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Columnistas  |  04 diciembre de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Miguel Ángel Rojas

JAIME LOPERA Y MARTHA BERNAL, AHORA EN RUSO

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Miguel Ángel Rojas

Por Miguel Ángel Rojas Arias

La traducción del libro ‘La culpa es de la vaca’ al ruso, es un acontecimiento literario que para los quindianos pasó un poco desapercibido. O, mejor dicho, se recibió un poco al desgaire, tal vez por nuestra eterna falta de valorar lo nuestro y ponderar lo ajeno. Por tal razón, desde esta columna queremos exaltar, ponderar y magnificar a los dos autores de este libro, que tantas enseñanzas le ha dado al mundo, a Jaime Lopera Gutiérrez y Martha Inés Bernal Trujillo.

Retomo para este homenaje apartes de un perfil escrito hace cerca de 10 años para la revista Así Somos, de Comfenalco Quindío. Para Jaime Lopera Gutiérrez y Martha Inés Bernal Trujillo el trabajo como entrenadores profesionales de grupo y de gerencia y autores de libros de superación personal y de emprendimiento empresarial, ha sido un aliciente vital que los ha llenado de creatividad y entusiasmo. Esa actividad en equipo los afianza en cada momento, por su decisión de vivir la vida como socios, compartiendo un marco de referencia común: sus valores y principios y su lucha por la coherencia.

Es una pareja exitosa. El libro ‘La culpa es de la vaca’, firmado por Jaime, pero en el que tiene gran responsabilidad Martha Inés, ya tiene en el mercado cerca de 200.000 ejemplares, sin contar las ediciones piratas. Jaime asegura que el trabajo es en equipo. “Ella es la productora y yo hago el papel literario y de reescritura de textos. Ambos roles funcionan a la perfección aunque del choque de ideas de vez en cuando surge la luz como dos piedras del río”.

Todo empezó hace muchos años, después de que Martha Inés, paisa de cepa, graduada como trabajadora social en la universidad Pontificia Bolivariana de Medellín se encontrara con Jaime, en Bogotá. Él había terminado la carrera de Derecho y Ciencias Políticas en la universidad Externado de Colombia en Bogotá, pero no se graduó por seguir detrás de las ideas del Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, de Alfonso López Michelsen. Era un joven militante político.

Jaime Lopera dice que es Calarqueño, pero caldense, y eso lo hace un hombre de dos mundos geográficos. Al principio de todas sus cosas, fue político. “Me di cuenta del aroma de la política cuando pensé que yo podía arrimar el hombro a una revolución mientras seguíamos los pasos de Sartre, Baran y Camus. Pasada esta etapa juvenil, me hice empleado y luego consultor de empresas.

Pero después, la literatura que ya lo había picado, lo puso en su verdadero sitio. “Almorcé un día con Augusto Monterroso, el famoso cuentista guatemalteco, y él me ayudó a vivir la literatura de un modo nuevo con su humor y gracia”. La política no quedó rezagada, sino depurada. “Aún conservo la esperanza de que la equidad social pueda ser una perspectiva de cambio y me seguiré ocupando de ella con los recursos de la pluma que aún me quedan. Mi lucha por la pureza electoral no ha dado tregua”.

Comenzó como reportero y ‘cargaladrillos’ en los periódicos La Calle y La Nueva Prensa, y luego en la revista Semana. Hizo crítica de cine y crítica literaria en las revistas Guiones, Eco y Pluma, y escribió en casi todos los suplementos literarios de los grandes periódicos colombianos. “Todavía no logro ser escritor, pero intento. Añoro una novela, pero se me escurre por los dedos cuando lo pruebo”.

Volvió a su tierra, el Quindío, en 1982, nombrado gobernador del departamento por el expresidente Belisario Betancur. Después de este ejercicio, prácticamente abandonó la política. “Como las prácticas clientelistas de la política diaria exigían ciertas concesiones que mi ética rechazaba, entonces escogí hablar de Política con mayúsculas y eludir la politiquería. Por fortuna, una vez que uno se pone de acuerdo con los libros ellos le ayudan a ver otros mundos y de esa manera nuevos pensamientos estéticos empezaron a habitar en mi espíritu”.

Siguió en Bogotá, con Martha, donde llegaron los libros de superación personal. Cuenta Martha Inés que la aventura editorial empezó por casualidad. “En el año 1999 fuimos invitados a realizar un seminario taller con cien funcionarios de una entidad, a fin de presentarle al nuevo gerente un diagnóstico de la problemática organizacional de la empresa. Como entrenadores profesionales de grupo y de gerencia, Jaime y yo nos enfrentamos a un problema mayúsculo de diseño: no íbamos a tener el tiempo suficiente para que un grupo tan grande lograra un clima de confianza suficiente para exponer unas situaciones conflictivas a un nuevo gerente. Se nos ocurrió un recurso: pequeñas lecturas que el grupo analizara y discutiera, para llegar a conclusiones sobre diversos problemas de la organización”.

La idea resultó maravillosa, examinaron la literatura de apoyo, algunas anécdotas y parábolas que tocaban temas como liderazgo, motivación, trabajo en equipo, comunicaciones, colaboración, dilemas éticos, planeación, etc. y prepararon el diseño definitivo. El taller fue calificado por el grupo y por el gerente de una manera sobresaliente, pero los más sorprendidos fueron Jaime y Martha. “Nunca en más de veinticinco años de trabajo con grupos empresariales habíamos conseguido tales efectos en tan corto tiempo”. Ahí comprendieron que debían de escribir historias cortas de motivación y valores e incluirlas en libros, que hoy son un éxito nacional e internacional.

¿Dónde está el secreto del éxito? Para Martha en la magia de las anécdotas, fábulas y parábolas. Afirma que son herramientas pedagógicas totalmente potentes para los adultos. “Son como pequeñas películas, sencillas y de fácil recordación, que tienen un mensaje moral o una enseñanza y que cada persona interpreta según sus circunstancias, su momento vital y sus emociones”. Y reafirma: “Después de cinco o seis libros, nos enteramos que son adquiridos especialmente por gente sencilla, afiliados a Círculo de Lectores, que compran por cuotas las obras y que generalmente los conservan como biblioteca familiar. Estamos llegando a personas que buscan crecer personal y familiarmente de manera creativa y auto dirigida y, ante todo, son padres de familia, jóvenes, maestros y profesores universitarios, líderes de acción social y comunitaria, agentes de cambio social”.

Jaime Lopera sigue pensando en la política como la esencia de la vida comunitaria. “Sin ella, que es la suma de muchos consensos públicos, no existiría una sociedad equilibrada, ni la democracia, ni el agua, ni la energía, ni la educación siquiera. Pero la ausencia de esa Política con mayúsculas equivale a permitir el autoritarismo, ese dedo que usan los déspotas enanos para eliminar nuestra libertad”. Así mismo, sigue pensando en los libros: “La literatura estimula las energías de nuestra imaginación y provee de belleza y de reflexión a los duros instantes de nuestra vida cotidiana. Una bella metáfora, insertada en un poema largo, ella sola es la innovación hecha carne”.

Jaime y Martha le apuestan a la vida en pareja, ahora más que nunca, cuando han superado juntos una grave enfermedad de ella. Y siguen pensando que los libros de motivación le sirven a la gente de estímulo para cambiar, a cada cual según sus necesidades. “Lo que proponemos superar son los consejos, las recomendaciones que producen un sometimiento tal que no dejan progresar la voluntad ni el crecimiento de los individuos”, concluye Jaime. En tanto, Martha Inés nos recuerda que este método de enseñanza ha sido usado desde la antigüedad. “Los chinos, los sufíes, los indios, nuestras culturas precolombinas y aún Jesucristo aprovechaban pequeñas narraciones para comunicarse con campesinos o pescadores para enseñarles sus principios de convivencia y sus doctrinas”.

Enhorabuena para esta maravillosa pareja de quindianos, por la traducción de su libro al ruso, seguramente también es ‘culpa de la vaca’.

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