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Columnistas  |  28 septiembre de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Gloria Chávez Vásquez

EL PROYECTO 1619: LA HISTORIA MAL CONTADA

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Gloria Chávez Vásquez

Gloria Chávez Vásquez

En agosto de 1619, un barco apareció en el horizonte, cerca de Point Comfort, un puerto costero de la colonia británica de Virginia. Llevaba más de 20 esclavos africanos, que habían sido vendidos a los colonos.

Si alguna vez usted se pregunta de dónde salen las ideas radicales que quieren cambiar de un golpe al mundo, el reciente escándalo protagonizado por el New York Times y una de sus periodistas de planta, nos revela la estratagema de ingeniería social más utilizada actualmente por la prensa de izquierda.

Nikole Hannah-Jones trabaja en el New York Times desde 2015 y su especialidad es el tema de los derechos civiles, la discriminación y la segregación. Más que periodista, es una activista radical. Este año le fue otorgado el Pulitzer por el comentario con el que el periódico lanzó el Proyecto 1619, una serie de ensayos publicados en el magazine dominical, con el argumento de que “la esclavitud define la fundación de los Estados Unidos” y el objetivo de cambiar la narrativa histórica nacional. Asume además que esos esclavos son los verdaderos fundadores de la patria.

El P.1619 surgió primeramente como una iniciativa del periódico para atraer lectores de la raza negra, con motivo de los 200 años del arribo de los primeros esclavos a Norteamérica. Como directora del proyecto, Hannah Jones vio la oportunidad de convertirlo en un proyecto continuo, destinado a introducirlo en el sistema educativo y así cambiar, totalmente, el punto de vista cultural de la nación. Con entusiasmo, el New York Times dio rienda suelta a Hannah Jones para recrear su fantasía y la de los globalistas, incluyendo a A.G. Sultzberger, el propietario del periódico. El Pulitzer Center se asoció de inmediato, como “compañero educativo” del proyecto (de ahí el premio) y el resto es historia. Mas un cuento que una historia.

Lo que permaneció como un secreto a voces, era que el texto del proyecto pretendía convertirse en realidad histórica o más bien, en un intento por tergiversarla. Era la fábula con que los maestros de historia evangelizarían a sus alumnos: “A la llegada del barco a Point Comfort, Virginia: América no era América todavía, pero este fue el momento en que empezó. Ningún aspecto del país que se formó aquí, ha permanecido intacto durante 250 años de esclavitud. Con esa coletilla se cambiaba la fecha de fundación de la nación, de 1776 a 1619 y se iniciaba la reforma a la historia de los Estados Unidos. El truco no es nada nuevo. Por décadas los textos y revistas escolares están impregnados de este tipo de corrección política, creando así el actual caos y confusión social.

Uno de los editores del proyecto del Times declaró, durante una presentación, que “es de la esclavitud que ha salido prácticamente todo lo que ha hecho excepcional a los Estados Unidos.” Y añadió: “Hasta en la guerra civil se peleó mayormente para preservar la esclavitud”.

La avalancha de críticas de parte de los historiadores no se dejó esperar. Más aun cuando el 1619 se convirtió en el manifiesto de Blacklivesmatter y otros grupos violentos; las conjeturas del proyecto exacerbaron las exigencias de “reparación racial” de los políticos extremistas, y aparte sirvieron de excusa a los destructores de monumentos históricos a lo largo y ancho del país.

El afamado economista y comentarista social, afroamericano, Thomas Sowell, desbarató la teoría de Hannah Jones y el NYT diciendo que “la esclavitud es una de las actividades más viejas del mundo y no tuvo su origen en Norteamérica”. Agregó que en la época mencionada, “la esclavitud originada en el África fue explotada por musulmanes e individuos de la raza negra e incluyó hombres, mujeres y niños de la raza blanca”.

La autora del proyecto tuvo que dar la cara y tratar de retractarse, diciendo que eso “no era exactamente lo que había querido decir”. Los editores de New York Times Magazine se dieron a la tarea de corregir el lenguaje del proyecto así como el del ensayo premiado por los relacionistas públicos del Pulitzer Center. La “fe de errata” apareció, solo después de que una correctora del 1619 reveló que el editor había ignorado sus llamadas de atención sobre “las graves inexactitudes históricas” en el ensayo de Hannah-Jones.

La descripción oficial del NYT el proyecto anuncia que su objetivo es el de “replantear la historia del país colocando las consecuencias de la esclavitud y las contribuciones de los negros norteamericanos en el mismo centro de la narrativa nacional de los Estados Unidos”. Implícito en el 1619 está el borrar la actual historia y sus protagonistas, incluyendo la falsa acusación de que los fundadores promovieron la esclavitud.

El comentarista del Washington Examiner Becket Adams, considera que el Proyecto 1619 es un fraude. Como única respuesta, Hannah Jones lo acusó de “tenerle envidia”, y de “no tener ni las ideas ni el talento para llevarlas a cabo”. La periodista declaró en enero 2020: “esperaba que habría protestas retrogradas para el replanteamiento de esta idea. Nadie es más americano que los negros porque somos quienes hemos perfeccionado la democracia”.

Lo cierto es que el proyecto siguió en marcha y las afirmaciones de Hannah Jones quedaron escritas, grabadas y en poder del público. En una multitud de presentaciones, como en el evento en Instituto Ann Harbor, Jones ha dicho que el proyecto confirma que “nuestra verdadera fundación es en 1619 y no en 1776”. Esa línea fue eliminada de la versión digital, mientras que Leslie M. Harris, profesora de Historia de la Raza Negra, refutó las más ridículas afirmaciones de la autora y el texto original tuvo que ser expurgado varias veces antes de publicarse.

Sus intenciones y las del NYT estaban claras desde un principio. Cuando Nicole Hannah Jones lanzó el Proyecto 1619 en los medios sociales y en la prensa dijo: “Yo propongo que 1619 es nuestra verdadera fecha de fundación.”

Pero si la periodista y el New York Times conocieran realmente la historia, su afirmación estaría desbancada totalmente si supieran que Pedro Menéndez de Avilés fundó San Agustín en la Florida en 1565, convirtiendo a ésta en la ciudad más antigua de Estados Unidos.

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