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Columnistas  |  16 enero de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Jacobo Giraldo

ONCE CALDAS, CUENTAS EN BLANCO

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Jacobo Giraldo

Por Jacobo Giraldo

No recuerdo muy bien la primera vez que fui al Estadio Palogrande. Quizá con el tiempo quise olvidar los detalles, pero sé que el Once perdió ante el Quindío, que aún contaba con esa bella V amarilla en el pecho de su camiseta.

Era la versión descolorida del estadio, de gradas grises de cemento en bruto; que, con ocasión del Mundial de Fútbol Sub-20 que se celebró en el país, el municipio renovó con sus propios recursos incluso con sobrecostos (Véase el proceso judicial por sobrecostos en la adquisición de la silletería).

Mi papá me llevó. Un sueño se había cumplido e inauguraba una serie de emociones, positivas y negativas, que aún no termina. Hoy quiero hablar de una de las negativas.

Entonces, no podía saber lo que era un comodato, tendría apenas unos seis años, pero me parecía admirable que una ciudad tan pequeña, como Manizales, tuviera un estadio tan grande, totalmente techado. Hoy sé que el estadio está dado en préstamo de uso por la Alcaldía, o el municipio, a favor del Once.

Cabe mencionar que se hace alusión al Once Caldas como una entidad, aun cuando, de un modo acomodaticio, son dos entidades, a saber: Fundación Once Caldas y Once Caldas S.A.

La Ley 9 de 1989, “por la cual se dictan normas sobre planes de desarrollo municipal, compraventa y expropiación de bienes y se dictan otras disposiciones”, establece respecto del particular que: “Las entidades públicas no podrán dar en comodato sus inmuebles sino únicamente a otras entidades públicas, sindicatos, cooperativas, asociaciones y fundaciones que no repartan utilidades entre sus asociados o fundadores ni adjudiquen sus activos en el momento de su liquidación a los mismos, juntas de acción comunal, fondos de empleados y las demás que puedan asimilarse a las anteriores y, por un término máximo de cinco (5) años, renovables” por lo que, de manera previsible, el contrato No.1506240530, que venció en septiembre del año pasado, se celebró entre el Municipio y la Fundación Once Caldas.

Ignoro si actualmente hay otro comodato vigente para uso del estadio. Sospecho que no lo hay. Calculará el lector las consecuencias de que se esté jugando bajo ningún contrato, es decir, bajo ninguna condición acordada entre la Administración Municipal, dueña del escenario, y el bifronte Once Caldas.

La Fundación explicita dentro su objeto social: “Los objetivos sociales de la fundación serán los siguientes: objetivo estratégico general: por medio de los programas socio deportivos, posicionar el nombre de la sociedad Once caldas s.a”. También afirma que dentro de sus objetivos específicos está: “10. La Fundación Once Caldas podrá colaborar con la Sociedad Once Caldas s.a”. (Información extraída de https://fundacion.oncecaldas.com.co/).

Vale decir, también, que los socios de las sociedades anónimas, como lo es Once Caldas, por disposición legal (Artículo 379 del Código de Comercio), gozan de los siguientes derechos: “2) El de recibir una parte proporcional de los beneficios sociales establecidos por los balances de fin de ejercicio, con sujeción a lo dispuesto en la ley o en los estatutos; (…) 5) El de recibir una parte proporcional de los activos sociales al tiempo de la liquidación y una vez pagado el pasivo externo de la sociedad”.

Se hace justicia al decir que el contrato de comodato mencionado venció en la administración pasada y que la misma no lo renovó, por motivos que desconoce el columnista. También se hace justicia al mencionar que en el acta de terminación del contrato, se echa en falta la descripción de los bienes muebles sobre los cuales recae el contrato, por ejemplo, la máquina cortacésped marca John Deere, a pesar de que la cláusula cuarta del contrato, en su numeral 3, dice que el comodatario: “Tendrá a su cargo debidamente inventariado y por tanto deberá siempre mantener en perfecto estado, el campo de juego con sus porterías y mallas al igual que el cuarto de tableros de equipo de riego, perfiladora 26538 John Deere”.

Esta máquina tuvo que ser reparada por el municipio bajo el contrato de prestación de servicios No 1910310801 de 2019, por un costo de $49.250.109, a pesar de que, en un apartado de los estudios previos, se puede leer que la máquina sufrió un desgaste excesivo, ocasionado, entre otras cosas, por ausencia de calibración y de engrasamiento.

También puede leerse que “las fallas que presenta la maquinaria obedecen a una situación fortuita e imprevista”, lo cual no resulta cierto a la luz del contrato ya antes señalado, específicamente, respecto a “mantener en perfecto estado” la máquina perfiladora. Respecto del motor, en los estudios previos se reconoce: “Motor no funciona por ruptura de la guaya de aceleración. Falta de Mantenimiento.” y respecto de las guayas de corte: “Falta de retroafilado y calibración”.

Igualmente, se puede leer que: “La Alcaldía de Manizales, a través de la Secretaría del Deporte, como responsable de los escenarios deportivos del municipio, ha desarrollado y ejecutado planes y programas que permiten garantizar un ambiente sano de todos sus habitantes, a través de diferentes actividades deportivas en aras de la participación de la población manizaleña.

Además, debe velar para que dichas actividades se realicen en escenarios en condiciones óptimas desde el punto de vista de calidad, salubridad, funcionalidad y seguridad y generen sentido de pertenencia”

Lo anterior es cierto, no obstante, y comoquiera que el bien referido fue entregado a un comodatario, no resulta concebible que la administración municipal garantice que las actividades deportivas se realicen en “escenarios en condiciones óptimas”, si estos escenarios y su correspondiente mantenimiento, fueron encargados por clausulado contractual a una entidad diferente, como es el caso de la Fundación Once Caldas, quien no desplegó la diligencia ni las labores preventivas necesarias.

Este es el enlace del contrato, para quien quisiera revisar la información que consigno:https://www.contratos.gov.co/consultas/detalleProceso.do?numConstancia=18-12-8634439

En mi concepto de hincha y ciudadano, el municipio debería poder participar de las ganancias generadas a partir del aprovechamiento de estos escenarios. Aún más, cuando el que recibió estos bienes no los cuida adecuadamente y hace incurrir al tesoro público en gastos como el que anteriormente se detalla. Otro capítulo aparte sería mencionar los eventos ajenos al deporte, como conciertos o asambleas religiosas que, como sospechará el lector, tampoco le aportan al municipio.

Es una oportunidad para que el alcalde de Manizales suscriba un contrato de arrendamiento con la Sociedad Anónima Once Caldas, tal como se hace en las principales plazas futboleras del país (Nemesio Camacho, Atanasio Girardot, Pascual Guerrero, Roberto Meléndez, Hernán Ramírez Villegas, etc.).

El Once Caldas (cualquiera que sea su denominación) goza de privilegios que no son razonables ni justificables, de acuerdo con su situación financiera. Diferente sería si su situación económica se pudiera asimilar a la de Cortuluá o Alianza Petrolera, clubes que reciben ayudas similares a las que recibe el equipo de Manizales (me atrevo a llamarlo así, aun cuando es fama que el dueño no es oriundo de la ciudad y amenaza con trasladar el club para alguno de los escenarios del Valle de Aburrá).

Por otro lado, no puede engañarse al público con la afirmación de que el Once Caldas es un equipo pobre o desfinanciado. Es cierto que se encuentra hace años en un proceso de reestructuración por insolvencia, pero ello no ha implicado que deje de recibir recursos en altísima medida. Ello puede comprobarse fácilmente en reportajes de la prensa nacional, tanto como en informativos de la Superintendencia de Sociedades.

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