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Armenia  |  18 octubre de 2020  |  12:01 AM |  Escrito por: Edición web

Armenia, la más pobre del Eje, por falta de una visión de largo plazo en el desarrollo económico

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Por Juan Carlos Vásquez Sora

Las cifras de pobreza monetaria del DANE arrojan inicialmente que la ciudad de Armenia redujo entre 2018 y 2019 un -0.4% el porcentaje de pobreza. Sin embargo, los datos del Observatorio Económico y Social de Armenia hacen un comparativo con sus homólogas de Manizales y Pereira y las cifras no son nada halagadoras para el 2019.

Distribución de las clases sociales en el eje cafetero, 2019.

En efecto, la proporción de pobres en Armenia alcanza el 34.2% mientras que para Manizales es del 20.6% y Pereira el 28.7%. Estas cifras nos indican que Armenia no está haciendo bien la tarea en los frentes económico y social. Desde lo económico, porque se sigue insistiendo en actividades productivas de bajo valor agregado que tienen como resultado un bajo nivel de ingresos para sus ciudadanos y que son muy sensibles a los choques económicos. En lo social, porque la estructura económica está excluyendo a una parte de la población, que con el tiempo van a quedar por fuera del poco desarrollo que se logre.

El grupo de los vulnerables es muy parejo en las tres ciudades, pero hay que llamar la atención que ante choques económicos como el de Covid19, este es el primero que empieza a bajar al grupo de pobres. Y aquí es donde una economía de bajo valor agregado tiene un efecto amplificador, porque estas actividades son muy sensibles a la caída de la demanda. Y eso es precisamente lo que se vivió en gran parte de lo corrido del año. Las cifras de pobreza monetaria del 2020 van a crecer considerablemente.

Prueba de lo anterior, es que en el trimestre más agudo de la pandemia, que corresponde a los meses de abril a junio, Armenia perdió el 40.17% de los puestos de trabajo y su tasa de desempleo ascendió al 33.53%, mientras que Manizales perdió el 23.05% de puestos de trabajo y el desempleo fue de 25.65% y para Pereira la pérdida de puestos de trabajo fue de 28.26% y el desempleo de 24.92%. Armenia muestra muy poca resiliencia ante crisis económicas.

La clase media es el motor de la economía y para el eje cafetero tiene diferentes composiciones. Para Manizales es prácticamente la mitad de la población. Para Pereira acumula el 41.4% y para Armenia el 37.3%. Esto revela que nuestro motor económico es de bajo cilindraje, con lo que no se puede pretender una gran aceleración en la reactivación económica de la Ciudad Milagro.

Otro problema que se deriva de estructuras económicas como la de Armenia es que las diferencias de género son más marcadas. Si se analiza la incidencia de la pobreza del jefe del hogar liderado por mujeres, esta alcanza el 37.9% mientras que para los hombres es del 31.8%. En Manizales la incidencia para las mujeres jefes de hogar es del 22.5% mientras que para los hombres es de 19.3%. Para Pereira la incidencia es de 30.2% en las mujeres y 27.3% en los hombres.

Para Armenia, la incidencia de la pobreza en los desocupados es de casi el 60%, mientras que en los ocupados llega al 32.6%. Esto indicaría que tenemos una estructura económica que esta atrapando a los cuyabros en la pobreza.

Finalmente, la pobreza extrema acumula para Armenia casi el 6%, mientras que para Manizales es el 1.9% y Pereira el 2.6%. No solo tenemos la mayor proporción de pobres que corresponde a ciudadanos que viven con menos de $390.000 pesos al mes, sino que acumulamos la mayor cantidad de pobres extremos del eje cafetero que viven con menos de $151,500 pesos al mes, (ambas cifras para la ciudad de Armenia). Hay que decirlo, la ciudad de Armenia está fracasando en la tarea de generar bienestar para sus ciudadanos.

Y el fracaso de Armenia es el fracaso de todos. De la estructura política, porque consideraron a la ciudad como la caja menor del gobierno de turno, impidiendo inversiones estratégicas en frentes claves como el desarrollo económico. Del sector productivo, que con un silencio casi cómplice callaron los abusos de poder con tal de no perder privilegios y oportunidades. De la academia, que no tiene visión de región ni trabaja por su desarrollo económico. Y de la sociedad civil, que vuelve y vota por los políticos que saquean la ciudad continuamente.

Si queremos una estructura económica que genere bienestar para todos, hay que platear cambios profundos, empezando por convertir la economía de la ciudad en un estructura productiva de mayor valor agregado que sea incluyente, que genere puestos de trabajo permanentes (no de temporada) con ingresos laborales que permitan generar ahorro e inversión en las familias.

Finalmente, los indicadores están mostrando que las altas tasas de desempleo tienen incidencia en la pobreza, contrario a la idea de que en Armenia el alto desempleo puede convivir con el desarrollo económico.

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