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Columnistas  |  21 octubre de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Gilberto Zaraza

DUQUE MENTIROSO Y CÍNICO

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Gilberto Zaraza

Gilberto Zaraza Arcila

Sin ningún merecimiento ni trayectoria Iván Duque fue ilegítimamente ungido como presidente. Como candidato prometió más y mejores empleos. Menos impuestos y mejores salarios. Respeto a los acuerdos de paz. Cero tolerancia a la corrupción. Acción decidida contra la impunidad. Cero mermelada o clientelismo. Universidad gratuita. No al fracking. Independencia de los organismos de control. Estado austero y sin derroche. Remover las facultades nominativas a las altas cortes. Servicio exterior profesional sin presiones políticas. No gobernar con el espejo retrovisor. Renuncia del candidato si se comprobaba ingreso de dineros ilícitos a la campaña, etc. Pero en el ejercicio del poder incumplió sus promesas y ha hecho todo lo contrario.

Juró cumplir la constitución y las leyes y defender la soberanía nacional. Sin embargo, ha violado los artículos 6, 7, 19, 37, 173 numeral 4, 218, 237 numeral 3 etc. de la constitución nacional; y el decreto presidencial 2759 de 1997 que prohíbe la colocación de placas o la erección de monumentos, para recordar la participación de funcionarios en la construcción de obras públicas, como lo hizo con la presuntuosa y descomunal placa colocada en el túnel de La Línea.

Está obligado a cumplir los acuerdos y convenios suscritos por el Estado con los insurgentes y los celebrados en la OEA y ONU; pero su praxis ha sido la de desconocerlos y actuar en contravía de los mismos. La interferencia en las elecciones presidenciales estadounidenses es un desafío temerario con consecuencias impredecibles. Como no tiene autonomía, ni dignidad, se considera jefe de gobierno de un partido político y no de un país. Comprometido con la gratitud a Uribe, sus acciones están encaminadas a complacerlo. Se empeñó en hacer trizas los acuerdos de paz, en atacar y debilitar la JEP, en desacreditar a su antecesor, en ser el defensor de oficio de su patrón.

Para complacer al imperio cumple las órdenes de Trump, interfiriendo en los asuntos internos de Venezuela, promoviendo mayores sanciones económicas y un cerco diplomático y político; con el propósito de deponer al presidente Maduro. Violando la soberanía nacional permitió (sin autorización del Congreso y concepto favorable del Consejo de Estado), la permanencia y actuación de tropas norteamericanas en suelo colombiano. Intensificó la lucha contra narcotráfico y la fumigación con glifosato; cuando Estados Unidos no libra una lucha interna contra el consumo, legalizó la marihuana, no usa el glifosato, ni persigue a los capos gringos que compran y distribuyen las toneladas de cocaína que les envían los mafiosos colombianos.

Como el combate contra los estupefacientes es estratificado, solo persigue a los campesinos cultivadores de coca. Pero no a los grandes narcotraficantes que financiaron su campaña. Permite a través de la policía el microtrafico interno y los envíos de toneladas de cocaína a los Estados Unidos. Por eso nombró embajador a su amigo Fernando Sanclemente con laboratorios de cocaína en su finca. Y nombró comandante del ejército y ascendió a general a Eduardo Zapateiro que lamentó y se conmovió profundamente con la muerte del jefe de sicarios del mafioso Pablo Escobar.

Pregona legalidad y respeto a las instituciones, pero las desconoce e irrespeta. No acata los fallos judiciales. Viene legislando por decreto e impidiendo que el Congreso sesione normalmente y cumpla con sus funciones legislativas y de control. A pesar de ser un Estado laico consagró el país a la religión católica. Acabó con el equilibrio de podres al concentrar la mayoría de instituciones del Estado y está implantando un régimen autoritario y represivo que tiende a convertir en un fascismo criollo, donde todo opositor es calificado de guerrillero o terrorista.

El gobierno de Uribe III por interpuesta persona es mediocre, perverso e incoherente. Sus nefastas ejecutorias lo confirman. Todos los indicadores socio-económicos van a la baja. Aumentó la desigualdad y la corrupción. Se incrementó la pobreza y la indigencia. Prometió el cambio, sin embargo regresaron: Las masacres de líderes sociales, presos, jóvenes, indígenas y campesinos. El desplazamiento forzado. Las interceptaciones ilegales. La orden de nuevas ejecuciones extrajudiciales. La represión y la muerte a los participantes en protestas pacificas. La persecución y la satanización a los opositores. Hechos de la mayor gravedad que morigera con eufemismos o manipulaciones semánticas.

Estamos dentro de los 5 países con el peor manejo de la pandemia y los mayores niveles históricos negativos en desempleo y contracción económica. Ha sido muy generoso con los grandes empresarios y banqueros, y mezquino con los comerciantes, mipymes e informales, al no aprobar la renta básica que hubiera impedido el hambre en la población vulnerable. En cambio derrocha más de 100.000 millones de pesos en injustificable e inoficiosa publicidad, en un insulso programa de televisión, y en varias camionetas blindadas de alta gama para uso personal.

Hablaba mal de Uribe, pero hoy es su más abyecto e incondicional súbdito. Invitaba a marchar y a protestar contra el mal gobierno de Santos; pero hoy descalifica las movilizaciones sociales contra su gobierno y las considera injustificadas e intento de golpe de Estado. Como es soberbio, excluyente y aporofóbico solo dialoga con los potentados, a los pobres y vulnerables los desprecia. Duque se graduó en la Sergio Arboleda de incompetente, inmoral, mitómano e hipócrita. Pasará a la historia como el peor presidente.

La propuesta de referendo revocatorio de su mandato ilegitimo es la salida adecuada, ante la inacción y la complicidad de la justicia, la fiscalía y los organismos electorales; y como la manera de impedir un nuevo fraude electoral.

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