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Columnistas  |  09 agosto de 2020  |  12:01 AM |  Escrito por: Juliana Giraldo Vélez

ROLOS CON BARRIGA PAISA

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Juliana Giraldo Vélez

Juliana Giraldo Vélez.

A lo largo del tiempo Colombia y sus departamentos han creado cultura en torno a los alimentos. La necesidad del hombre de alimentarse ha sido tan importante que los factores geográficos, sociales, económicos, políticos y hasta religiosos, son elementos que van relacionados directamente con la forma en que vivimos. Como se ha ejemplificado antes, no comen lo mismo las personas con mayor poder adquisitivo a las que viven con menos de un salario mínimo; por cuestiones matemáticas de dinero no van a comprar el mismo mercado.

Sin embargo, si ponemos a estas dos personas bajo una misma cultura compartirán algunas preparaciones e ingredientes que son innegociables a la hora de comer. Es aquí donde la cultura ejerce ese poder de unir a las personas a pesar de su diferencia. Mi familia es cuyabra y ha vivido en Armenia por más de dos generaciones. Mis padres hace 38 años dejaron su tierra en búsqueda de nuevas oportunidades económicas en Bogotá pero su cultura no ha dejado de ser “paisa”; por eso nos bautizaron a mis hermanos y a mí: “rolos con barriga paisa”. Aun cuando han pasado los años, siempre la bandeja paisa será un tema del qué hablar en la mesa.

El Quindío ha sido un departamento que nace del trabajo de los campesinos que cultivaban principalmente café. Las jornadas eran largas y exigentes, por eso la alimentación debía ser rica en carbohidratos y proteínas. Los frijoles se convirtieron en el plato principal de la dieta pues eran abundantes y económicos. Es por eso que la “bandeja paisa” se vuelve el plato insignia del departamento porque podía ser preparado por cualquier persona en cualquier lugar. Así un plato se convirtió en un elemento cultural. No hay parientes que no extrañen las tardes de frijoladas en familia cuando está lejos de casa.

La preparación de los frijoles varía en cada casa: hay quienes le ponen pezuña de cerdo, calabaza, plátano o panela dependiendo del gusto de cada uno. Sin embargo como lo mencionan en la Biblioteca Básica de Cocinas Tradicionales de Colombiana: “ Su tradición comercial lo ha llevado a establecerse en todos los rincones del país, con él lleva sus costumbres . No hay camino donde no exista una fonda antioqueña en la que se sirvan sus platos.”

Siempre que hay visita en la casa y se le quiere “hacer una atención”, mi mamá saca su mejor vajilla y su mejor receta: los fríjoles. Es como si le estuviera diciendo a la persona: “Bienvenido a la familia, estos somos nosotros”. En más de una familia pasará lo mismo pues hay una necesidad de compartir con el otro las tradiciones familiares. Lo lindo es que no todos en la mesa son paisas, todos tenemos alguna diferencia cultural pero es tan sincero y especial compartir estos momentos que quienes no nacieron comiendo los frijoles de mi mamá se sienten como “rolos con barriga paisa”.

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