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Columnistas  |  13 diciembre de 2017  |  12:00 AM |  Escrito por: Danilo Gómez Herrera

Un león matecaña en el campín

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Danilo Gómez Herrera

Ahora que se habla de una nueva final del fútbol colombiano en la Liga Aguila 2017 y para la alegría de los capitalinos con la presencia de dos históricos como Santa Fe y Millonarios, vuelve a estar de moda entre los hinchas rojos la singular mascota que hace 42 años les dio la imagen de garra y poder. El León Monaguillo.

Las mascotas son la otra cara del fútbol, el toque simpático que le da color a la fiesta en los estadios. Por lo general son singulares personajes que se meten en incómodos disfraces que representan una fauna muy diversa. Así apreciamos al Tiburón del Junior, al Cole Pereirano, al novillo Barcino del Huila, el roedor Cuy de Pasto, el Oso de anteojos del Caldas, Nacho el Tigre de Nacional y Monaguillo el León del Santa Fe, entre otros. Éste último ha sido el único caso de una mascota viva y para más señas salvaje en nuestros estadios. Y su historia tiene que ver con el ahora desaparecido zoológico de Pereira.

La historia de Monaguillo

El veterinario Wilson Ospina estaba en sus tareas de campo cuando fue llamado por el director del Zoológico Matecaña para atender a un señor que pretendía llevarse un León. Hacía pocos días la Leona Conchita había dejado ver la cría y uno de sus cachorros ya tenía dueño.

El comprador era el famoso periodista Daniel Samper Pizano quien fue comisionado por la directiva de Independiente Santa Fe para dotar al equipo capitalino de un símbolo llamativo y representativo. Era la primera vez que el Zoológico recibía ese tipo de pedidos y por lo tanto la sensación era de extrañeza al ver que un animal salvaje sería la mascota de un equipo de fútbol. El veterinario aseguró a quien escribe estas líneas que el zoológico recibió 2 mil pesos como pago por el cachorro.

Todo parecía marchar con normalidad hasta que un día le tocó viajar a Wilson de urgencia a Bogotá ya que “Monaguillo”, como habían bautizado al leoncito, estaba creciendo y tenía un comportamiento de difícil manejo para sus tenedores en la fría capital.

Y con la llegada de Monaguillo terminó la sequía de títulos para el primer campeón del fútbol colombiano que no levantaba la copa desde 1971. El felino que nació el 13 de mayo de 1975, con pocos días de nacido fue llevado a la que sería su casa por varios años, la sede del Santa Fe.

Los domingos de fútbol en el Campin Monaguillo era cargado por el capitán Rafael Pacheco y cuando fue ganando tamaño era exhibido en una jaula dando la vuelta triunfal con el aplauso de la parcialidad cardenal. (Muchas fotografías así lo reseñan)

Las reuniones de Junta directiva eran acompañadas por los rugidos del rey de la selva que tenía felices a los dirigentes del Santa Fe porque no solo los acompañó en el título de 1975 sino que transmitía esa imagen de garra y poderío con la que buscaban mitigar un poco el ruido ganador de su vecino vestido de azul. En aquel tiempo no se pronunció la sociedad protectora de animales y mucho menos el ICBF porque el cachorro era vecino de una escuela de primaria. En todo caso la dicha no duró mucho porque los vecinos empezaron a quejarse por los estruendosos rugidos del rey de la selva en una casona bogotana, y por la pestilencia de sus fuertes olores propios de una fiera salvaje. Por esa razón fue entregado al zoológico de una localidad cercana donde fue la atracción durante muchos años y prolongó su especie.

Para el cuadro Cardenal eran los tiempos de “Pancho” Hormazábal como técnico y jugadores muy rendidores como Gerónimo López, Darío López, Rafael Pacheco, “Cachaco” Rodríguez, Carlos Pandolfi, Alfonso Cañón y Ernesto Díaz, entre otros, quienes gozaron con la singular mascota.

Pero la misión había sido cumplida. Monaguillo se convirtió en la imagen del Santa Fe como lo pretendía la Junta y en particular su presidente, el Doctor Guillermo Cortés, “la chiva” Cortés quien conservó por muchos años en su casa la piel del León, como un hermoso recordatorio de la fiera que había nacido en Pereira y murió en un zoológico cercano a Bogotá. El Monaguillo de hoy es un disfraz que igual sigue recibiendo aplausos, pero el León de carne y hueso, el primer Monaguillo es un recuerdo, como lo es el sitio donde nació, el zoológico Matecaña que cerró sus puertas en 2015.

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