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La Guaca  |  27 noviembre de 2020  |  12:00 AM

Julián Bedoya, tiemblan su título y su curul I

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En una especie de manifiesto de “mea culpa” es considerado el documento que la Universidad de Medellín elaboró señalando las irregularidades que se cometieron en dicha institución y que finalmente llevaron a graduar al senador Julián Bedoya, otorgándole el título de abogado.

Dice la “Comisión Tercera de Asuntos Disciplinarios, Estatutarios y de Régimen Interno” de la Universidad de Medellín en un escrito conocido por la W Radio, de 57 páginas, que “la mayoría de los procedimientos administrativos fueron, por decir lo menos, manipulados, irregulares y que los exámenes de suficiencia, los preparatorios y el trabajo de grado, no se ajustaron a lo dispuesto por el reglamento académico del claustro que rige a la Facultad de Derecho”. Hay evidencia de seis presuntas irregularidades identificadas, en un periodo de cinco años para favorecer al senador.

Julián Bedoya, tiemblan su título y su curul II

Las irregularidades que se identificaron en el otorgamiento del título al senador, fueron las siguientes:

1.- Solicitó dos reingresos ante dos retiros; y en el período 2018 – 2 era el consejo de la facultad de derecho quien definía su reingreso y no el subsecretario quien tomó la decisión sin tener las facultades para ello, alegando que tenía facultades que nunca le fueron concedidas. Esta causa invalida el reingreso y todas las acciones que el senador emprendió para graduarse.

2.- Este reingreso de 2018 de Bedoya se “aprobó” 21 días antes de que el senador radicara la petición en la universidad.

3.- La misma Comisión Disciplinaria de la Universidad se queja que las directivas administrativas de la Universidad no hayan enviado la documentación completa sobre el reingreso de Bedoya cuando le fue pedida por la Procuraduría, la Fiscalía y el Ministerio de Educación, corriendo el riesgo de una sanción.

4.- Sobre los exámenes de suficiencia y preparatorios, dice la Comisión Disciplinaria que no era posible permitirle a Bedoya presentar tres exámenes en un mismo día, violando distintas normas de carácter académico, lo que por lógica, “le acarrea la nulidad de la gran mayoría de dichos exámenes de suficiencia y aun de los preparatorios”.

5.- En nueve de las 11 suficiencias que Bedoya presentó, no se cumplieron los requisitos y en concepto de la comisión, debieron ser anulados, en su mayoría porque los docentes no eran los que dictaban esas materias, lo que también violó el reglamento de la universidad.

6.- Con respecto al trabajo de grado, advierten los integrantes de la comisión disciplinaria, que no es cierto que el senador Julián Bedoya haya participado en el desarrollo del libro del docente John Mario Ferrer, pues el libro en el año 2017 ya contaba con la autorización para su publicación y Bedoya fue reingresado a la universidad en octubre de 2018, lo que señala que a esa fecha poco o nada podía aportarle a ese trabajo tal y como se quiso justificar.

7.- La Comisión disciplinaria llama la atención sobre que, las directivas de la Universidad, hubieran dado respuestas contrarias a la verdad, informando que la administración del claustro actuó según facultades conferidas por el Consejo Académico, a sabiendas de que esa facultades nunca le fueron conferidas a esa comisión por el Consejo Académico y mucho menos al exsubsecretario.

Julián Bedoya, tiemblan su título y su curul III

Este documento votado el pasado 3 de noviembre por la Comisión Disciplinaria de la universidad de Medellín, deja muy mal paradas a las antiguas directivas de la Universidad de Medellín, de las cuales ya salió el rector.

La Comisión Tercera de Asuntos Disciplinarios, Estatutarios y de Régimen Interno de la Universidad de Medellín presentará a debate el documento aquí comentado en la reunión plenaria de la Consiliatura el próximo 7 de diciembre.

Con estos antecedentes la universidad de Medellín como institución, quiere salvar la responsabilidad académica y penal que le puede caber al otorgar irregularmente título de abogado al senador Julián Bedoya, senador que alcanzó una altísima votación en el departamento del Quindío en las elecciones pasadas, apoyado por el alcalde de entonces y por una fracción del partido Liberal.

De confirmar las autoridades competentes todas estas actuaciones irregulares de Julián Bedoya, éste corre el riesgo de ser destituido por la Procuraduría, perder el cargo de Senador y con medida de aseguramiento por la Fiscalía.

En todo esto hay una conclusión que por lo simple, se destaca: Julián Bedoya no necesitaba ser profesional para aspirar al Senado. Según el artículo 172 de la Constitución Política de Colombia para ser elegido Senador “se requiere ser colombiano de nacimiento, ciudadano en ejercicio y tener más de treinta años de edad en la fecha de la elección”. Con la posesión bastaba. Lo demás hace parte de la farándula. No había que engañar a nadie ni presumir precisamente por lo que le faltaba, que era la educación.

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