Por Álvaro Ayala T.

La próxima escena macabra que viviremos los colombianos será cuando reaparezca Carrasquilla e Impuestos Compañía Ilimitada. Ese será el día en que el personaje llegará al Congreso con su obra maestra: la reforma tributaria. Experto en crear desempleo y pobreza a esta hora debe estar preparando la cara que pondrá cuando llegue al Capitolio Nacional con su mamotreto debajo de ese hueco que se forma entre brazo y tórax llamado sobaco. Oliendo maluco fácilmente obtendrá mayorías para que al final del gobierno los pobres de Colombia aumenten de 17 a 18 millones.

La reforma tributaria solo sirve para garantizar el pago de la eterna pandemia llamada nómina oficial. Aquí nuestro sistema de educación está configurado para sobrevivir debajo de esa enorme ubre llamada Estado. En ese círculo vicioso radican algunos de los graves problemas de la nación. Nos orientan para ser funcionarios o empleados de medio nivel y no para buscar progreso a través de la iniciativa privada.

El gobierno, el Congreso y lo que llaman poder judicial son las principales fuentes de empleo. Acaparan las miradas y todos queremos chupar su tibia leche. El día en que se desincentive el trabajo estatal iniciará el país el camino que nos lleve a la disminución de la pobreza. Mientras tanto no hay forma de solucionar el asunto. Tiene que ser alguien muy insensible para atreverse a proponer más impuestos en medio de esta catástrofe universal. Pero asociado con congresistas desalmados estamos seguros que el pueblo volverá a perder y los pobres y desempleados se multiplicarán.

Lo único que garantiza una reforma tributaria Made In Carrasquilla es que seguiremos peor. No hemos visto una iniciativa que apoye las industrias, empresas y negocios para animarlos a crear empleo como herramienta de reactivación económica. Tocará acabar con las facultades de economía porque sus profesores y alumnos sólo saben crear impuestos como fórmula para salir de las crisis. Desconocen que son precisamente sus programas los que nos mantienen en la olla, pero sin nada para llenarla.

Hecha la tarea, Carrasquilla renunciará y utilizando también la puerta giratoria aterrizará en el Banco de la República. Desde allí va a vigilar que los pobres se multipliquen como él manda y controlará que la tasa bancaria no baje de 1:75 %. Esa será su misión principal porque sabe que una de las medidas elementales para reactivar la economía es tener tasas sobre cero o negativas. Pero eso no va con él. Lo suyo es crear pobres y cuidar el bolsillo de los banqueros. Mientras Carrasquilla acaba el país, la minga, los sindicalistas y la izquierda destruyen el resto. ¿Cuál será el futuro de la patria en donde la izquierda, la derecha, el centro y la guerrilla se corrompieron?