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Columnistas  |  02 septiembre de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: José Jota Domínguez Giraldo

LA NOTA DE JOTA

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José Jota Domínguez Giraldo

Septiembre 02 de 2020.

Jota Domínguez Giraldo

La entrada: “El optimista siempre tiene un plan; el pesimista siempre tiene una excusa”.

Casi cien años después de haberse hablado de la posibilidad de hacerle un túnel a las montañas de la cordillera Central, en Los Andes del Quindío, primero para que pasara un ferrocarril y luego para el tráfico de vehículos automotores, se entrega a disposición del mundo la obra de ingeniería más atrevida de los colombianos y una de las más grandes de América Latina, el túnel de La Línea. Eso visto así, ya es mucho decir.Y pese a los pesares y a los pesimistas, debe alegrarnos.

En el departamento del Quindío siempre nos hemos maravillado del lago Calima en el Valle, del túnel de Oriente en Antioquia, del metro de Medellín, de la catedral de sal de Zipaquirá, del santuario de las Lajas en Nariño, de la Quinta de San Pedro Alejandrino y la Sierra Nevada de Santa Marta, de las murallas de Cartagena, de Leticia y su belleza natural y ambiental, de la riqueza y hermosura de los llanos Orientales, del Peñón en Guatapé, hacienda El Paraíso en Palmira, laguna de Tota y puente en Boyacá, el Museo del Oro, el Planetario, Maloka, parque Jaime Duque y Monserrate en Bogotá, parque de la caña en Cali y etcétera etcétera.   

Ahora será al revés. Todos los visitantes de esos bellos sitios, mirarán  para el túnel de La Línea y sus alrededores, y en sus alrededores están nada más y nada menos que doce hermosos municipios, cuyos alcaldes se supone ya habrán pintado la casa y barrido la plaza para recibir la visita.

Si bien es cierto que es muy habitual que los quindianos dejen todo para lo último y que además hay que decirles lo que deben hacer, pues aquí va un mensaje al gobernador y a los alcaldes.

Al túnel de La Línea se ingresa por el sector de Calarcá, es decir, que muchos visitantes para conocer el túnel, es muy probable que lleguen primero a Armenia y luego a Calarcá y aquí es obligatorio preguntar si ya los alcaldes y gobernador han diseñado cuáles serán aquellos sitios que alcaldes y gobernador creen que deben tener interés para la visita antes de subir la montaña.

No se trata solamente de decir que bienvenidos; hay que dar buena atención pero también buenos productos, buenas residencias, buenos alojamientos, buenos restaurantes, buenos estaderos, buenas cafeterías y bueno de todo. Olvidaba decir que también buenos precios, pues pagar en la tierra del plátano y la yuca un sancocho por 27 mil pesos, está muy cerca de un atraco.

El túnel de La Línea no debe ser un encarte para la región. Hay que saber aprovecharlo pues dicho está, la multitud de visitantes será al por mayor.

Miremos ahora unas cosas técnicas tomadas de la revista “confidencialcolombia.com”, contadas por Uriel Orjuela, presidente de la Veeduría técnica especializada del túnel de La Línea, (contacto celular autorizado 3137651044): 

1.- Viajando de Calarcá (1.573 msnm) hacia Ibagué, a los 12 kilómetros, se encuentra la entrada principal, occidental llamada Portal Galicia, a 2.420 metros sobre el nivel del mar.

2.- Se ingresa al túnel por allí buscando a Cajamarca. El túnel está a 18 kilómetros de Armenia.  

3.- La boca de salida, oriental, se llama Portal Bermellón, a 16 kilómetros de Cajamarca y a 39 kilómetros de Ibagué.  

4.- Los vehículos podrán pasar por el túnel de La Línea desde el 4 de septiembre de 2020, en horas de la tarde.

5.- Al lado del túnel de La Línea por donde circularán los carros y las tractomulas, se construyó otro túnel, también en funcionamiento desde el 4 de septiembre de 2020, que no es para carros y solamente se utiliza  en caso de emergencias y accidentes en el túnel principal. Ese se llama túnel piloto.

6.- Antes de llegar al túnel principal, se pasará por debajo de tres túneles cortos.

El túnel principal mide 8.651.55 metros. 

7.- Si viene de Ibagué para el Quindío, no entrará al túnel porque la boca que se va a encontrar es la de salida subiendo por Cajamarca y no es la entrada. Debe seguir por el camino que lleva en carro hasta La Línea. De la boca de salida del túnel, portal llamado Bermellón y hasta el alto de La Línea, debe haber 6 kilómetros, y luego bajará 10 kilómetros hasta encontrar la boca de entrada del túnel, llamado Portal Galicia.  

8.- Toda la obra espera concluirse en abril de 2021.

9.- El costo total de la obra se calcula en 2 billones novecientos mil millones de pesos.

10.- Todo el proyecto tiene las siguientes obras:  un túnel principal de 8.651.55 metros (el  tráfico vehicular más largo de América Latina); por el túnel piloto de 8.500 metros de longitud, por 23 túneles cortos, por 31 viaductos, por 3 intercambiadores viales (Bermellón, Las Américas y Versalles) y por 21 kilómetros de dobles calzadas.

11.- Las tractomulas podrán circular por el túnel.

12.- El túnel es de una sola dirección, (Calarcá hacia Cajamarca), lo cual permite  adelantar sin peligro.

13.- En caso de accidente grave o que merezca interrupción vehicular, hay 17 galerías que comunican el túnel principal con el túnel piloto, permitiendo una pronta evacuación en caso de emergencia.

14.- Será entregado en dos etapas:

i) El 4 de septiembre entregan el túnel principal, el túnel piloto, 3 túneles cortos, (obras anexas), 2 intercambiadores viales y 12 kilómetros de doble calzada.

ii) Para el año 2021 se entregará el resto de infraestructura.

Aquí vendrán a conocer el túnel en primer lugar los turistas, luego las familias, después la academia con ingenieros y arquitectos, después los estudiantes de topografía, ingenierías de todas las clases, economistas y asesores de proyectos. Luego vendrá todo el mundo, así como suena, todo el  mundo.

Para cerrar este comentario del túnel de La Línea, del cual solamente me quedo con lo positivo, citaré a tres personas poniéndolas en un mismo plano de igualdad y responsabilidad y que fueron fundamentales en la terminación de esta megaobra que tiene toda la atención mundial.

Y las citaré en orden de importancia así:

1ro) Uriel Orjuela, ingeniero quindiano, quien fue calificado con la Orden al mérito “Julio Garavito”, el mayor premio de la ingeniería en Colombia en el año 2011, quien se echó al hombro una veeduría técnica, de la cual no recibió ni un solo peso del gobierno nacional y que fue el bastón en el cual se apoyaron el director de nacional de Invías y el presidente  de los colombianos. Alegó, peleó, porfió, molestó y no dudó nunca que el proyecto podía hacerse y más verraco todavía, que podía terminarse. Francamente Uriel y el grupo de la veeduría salvaron el Túnel. Nunca lo duden.   

2do).- Cito ahora a Juan Esteban Gil Chavarría, director de Invías.

Duque como presidente y la ministra Orozco acertaron poniéndolo en ese trabajo. Aporte extraordinario.

Juan Esteban Gil es ingeniero civil de la Universidad de Medellín, con maestría en Ingeniería y en Administración MBA y especialista en Planificación y administración del Desarrollo Regional de la universidad de los Andes. Fue gerente de grandes proyectos del Invías y asesor técnico para la estructuración del programa de concesiones 4G, en la Agencia Nacional de Infraestructura.

Le creyó al Veedor Orjuela, salvó obstáculos, también sufrió, también peleó, también gritó, también madrió, pero no dudó de la necesidad de terminar el túnel. Le faltó llorar, pero lo hará el día de la inauguración. El país tiene que felicitarlo. Donde lo encuentre y violando todas las medidas de bioseguridad sanitaria le daré un abrazo por hacerme sentir orgullosamente colombiano.

3ro). Iván Duque, presidente. Simplemente creyó en el proyecto del túnel. Y puso su mandato a la orden. Hoy hay un resultado de copa mundo.

John Fitzgerald Kennedy, presidente de Estados Unidos, con una sola frase hizo crecer el orgullo de sus habitantes y de toda América. “El hombre irá a la luna”. Y fue.

Los colombianos podemos soñar como los estadounidenses, no yendo a lo infinito del espacio, pero si escudriñando el alma de las montañas. Nada fácil.  

Y se podrá preguntar por toda América dónde hay una obra como esta, o siquiera como ésta.

De manera que nadie por muy pesimista que sea y que seguramente en Colombia lo habrá, podrá quitarnos el motivo por el cual nos sentimos orgullosos y por eso celebramos.

El pesimista puede seguir siendo negativo; al fin y al cabo no tiene porqué sentirse orgulloso de su pesimismo. Eso nadie se lo celebra.

Punto y aparte: Parados en la mitad del recorrido del túnel de La Línea, (4.300 metros) dijo el director de Invías en febrero de 2019: “Estamos en la mitad del túnel a 2.420 metros sobre el nivel del mar. Desde aquí y hasta el filo (3265 msnm), tenemos 845 metros de tierra encima de nosotros”. Ese día, cualquiera de los que escuchamos eso, pudo haber elegido Sumo pontífice. Rezamos todo lo que la humanidad ha escrito como oraciones. 

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