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Región  |  12 diciembre de 2017  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Maestría en Historia revive el interés por esta disciplina en el Eje Cafetero

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La maestría en Historia e Investigación que ofrece la universidad Tecnológica de Pereira ha revivido el interés por la Historia en el Eje Cafetero. Así lo afirmó el director de la maestría, historiador John Jaime Correa, quien dijo que, además, se trabaja en un proyecto pedagógico con el Ministerio de Educación para revivir la enseñanza de esta disciplina en los establecimientos educativos. El profesor Correa habló sobre estos temas con EL QUINDIANO: 
 

¿Cómo va la maestría de Historia que ofrece la Universidad Tecnológica de Pereira?

Considero que la maestría se ha posicionado muy bien en los últimos años. En el momento ya tenemos 9 cohortes adelantando con muy buenos resultados académicos a nivel investigativo y tenemos una cobertura a nivel regional gracias a convenios que hemos establecido con el Ministerio de Educación Nacional a través del programa Becas para la excelencia docente, tenemos maestros de Caldas, Risaralda y Quindío, lo que nos ha permitido volver a un tema que hace tiempo no se trataba: la enseñanza de la Historia. 

 

¿Por qué es importante volver a la enseñanza de la Historia?

Además de la importancia de investigar, de volver a los archivos, también es importante ver cómo podemos renovar el tema de la Historia, del sentido de pertenencia y la identidad a sabiendas de que hace años no se enseña Historia sino que se enseñan, en conjunto, Ciencias Sociales. A partir de ese proyecto con el Ministerio de Educación hemos logrado que los docentes vuelvan a pensar esos temas de la historia local aplicando las nuevas metodologías de la Historia, como por ejemplo la microhistoria qué es un tema que permite entender otros personajes más anónimos, que no siempre han sido las personas que más despliegue o relevancia tienen en las historias oficiales de los municipios y de las regiones. Entonces ha sido un ejercicio muy interesante donde los chicos de distintos grados de todas estas regiones se han vuelto a conectar con su pasado, con sus antecesores, con sus pasados indígenas, con los procesos de colonización, con los procesos de transformación de la ciudad y en algunos casos las historias también tienen que ver con historias barriales. 

¿Es como ofrecerles a los niños la oportunidad de conocer y construir la historia?

Los chicos están en esa labor de reconstruir el oficio del historiador, que es el aporte nuestro, digamos en el tema didáctico y que tiene mucho que ver con las competencias científicas en el sentido de que los jóvenes se aproximan a la realidad como investigadores sociales; hacen encuestas, van y miran el álbum familiar, hacen ese viaje hasta el pasado y es una labor que da cuenta de la importancia que tiene la maestría. 
 

¿La maestría en Historia de la UTP trabaja en conjunto con otras universidades este tema académico?

Nosotros tenemos un convenio con la Universidad de Salerno para una maestría de doble titulación en Historia y Ciencia Política, que implica también hacer una pasantía en Italia. Entonces estamos bien posicionados y consideramos que este tema de la maestría y de la historia es vital también en el momento del posconflicto, en el tema de la memoria de las víctimas, y creo que todo esto de manera coherente nos ha permitido posicionarnos. Estamos trabajando en la colección de Maestría de Historia, sobre libros de historia regional. Tenemos una revista que se llama Ciencia Nueva, donde estamos publicando los resultados de investigación, artículos que saquen los estudiantes y colegas de otras partes. La idea es que la Historia no se quede en los cuatro muros de la universidad, sino que salga a las comunidades, al sector público, al sector privado, que se sepa qué es lo que estamos haciendo; eso es lo que le está dando esa vitalidad a la historia. 
 

¿Por qué es importante la Historia para la cotidianidad de la vida de los seres humanos?

Yo creo que la Historia es un elemento clave para uno ubicarse en el tiempo, para uno entenderse como sujeto social, para uno entender quién es en el presente en el que vive, que tiene mucha relación con cosas que han venido desde el pasado. Es muy importante que uno, como persona que vive en lo que llamamos la sociedad de la información, poder entender esa relación entre pasado y presente; poder entender las continuidades, las permanencias, pero también los cambios y las rupturas para comprender, por ejemplo, de dónde surgen los conflictos, de dónde surgen las transformaciones culturales. Hay que tener claridad en este momento porque las nuevas juventudes que están tan metidos en las nuevas tecnologías podrían encontrar en ellas una forma de empezar a revivir la Historia, pero con un sentido de apropiación, que salgan de lo que se llama el presentismo. 

 ¿Un profesor puede dedicarle más tiempo a la Historia dentro de la asignatura de Ciencias Sociales?

Por supuesto, lo que pasa es que en cada colegio hay que negociar con el rector. Al profesor de Ciencias Sociales le toca dar la cátedra de ciudadanía, de afrocolombianidad, de cosas de género, el día de la cátedra de la paz, la cátedra de la Quindianidad, de la Pereiranidad... Entonces todos los días tiene que inventarse una clase nueva, pero sí sería muy importante que los rectores permitieran a los docentes, al menos una vez a la semana, trabajar ciertos temas históricos y sobre todo que los muchachos lo hagan, no simplemente recibiendo su información para memorizarla sino que ellos puedan, de alguna manera, investigar esa realidad por sus propias manos, por sus propios ojos, en un diálogo constante con sus docentes porque la Historia deja de ser un dato muerto y se vuelve un dato vivo que nos sirve mucho para nosotros como sociedad. 
 

¿La maestría ha revivido el interés por la Historia del Eje Cafetero?

Sin duda. Desde el inicio de la maestría existe el enfoque de subsanar una serie de vacíos que tenemos desde la historia regional, frente a las historias locales. Aquí se ha valorado mucho, y tiene mucho sentido la Colonización Antioqueña, pero también hemos empezado encontrar la presencia de otras corrientes migratorias. No hemos tenido en cuenta otros grupos poblacionales, otros actores sociales; se reivindican por ejemplo las organizaciones cívicas, por ejemplo la Sociedad de Mejoras, los clubes rotarios porque fueron muy importantes para la transformación de la ciudad, pero había que entender, por ejemplo, cuál fue la importancia de la izquierda en los procesos de urbanización en zonas marginales. Hay que hacer mucha historia también del presente; por ejemplo aquí en el Quindío el terremoto es importante, contar la historia de antes y la historia del después para podernos entender en el tiempo. En esa forma, por ejemplo, conocer cómo se hizo la reubicación de los barrios, los desplazamientos de personas y de familias, tienen que ver mucho con las crisis actuales, por ejemplo la del café, la migración hacia el extranjero, estos fenómenos nos dicen que el historiador no se puede quedar mirando solamente en 200 y 300 años atrás, sino que tiene que dar explicaciones de los fenómenos que están sucediendo en el presente, obviamente con un enfoque interdisciplinario, trabajando con la Sociología, las Ciencias Políticas y la Antropología.

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