Por Fernando Jaramillo Botero

Todos los países del mundo y a través de la historia de la humanidad siempre han existido días de asueto, de descanso o festivos, Colombia no es la excepción y en nuestro calendario tenemos 18 festivos que en ocasiones se cruzan, declarándose un doble festivo. Algunos países tienen pocos festivos, pero más días de vacaciones laborales para sus trabajadores; hablando como economista, no necesariamente por tener más festivos se es más improductivo.

En 1983 el senador cartagenero Raimundo Emiliani Román presentó al Congreso de la República un proyecto para modificar el descanso en los festivos del país, trasladando algunos de ellos para el lunes siguiente buscando fortalecer la industria del turismo al generar puentes vacacionales con un día más de continuidad en el descanso de empleados y estudiantes, este proyecto fue aprobado y se convirtió en la Ley 51 de 1983 llamada popularmente “Ley Emiliani”. Otro motivo que sustentó esta ley, es que un festivo a mitad de semana rompe la cadena productiva de algunas industrias bajando el rendimiento laboral de las empresas.

En los países de mayoría católica como Colombia, es común la celebración de algunos de estos días, otros como el Día de la Virgen del Carmen a pesar de ser muy significativo y celebrado el pasado 16 de julio no se considera festivo. Igualmente, en cada país existen diferentes festivos de orden nacional o internacional para conmemorar fechas de importancia o relevantes en su historia o tradición.

Caso especial merece los festivos de la Semana Santa, que no tienen fecha fija por no depender del Calendario Gregoriano Romano, sino que están regidos por las fases de la luna, así mismo, varios festivos posteriores se calculan con base en el Domingo de Resurrección de Jesucristo que cierran la semana mayor de la iglesia católica.

En casi todo el mundo es festivo católico el 1 de enero que celebra la llegada del Año Nuevo; el 6 de enero se celebra el Día de los Reyes Magos, luego viene el 19 de marzo que conmemora el Día de San José, en Colombia estos dos festivos se trasladan para el lunes siguiente; en algunos países se celebra esta fecha como el día del Padre. El miércoles de ceniza marca los 40 días previos al domingo de Ramos de la Semana Mayor, el martes de la víspera se cierran los carnavales en todo el mundo incluyendo el de Barranquilla con el entierro de Joselito Carnaval, esta manifestación popular es Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco.

40 días después del Domingo de Resurrección se celebra la Ascensión del Señor, por lógica cae un viernes y se traslada para el lunes siguiente. Luego viene la celebración del Corpus Chisti que se da 60 días después de la Resurrección, cae un jueves, pero también se traslada para el lunes siguiente; luego viene la celebración del Sagrado Corazón de Jesús que se celebra el viernes posterior al segundo Domingo de Pentecostés, este festivo también se traslada para el lunes siguiente y en ocasiones coincide con el festivo de San Pedro y San Pablo que tiene como fecha el 29 de junio, igualmente es trasladable.

Luego viene el 15 de agosto que celebra la Asunción de la Virgen María, también trasladable y representa que la Virgen María fue subida al lado de su hijo quien ya había ascendido y está a la diestra de su padre. El 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos y es trasladable para el lunes siguiente (en México se celebra el 2 de noviembre el Día de los Muertos con grandes eventos). El 8 de diciembre se celebra el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y el 25 la Natividad del Niño Jesús, estos dos últimos festivos del año no son trasladables.

Los festivos civiles, algunos son trasladables para el lunes siguiente como el 11 de noviembre que se celebra la Independencia de Cartagena y el 12 de octubre que recuerda el Descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colon y otros no son movibles como el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, el 20 de julio que conmemora el Grito de Independencia o el 7 de agosto la Batalla de Boyacá.

Agosto de 2020

Miembro de número y expresidente de la Academia de Historia del Quindío.

Presidente de la Asociación Colombiana de Historiadores-Capítulo Eje Cafetero.