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Columnistas  |  18 enero de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Iván Restrepo R.

UN VIAJE AL PIE DE LETRAS

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Iván Restrepo R.

Por Iván Restrepo

Este pasado sábado, el tercero del año, tuve que viajar a Bogotá por razones de índole familiar; esta vez lo hice en la más grata de las compañías, esto es con mi esposa e hijo, él de piloto y yo a su lado haciéndole la segunda. Salida temprana desde mi casa ubicada en la carretera Barcelona-La Y a las 6 am; al estar solamente disponible la vía por Manizales- Letras, optamos por tomar rumbo por Balboa hacia Armenia; la vía en sentido Calarcá es imposible por el cumulo de camiones de paso hacia La Línea, recomiendo a mis lectores, estar atentos al paso por el trayecto Calarcá – La Y pensando que cuando se va sentido norte – sur es mejor por Calarcá, y al contrario Sur-Norte, mejor por Armenia, así inclusive el destino final sea Calarcá; se van a ahorrar un buen tiempo.

Dos horas y 15 minutos hasta Manizales, con un tráfico rápido, buen clima, cielo despejado, paisaje vial espectacular: Así da gusto viajar. El único inconveniente, fue la ausencia de buenos restaurantes y adicional, que estén cumpliendo con los protocolos de seguridad. Este viaje me ha enseñado una lección enfatizada por mi hijo: Descartar los establecimientos en donde no es raro ver: Cero protocolos de seguridad a la entrada, clientes comiendo en mesas con cero distanciamiento, meseros y ayudantes de cocina sin tapabocas; qué bueno fuera que todos los prestadores de servicios se apersonen y tengan siempre en cuenta que esto de la pandemia, va en serio.

Por tradición y costumbre soy de los que para viajes largos opto y optamos cuando de la compañía familiar se trata para empacar un delicioso refrigerio, fiambre, comiso u otro nombre que suele darse a esa comida que nos acompaña en los viajes de paseo. Por este tramo, entre Manizales y Honda, son pocos los restaurantes que esta hora y día estaban disponibles. Todavía recuerdo con nostalgia mis viajes desde la época de universidad cuando, lo mejor del viaje entre el Quindío y Bogotá era la parada en el Parador Rojo, restaurante este que perdió vigencia al haber inaugurado una nueva carretera.

A hoy, existe una nueva opción (para lo que llamo Gastronomía Vial) la cual no me canso en recomendar a los viajeros por las carreteras de Colombia, la cadena de Restaurantes AL TOQUE; están diseminados por algunas de las más importantes vías de Colombia. Para mí, este es el único modelo gastronómico capaz de competir con alguno de los fiambres de Connie, mi esposa, para muestra este botón: Papas saladas, Carne en Rollo, Huevos duros, Croissants, de postre uno de esos deliciosos yogurts griegos de ARA o D1, Frutas y Jugo Natural.

Lo más destacado de este viaje: Día despejado con el Nevado del Ruiz en toda su majestuosidad; de verdad, vale la pena, una vista así hace de un viaje como este, con sus de diez horas aprox. algo digno de repetir y contar.

Así, un viaje al destino del Eje Cafetero o Paisaje Cultural Cafetero, (como se lo quiera llamar) es una experiencia única, inigualable)

Como esto de La Pandemia, va para largo, insto a todos mis lectores a tener como premisa número uno: Cuidar su salud al máximo, observar todos los protocolos y exigir a los prestadores de cualquier servicio que también los cumplan.

Hasta la próxima,

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