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Columnistas  |  25 agosto de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Carlos Eduardo Urrea A.

EL LEXICO DE LA COVID-19

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Carlos Eduardo Urrea A.

Eduardo Urrea Arbeláez

Cuando empecé a escribir recordé que me había prometido no hacerlo sobre temas jurídicos, pues consideraba que esta columna seria para oxigenarme de lo que tengo que trasegar en mi día a día; también había prometido no escribir sobre La Covid-19, pues a mi juicio ya había suficiente ilustración sobre el tema, no obstante viendo los noticieros del fin de semana escuche por enésima vez la palabra "domiciliario" la cual no existía a comienzos de la Pandemia, y de hecho no existe en el diccionario de la RAE o por lo menos no la acepción que pretenden darle ahora a los mensajeros, domiciliario en realidad es persona que esta avecindada en un lugar. Esto me hizo cambiar de opinión y decidí hacer una nota sobre el léxico que nos dejó o nos está dejando la pandemia.

Yo tengo experiencia en el tema de la mensajería, porque mi primer trabajo formal en la vida fue precisamente de mensajero en una compañía de financiamiento comercial que se llamaba Invercrédito en el lejano 1992, y mi función era básicamente recoger e ir a entregar correspondencia a los clientes de la entidad o a quien lo requiriera, pero ahora resulta que los mensajeros por cuenta del Covid dejaron de ser mensajeros y se volvieron domiciliarios.

Además del desafío científico y médico, la Covid-19 está generando nuevas palabras por doquier y los neologismos están a pedir de boca, no solo en nuestra lengua sino en todas, como lo veremos más adelante, estos normalmente hacen su debut en las redes sociales, o bien en los medios de comunicación escritos y audiovisuales e incluso en el habla cotidiana y es que la lengua está en constante evolución y no hablamos de la misma forma ahora que como lo hacíamos hace 100 o 1.000 años, siendo claro que la realidad actual impone nuevas palabras.

La Covid-19 y digo "La", porque se trata de un adjetivo femenino que significa infirmus, es decir falta de solidez y salud, en otras palabras enfermo, este adjetivo es una abreviatura de Coronavirus Disease (Enfermedad del Coronavirus) y aunque la mayoría nos referimos a “El COVID-19” en masculino, por asociación con otros virus, en realidad la enfermedad, mas no el virus, es femenino, por ello es que la RAE advierte que el termino debe usarse en femenino (aunque aclaro no prohíbe su uso en masculino), ya que la palabra que se está sustituyendo es en realidad: enfermedad y su origen es un virus llamado SARS, que es la abreviatura de "Severe Acute Respiratory Syndromes" o "Síndrome Respiratorio Agudo Grave" en español. Este si es masculino.

Pero como este no es un texto médico y mucho menos científico, entremos en materia y qué mejor que hacerlo con la palabra de moda: Reinventar, y el primer cuestionamiento que me hago es ¿si será posible desde el punto de vista gramatical reinventarse? Yo pienso que no, pues la palabra inventar significa crear algo nuevo, algo que antes no existía y el prefijo Re: Significa volver a hacer algo. Así las cosas alguien me puede explicar ¿cómo carajo hago yo para volver a hacer algo que no existía antes de volver a hacerlo? ...La frase perse es absurda, pero como si lo anterior fuera poco a los "domiciliarios reinventados" se le suman otras palabrejas nuevas a las que me referiré más adelante, pero antes partamos de la base que muchos ni siquiera sabemos si estamos afrontando una enfermedad endémica, una epidemia o una pandemia.

Empecemos en orden, la enfermedad endémica, con este término nos referimos a las enfermedades que se mantienen estables en el tiempo y en un lugar determinado, no obstante el hecho de que sea estable no quiere decir que no sea dañina y pueda llegar a generar miles de muertos como la malaria en algunas regiones de África que por sus limitados recursos e infraestructura no pueden hacer frente a ella. Sucede lo mismo con otras enfermedades como el cólera o el dengue, ya erradicadas en nuestro país; ahora bien la Epidemia es una enfermedad que se propaga en un país durante un tiempo determinado y que afecta simultáneamente a un gran número de personas, llama la atención de las autoridades sanitarias porque se propaga de repente, de forma muy rápida, y afecta a mucha más gente de lo normal comparado con otras enfermedades y finalmente se llama Pandemia a la propagación a gran velocidad y a escala mundial de una nueva enfermedad. La Covid-19 se declaró como Pandemia cuando se extendió por los seis continentes y se certificaron contagios en más de 100 países de todo el planeta, no sin antes haber pasado por los otros dos estados mencionados.

Consecuencia de lo anterior es que desde que comenzó el brote de La COVID-19, nuestra forma de hablar cambió y han aparecido una cantidad de términos nuevos algunos con un fundamento científico y otros por mero capricho y la fuerza de la costumbre que ha hecho que terminen acuñándose en la cotidianidad. De hecho ya no hablamos de mantener la distancia a secas, como lo hacíamos en la formación en nuestros primeros años del colegio, sino que ahora debemos mantener la “distancia social” para evitar la “propagación comunitaria de persona a persona”. Y lo decimos en un tono de voz que parecemos científicos de la Organización Mundial de la Salud.

Las “curvas" que hasta ahora conocíamos eran “las curvas del camino" o “las curvas de infarto” cuando veíamos una mujer agraciada, pero ahora decimos que es necesario "aplanar la curva de contagios” y para ello no nos encerramos en nuestras casas, sino que para sentirnos mejor y a manera de eufemismo llamamos al encierro "confinamiento" y nuestro infaltable tapaboca ahora se llama mascarilla que junto con una botella de alcohol o gel antibacterial ahora recibe el nombre de "kit de desinfección". Ahora resulta que podemos estar enfermos y no lo sabemos y por ello debemos cuidarnos mucho de no ser "asintomáticos" porque podríamos causarle mucho daño a las personas que nos rodean especialmente a los adultos mayores, quienes liderados por un economista exministro de Hacienda y quien ahora pasa por la tercera edad, decidieron crear un movimiento llamado la "rebelión de las canas” como si una hebra de cabello de color blanco pudiera rebelarse.

Lo pertinente ahora es discernir si estamos utilizando correctamente las nuevas palabras o en el afán de creernos cultos y conocedores de la ciencia solo terminamos haciendo el ridículo, como me podría estar pasando a mí al escribir esta columna; por ello es menester saber el significado de las palabras antes de utilizarlas, solamente si conocemos su significado exacto haremos un uso apropiado de esta recién incorporada lista de términos, ora que el lenguaje evoluciona y crece casi a la misma velocidad que La Covid-19 y aparecen entonces una serie de palabras nuevas o neologismos como por ejemplo:

Covidiota: término para referirse a todos aquellos que ignoran la obligación del aislamiento o compran mucho más de lo que necesitan en los supermercados en época de Pandemia dejando a otros sin alimentos.

Pico: Para los veterinarios es una parte del cuerpo de un animal; para algunos padres, en medio de una discusión con sus hijos, la boca; para los albañiles, el compañero de la pala; para los escaladores, la cima de una montaña; para los amantes, un beso corto; ahora, antes que nada, el pico es el punto más alto de los contagios.

Aplanar la curva: Es básicamente cuando deja de crecer el número de contagiados, la curva de la gráfica de contagio se aplana cuando deja de crecer el número de contagiados y se dibuja algo así como una 'meseta' que es la forma gráfica de ver que durante un periodo de tiempo, el número de contagios se mantiene y no se incrementa.

Contagio exponencial: Contar cuántas personas se enferman no es suficiente para monitorear una epidemia, también es importante saber qué tan rápido aumentan esos casos y se estima que alguien infectado puede transmitir el virus a una o dos personas más si no se hace nada para controlar ese contagio. Esto significa que el número de nuevos casos se va duplicando en unos pocos días. Esto se conoce como crecimiento exponencial. Pensar en crecimiento exponencial es extraño porque usualmente nuestro cerebro concibe el aumento de números como algo lineal. Es decir:2, 4, 6, 8, 10, 12, 14, 16, 18, 20, 22, 24, etcétera.

El aumento exponencial se vería así: 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, 1024, 2048, 4096, etcétera. ¿Aterrador verdad?

Asintomático: Una persona es asintomática cuando aun estando infectada, no tiene ninguno de los síntomas o los tiene muy leves.

Aislamiento: Es lo que cualquier persona con un diagnóstico confirmatorio de la COVID-19 debe hacer para evitar propagar más al virus y básicamente es mantenerse aislado para no contagiar a nadie.

Distanciamiento social: Es la mejor prevención que tenemos por el momento para evitar la propagación del SARS-CoV-2, ya que si no podemos vacunarnos contra el virus, por lo menos podemos cambiar nuestras rutinas para no contagiarnos y no contagiar a otros.

Mitigación: El objetivo de la mitigación es hacer lo posible para que no colapse el sistema de salud de un país, su principio básico es limitar las interacciones entre personas. Para ello se implementan medidas como el distanciamiento social, suspensión de clases o cancelación de eventos masivos como reuniones políticas o conciertos e incluso celebraciones de carácter religioso.

Letalidad: Muestra qué proporción de los casos de COVID-19 son fatales. Resulta de dividir el número de personas que han fallecido por COVID-19 entre el número de personas enfermas. La comunidad científica aún no sabe con certeza qué tan letal es esta enfermedad porque no conocen el número exacto de personas que se han infectado. Pero en general hay consenso de que es más peligrosa que la influenza estacional, particularmente para los adultos mayores y las personas con enfermedades respiratorias, diabetes o hipertensión.

Prueba Molecular o PCR: Por ahora es la prueba más precisa que existe para saber si alguien está infectado por el SARS-CoV-2. Detecta regiones genéticas específicas del virus.

Prueba rápida o serológica: En lugar de buscar al virus de manera directa, estas pruebas buscan anticuerpos que nuestro sistema inmune genera cuando entra en contacto con él. Las pruebas rápidas sólo indican si alguien ha sido expuesto a SARS-CoV-2, haya o no desarrollado síntomas de COVID-19. Para confirmar que ya no hay riesgo de contagiar, habría que hacerse una prueba molecular.

Distanciamiento Social: En Colombia tierra querida llena de fe y esperanza, nos gusta abrazarnos, besarnos y apapacharnos, pero ¿y ahora qué? Pues ahora nada, mientras pasa la Pandemia. La Covid-19 trajo un término que atentaba contra nuestra propia idiosincrasia... si, la distancia social que nos obligaba a separarnos de la gente, a guardar al menos un metro con todo el mundo, incluidos con aquellos que queremos. Nunca antes habíamos experimentado el amor, el afecto y el cariño nos habíamos relacionado de una manera tan distante, sin el contacto humano.

Reunión: El significado de esta palabra cambió y ahora no corresponde a un encuentro personal en una sala de juntas, bar o café. No, ahora solo basta encender el ordenador o tomar el celular, abrir una aplicación de video llamadas y sentarse frente a la cámara.

Repatriar: Esta palabra también tiene un nuevo sentido. Dejó de tener tintes políticos y diplomáticos y se simplificó a traer de vuelta al país a todos los colombianos que quedaron en el extranjero cuando se cerraron las fronteras.

Fómite: Nunca habíamos oído hablar de esta palabra. Sólo la habíamos oído en la película Contagio, donde ya explicaban que era. Ahora sabemos que son aquellas superficies y objetos inanimados que cuando se contaminan con algún virus se convierten en trampas que pueden transferirlo a otra persona: la barra de los buses, un pomo de una puerta, el borde de una escalera eléctrica, todo, todo podría ser un fómite y todo podía pasar el coronavirus.

Bulo: Una de las consecuencias de la expectación informativa despertada por la pandemia ha sido la proliferación en redes sociales de informaciones que no proceden de ningún medio de comunicación fiable y segura, por esta razón hay que mirar y confirmar la fuente antes de replicar, no sea que vaya a ser un bulo o fake news, lo que de buena pretendemos compartir en nuestras redes sociales.

También hacen parte de esta lista:

Zoompleaños: Sin lugares para celebrar como bares, discotecas, restaurantes y salones de eventos cerrados, más la obligación de permanecer en casa y la prohibición de reuniones, aparecieron los cumpleaños online vía Zoom y no tardó en aparecer la palabra para referirse al tema: "tengo un zoompleaños”, en un juego de palabras que une el nombre de la app con la palabra cumpleaños.

Coronacrisis: Otro juego de palabras, corona y crisis dio lugar a la expresión “coronacrisis”, de uso frecuente y aplicable a la crisis económica que se vive en todos los sectores productivos del país.

Infodemia: Es el término utilizado por la OMS para referirse a la epidemia informativa de la pandemia, es decir, la invasión de noticias poco confiables, maliciosas o falsas, que aumentan el pánico, alimentan la angustia o promueven conductas incorrectas.

Coronials: Después de los milenials, centennials y la generación Z les llegó la hora de los “coronials”. Este término, muy mencionado en las redes sociales, se refiere a quienes nacieron y nacerán en medio de la pandemia como consecuencia del aislamiento de las parejas.

Algunos extranjerismos

Drácula cough y Drácula sneeze (En inglés): Estos dos anglicismos se refieren a una recomendación a toser (cough) y a estornudar (sneeze) como lo haría el personaje más famoso de Transylvania, el mismísimo Conde Drácula, es decir tapando la boca con la parte interior del codo, emulando cuando el Conde esconde la cara con su larga capa negra.

Hamsterkauf: Esta vez en alemán, la palabra Hamsterkauf se refiere a las personas que al comienzo de la pandemia quisieron vaciar las estanterías de los supermercados, en una actitud egoísta y que combina los términos Hámster y Kauf es decir comprar como hámster, pues estos animales acumulan grandes cantidades de alimento para el invierno.

Zoom. El diccionario lo recoge como «objetivo de distancia focal variable», en el contexto fotográfico. Pero a partir de la Covid-19 este anglicismo quedará vinculado indisolublemente a la aplicación más utilizada para videoconferencias.

Siguiendo esta misma línea, aparece una lista de humorísticos neologismos para añadir a nuestra terminología COVID19, se me ocurren por ejemplo:

Covidartículos y Covid precios, por aquello del día sin IVA. También se puede estar en Covidmodo, cuando alguien decide pasar el fin de semana tranquilo y sin salir de casa. Conozco incluso un cachorro al que llamaron: Covid Antonio Alzate Jiménez, supongo yo, para que en caso de que al volver a la "Nueva Normalidad" se nos llegase a olvidar que en el 2020 La Covid 19 nos cambió la vida, probablemente Covid Antonio nos refresque la memoria.

Sería interminable la lista de términos, algunos justificados, otros no tanto, al punto que no demorara en salir un Coviccionario con las palabras nuevas legadas por la Pandemia, pero esa creación queda en nada si no es adoptada por otros hablantes y se generaliza más allá de la persona que las inventa, esa nueva palabra que se crea si tiene suerte, se extiende, recibe el nombre de neologismo y como no son pocas los neologismos de la Covid-19 que han empezado a circular en estos días a causa del maldito coronavirus, quien quita que para el caso de los hispanoparlantes sean aceptados por la RAE y pasen a hacerle compañía al "Parce" acuñado por nuestro querido parcero Juanes en la fila para ello y algún día sean incluidas en este Gran Diccionario.

A mi juicio una de las palabras más bellas y que adquirió un nuevo significado o acepción es:

Héroes: Y es que los héroes se han quitado la capa. Ya no tienen súper poderes ni salen en películas de DC Comics o de Marvel. La COVID-19 nos mostró que los de las películas son ídolos de barro, los de verdad son los Médicos, las Enfermeras, la Cajera del Supermercado, el Barrendero y recolector de basura, el Islero de la Estación de Servicio, o el Portero de tu edificio, tantos que no cabrían en esta nota o en toda la edición de este Diario, ojalá cuando pase, porque ha de pasar, no olvidemos el aplauso, la sonrisa, la propina o simplemente la buena vibra como muestra de agradecimiento y respeto.

Ahora, en mi opinión el más absurdo de todos los Neologismos

Nueva normalidad. Este término acuñado en la retórica institucional y empresarial, aunque con buenas intenciones no deja de ser absurdo, pues para definir la salida de la crisis, la luz al final del túnel, no es más que un oxímoron, porque lo normal es lo habitual, lo usual y lo habitual nunca podrá ser novedoso. Esta contradicción semántica solo genera confusión y refleja duda porque no se sabe si la "nueva normalidad" es el retorno a lo de antes o el comienzo de algo, esta es seguramente la expresión más extraña y confusa que ha introducido a nuestro vocabulario La Covid 19, porque es contradictoria cuando, además, se le añade el verbo "volver" por delante. Alude a la recuperación de la situación que vivíamos antes de la crisis, pero con algunos cambios. La RAE propone darle la vuelta y cambiar el artículo: "Volver a una normalidad nueva".

Probablemente no sabremos a corto plazo si estas palabras se van a quedar en el léxico o se extinguirán cuando la Pandemia sea Historia o un mal recuerdo, pero por lo menos mientras persista la Covid-19 estas palabras seguirán ahí, mal o bien utilizadas y le servirán tanto al erudito como al ignorante para comunicarse y hacerse entender, algunas sobrevivirán a la Pandemia y otras simplemente en un mundo post pandemia pasarán al olvido.

Hasta aquí esta columna porque debo asistir a una reunión por "zoom" para aprender a "reinventarme" y así poder llegar a una "nueva normalidad", mientras esto sucede, voy a llamar al "domiciliario" para que traiga el almuerzo.

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