro de la Junta Directiva de la Corporación Municipal de Cultura y Turismo, el órgano superior de dicha entidad, donde se toman importantes decisiones. Primero, estoy convencido de que cada uno de los representantes de un Consejo Municipal de Cultura debe abogar por la equidad en la inversión del presupuesto público frente al sector que representa y, mirado éticamente, debe tomar distancia frente a la contratación. A nivel legal, esto sería cuestión de análisis frente a la ley colombiana, en lo que tiene que ver con miembros de juntas directivas de organismos descentralizados. Al respecto existe el Decreto 128 de 1976, que presumo vigente, por el cual se dicta el estatuto de inhabilidades, incompatibilidades y responsabilidades de los miembros de las juntas directivas de las entidades descentralizadas y de los representantes legales de éstas.

L.M.: ¿Si la conducta de Andrés es reprobable, por qué tiene el respaldo del sector?

D.H.: Es impreciso decir que tiene el respaldo del sector ya que, al igual que yo, varios de los miembros del sector musical, y de la comunidad en general, al leer el artículo y los documentos que lo soportan quedamos estupefactos y ávidos de explicaciones. Se puede decir que hay un debate necesario en la cultura de Armenia.

L.M.: ¿Por qué de la callada o nula participación de los músicos?

D.H.: Creo que los miembros del sector musical y la ciudadanía en general se deberían dar la oportunidad de leer con atención el citado artículo, y entender lo que dice el primer párrafo citando al fotógrafo Jesús Abad “el silencio de los fusiles hizo que escucháramos el ruido de la corrupción”. Esto llevaría a que revisaran los detalles de dicho escrito e incluso constataran los enlaces que contiene para entender la argumentación, y después de decidir si debemos pronunciarnos para exigir a Corpocultura que cambie su manera de destinar los recursos con esa ausencia de equidad. (Ver vínculos)

L.M.: ¿Ha sido intimidado de alguna manera por su visión crítica?

En este país muchas personas callan y no ejercen sus derechos por el temor a las amenazas; en este caso, yo reacciono frente a la lectura de un documento que considero serio y sustentado y el representante del sector al cual pertenezco reacciona de una manera airada y, a mi parecer, equivocada, ya que en este caso quien tiene que dar explicaciones es él como representante ante el Consejo Municipal de Cultura por el área de música y como miembro de la Junta Directiva de Corpocultura, y no yo como ciudadano que exige el derecho de recibir explicaciones frente al manejo del recurso público.

L.M: ¿Qué le diría al alcalde si lo tuviera al frente?

D:H.: Al alcalde le diría que tiene la oportunidad, ya que este asunto se da en el inicio de su gobierno, de pensar generosamente en el sector cultural y de limpiar a Corpocultura de estas prácticas equivocadas, que según lo que se expone en el artículo llevan varias administraciones. Es hora de entender que Armenia merece el desarrollo del sector cultural y que el recurso público que maneja Corpocultura Es Pa todos.

[email protected]

Calarcá, mayo 29 de 2020

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