• VIERNES,  29 MARZO DE 2024

Columnistas  |  18 enero de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Gloria Chávez Vásquez

LA GRAN ESTAFA

0 Comentarios


Gloria Chávez Vásquez

Gloria Chavez Vásquez.

El siguiente es un compendio basado en el reporte de Armando Valladares, exiliado cubano residente en Estados Unidos, ex embajador ante el Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1988-90). Autor del libro Contra toda esperanza; su información está fundamentada en documentos oficiales, tomados de decisiones de las cortes, la prensa y organizaciones prestigiosas encargadas de la investigación.

***

El fraude que llevó a John F. Kennedy a la presidencia de EE.UU. es uno de los más grandes cometidos por los demócratas. El alcalde de Chicago en ese entonces (1960), Richard J. Daley, manipuló los resultados, otorgando la victoria a Kennedy por 8,858 votos. El recuento histórico fue magistralmente expuesto por el historiador y politólogo español, Cesar Vidal, en su ensayo “Kennedy cincuenta años después”.

El Partido demócrata ha sido líder en los fraudes electorales. De hecho, es el único partido que tuvo una organización llamada ACORN que durante más de 40 años se dedicó a reclutar, (vía los community organizers) como demócratas, en las listas de votantes, a indocumentados y residentes sin derecho al voto. Esta organización, fundada por socialistas, llegó a tener medio millón de activistas en todo el país, inscribió unas diez millones de personas para el partido demócrata. Su presidente, Bertha Lewis, estaba segura de que Estados Unidos debía ser una república socialista. El fraude de esta organización fue denunciado por el Proyecto Veritas cuyo director, James O’Keefe, filmó (con cámaras ocultas), las actividades ilegales. El FBI intervino las oficinas de ACORN en todo el país, e incautó sus computadoras, cientos de cajas de documentos, cerrando la organización.

De igual modo, Judicial Watch, la organización que supervisa la integridad de las elecciones en EE.UU, denunció la farsa de los millones de votantes inexistentes, muertos, convictos, personas que no saben que los demócratas votan por ellos. Los primeros intentos de JW en esa ardua tarea, tuvieron como respuesta las burlas y negativas de las autoridades demócratas que echaron rodilla en tierra para seguir manteniendo el fraude. La razón es muy sencilla: Dirigentes como Alex Padilla, secretario del Estado de California y Dean Logan, responsable de los registros del condado de Los Ángeles, eran parte y cómplices del fraude.

Pero esta era solo la punta del témpano. Según la Comisión Estadounidense de Asistencia a las Elecciones, el condado de Los Ángeles tiene más votantes en lista que los ciudadanos en edad para votar. Por lo menos entre 2014 al 16 no eliminó los datos de los votantes fallecidos o que se mudaron del estado. Esos 3,475.328 votos ilegales, fueron acreditados a la candidata demócrata Hillary Clinton en 2016. Fue así como ganó el voto popular.

Por más de 40 años los tahúres de las elecciones norteamericanas estuvieron endosando esos votos falsos a candidatos demócratas como Al Gore, Hillary Clinton y Barack Obama. En 2020, durante la demanda por fraude electoral a cuatro estados: Colorado, North Carolina, Pennsylvania y Virginia se exhibieron 2 millones y medio de votos fraudulentos. La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Alabama ordenó la foto obligatoria en la tarjeta de votar pero los demócratas acusaron de racista la medida y bloquearon la decisión de los jueces definiéndola como “una medida discriminatoria contra los afroamericanos”. Poco después, el actual gobernador de California, Gary Newsom, ordenaba ilegalmente el envío de boletas por correo a todos los votantes, sin que estos las solicitaran. Aunque JW logró bloquear el mandato del gobernador, los demócratas incluyeron esos votos en las recientes elecciones.

Los líderes del Partido Demócrata siempre han estado en contra de que los militares asignados en el extranjero tengan derecho a votar, porque la inmensa mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas son republicanos. El más obsesionado con que los militares no voten desde el exterior es el actual presidente del Partido Demócrata, el marxista Tom Pérez. En 2012, cuando la corte estatal de la Florida solicitó una limpieza de los registros de votación, porque se había descubierto 182,000 votantes ilegales, Tom Pérez, demandó al estado para prohibirle desechar esos votantes. El juez de la corte de apelaciones del distrito 11, nombrado por Obama, falló 2 a 1 a favor de los demócratas, permitiendo así la continuación del fraude.

Otra maniobra de los demócratas es permitir que los criminales voten, porque la mayoría de ellos votan demócrata. Antes de las elecciones del 2000 el Secretario de Estado de la Florida había expurgado de la lista de votantes, miles de ciudadanos identificados como criminales. Durante la investigación en las elecciones Bush-Gore en el 2000, la Comisión Estadounidense de Derechos Civiles concluyó que, “aunque los afroamericanos constituían el 11% de la población votante en la Florida, un 54% de los votos aparecía como suyos”. En las elecciones recientes, el millonario Mike Bloomberg donó 100 millones de dólares para pagar las multas y deudas legales a 31,000 ex convictos para que pudieran votar por Joe Biden. Comprar votos es un crimen Federal y Bloomberg está bajo investigación del FBI.

Pero la campeona del cartel del fraude electoral en el estado de la Florida, fue la jefa de las elecciones en el condado de Broward, Brenda Snipes. Durante los 15 años que estuvo en el cargo, se caracterizó por manipular el resultado de las elecciones. La Ley de la Florida dice que 30 minutos después del cierre de las urnas hay que entregar los resultados. Una de las hazañas de Snipes fue destruir las boletas de la elección presidencial del 2016, sin esperar los veintidós meses requeridos por la Ley Federal. Después de las elecciones del 2012 se encontraron 1,000 boletas republicanas sin contar y 2,040 boletas desaparecieron. Snipes dijo que “estaban en algún lugar de su oficina’’. Según el Sun Sentinel, en 2004 se “perdieron” 58,000 boletas. En 2017, la corte ordenó que se permitiera examinar las boletas pero Snipes ordenó la destrucción de 688 cajas que contenían las boletas. El juez dictaminó que Snipes había destruido ilegalmente las boletas, pero el corrupto fiscal de Broward la protegió.

La carrera de esta jefa de elecciones terminó cuando el republicano Rick Scott fue elegido Gobernador de la Florida. Seis días después de las elecciones de noviembre de 2018 no había informado el número total de votos. Para el viernes siguiente todavía no había ningún ganador declarado en la carrera por el Senado de Estados Unidos y los votos aún se estaban “contando”. A medida que se contaban más votos, parecían favorecer al candidato demócrata. Scott presentó una demanda alegando que el condado de Broward estaba violando la Ley y acusó a Snipes de “fraude desenfrenado”. El juez falló a favor de Scott y ordenó a Snipes que divulgara el número de votos emitidos en las elecciones. Snipes como siempre, ignoró la orden del juez. Casi dos semanas después del día de las elecciones, Scott fue declarado ganador. El 30 de noviembre de 2018, Rick Scott destituyó a Snipes de su cargo.

El gran sueño demócrata es el de eliminar el Colegio Electoral. Cuando Judicial Watch solicitó las listas de votantes en el condado de Montgomery, los oficiales demócratas acusaron a JW de ser un agente de Rusia. Durante la administración de Obama, Pew Research Center informó que había 24 millones de votantes ‘’inactivos”, uno por cada ocho votantes legales. Más de 1,8 millón de muertos como votantes activos y 2,75 millones de personas registradas en más de un estado.

George Phillips, experto en fraudes electorales declaró que el número de no ciudadanos que votaron en 2016 superó los 3 millones. Ese mismo año la prensa local en Los Ángeles reportó que 265 muertos habían votado en una elección local, 215 de ellos en el condado de Los Ángeles, 32 de estos muertos votaron 8 veces cada uno. En 2020, en el condado de Luzerne, Pennsylvania, el FBI y el Departamento de Justicia hallaron las boletas de militares que votaron por Trump, tiradas en un basurero. En Greenville, Wisconsin la oficina del Sheriff encontró 3 paquetes de boletas cerca del Aeropuerto Internacional Appleton. En Virginia se detectaron casi dos mil votantes que recibieron boletas dobles. El jefe del Partido Republicano de Virginia, Richard Anderson declaró: “Sabíamos que los demócratas harían trampas, pero nadie imaginó que los votantes recibirían boletas dobles”. Los datos de las elecciones federales revelan que alrededor de 28,4 millones de boletas por correo han desaparecido en cada uno de los últimos ciclos electorales.

Ante el cúmulo de evidencias las organizaciones demócratas admiten que existen millones de votantes ilegales en esas listas, pero niegan el fraude electoral. Las preguntas sobran: ¿Por qué entonces los demócratas no quieren que se eliminen los nombres de votantes “inactivos”? ¿Por qué se resisten a que se limpien esas listas? ¿Con que fin inscribió Acorn como demócratas, a diez millones de indocumentados?

PUBLICIDAD

Otras Opiniones

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net