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Región  |  27 enero de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

“El Jorge Eliécer Orozco que yo conocí”: cinco periodistas hablan de su amistad con el periodista que murió ayer

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La muerte ayer del periodista Jorge Eliécer Orozco Dávila conmovió a la sociedad quindiana, pero muy especialmente a los periodistas de la región, que tuvieron una relación laboral con él, como compañeros de la misma casa noticiosa. EL QUINDIANO presenta cinco conceptos sobre Orozco Dávila, de igual número de periodistas y amigos con los que trabajó.

Javier Zúñiga

Exjefe de redacción de La Crónica

“El Jorge Eliécer que yo conocí fue el de voz profunda y perfecta entonación, y de quien recibí consejos, relatos, historias y chistes, muchos de ellos dignos del 'cuentahuesos'.

Confieso que ese 2 de enero de 2008, cuando llegó a la sala de redacción, estaba a la expectativa, pero solo bastaron unas semanas para conocer a un hombre que amaba y respetaba el periodismo, y que así se convirtió más que en nuestro jefe, en un amigo, que nos compartió sin recelo sus experiencias y conocimientos, los que aún llevo presentes en mi ejercicio.

El Jorge Eliécer que yo conocí fue el que se ganó de cariño el 'don Jorge', porque me visitó en mi casa cuando pasé por una enfermedad, porque se sentó a escucharme cuando le pedí orientación y porque siempre hizo honor a la amistad.

Nos vemos don Jorge, y ya sabe, cualquier cosa... ¡Grita!”

Ferney Cardona Ocampo

Director de La Cariñosa de RCN

“El Jorge Eliécer que yo conocí es aquel de esa voz prodigiosa que entonaba canciones colombianas pero, de manera muy especial, los tangos de Gardel o Hugo del Carril, o los pasillos de Olimpo Cárdenas, su ídolo. Lo hacía con una facilidad asombrosa que deslumbraba a tal punto de uno preguntarse ¿y este hombre por qué no fue cantante de mayor reconocimiento? Y fue tanta su pasión por la música argentina que alternó con grandes figuras de la época como Roberto "Chato" Florez o Armando Moreno, entre otros.

El Jorge Eliécer que yo conocí es el que una noche de martes de 1.980 nos reunió como sus amigos y compañeros de la entonces 'La Voz del Comercio' en un centro nocturno de la Avenida Bolívar para manifestarnos emocionado que se iba, que nos abandonaba porque había sido designado Director Nacional de Noticias de RCN. El gran Jorge Eliécer, lloraba de la emoción delante de todos. Ni el mismo lo podía creer”.

James Padilla Mottoa

Exdirector de Deportes de RCN Armenia

“Con Jorge Eliécer Orozco compartí 33 años en RCN, primero como simples compañeros y luego como subalterno, sin que la relación sufriera algún cambio sustancial. En él admiré siempre su gran condición de periodista y la pasión con la que abrazó nuestra profesión, hasta el final; era meticuloso en la presentación de la noticia y controvertido en su pensamiento editorial, elemento consustancial a la categoría de los grandes.

Desbordó amor por su tierra y logró una identificación total con ella como soldado de épicas batallas para conseguir objetivos enormes para su Quindío.

Noble amigo a pesar de las diferencias ideológicas o de procedimientos, en el ejercicio periodístico deja un listón muy alto para los que están o aquellos que vendrán”.

Rubiela Tapazco Arenas

Exdirectora de Noticias RCN en Armenia

“Compartí más de 10 años de mi camino con Jorge Eliecer Orozco, en esa temporada viví más a su lado que con mi familia, amanecíamos juntos porque veíamos llegar el día, madrugábamos mucho, antes de las 5 de la mañana nos encontrábamos en la sala de redacción y en la cabina de RCN la Radio de Colombia.

Cada uno sabía lo que le pasaba al otro, compartíamos no solo el afán de transmitir las noticias, de publicarlas primero, de escribirlas y leerlas mejor, también sabíamos lo que pasaba en la casa de cada uno, conocíamos de los desencuentros familiares y de los momentos felices que sucedían en su hogar y en el mío, era una hermandad.

Su voz era hermosa, su memoria prodigiosa, tenía un envidiable sentido del humor y se conocía las anécdotas e intimidades de lo más destacado de la sociedad cuyabra. A todo eso le sacábamos jugo desde la madrugada hasta el anochecer.

Hoy me duelen las palabras, no fluye lo que quisiera decir, es inevitable sentir esa sensación de vacío que produce la ausencia de un amigo, de un ser querido, de esa persona que, aunque en los últimos años trasegó por caminos distintos al mío, las pocas veces que nos encontramos, surgió en forma espontánea esa complicidad y picardía de siempre.

Jorge Eliecer Orozco me dio la mano, me permitió obtener muchas herramientas que me sirvieron para ganar experiencia en mi camino como periodista y en mi construcción humana, todo eso es invaluable.

Fue un jefe, y más que ello, un compañero con el que establecí conexiones sólidas tanto en lo laboral como en lo personal, no fue un camino de rosas, pero toda esa experiencia del diario vivir por tantos años, me formó, me hizo fuerte, me sirvió para siempre y para todo.

Hoy que concluye su periplo vital, agradezco su presencia en mi vida, conservaré lo mejor de su ser, recordaré todo lo bueno, su cariño y los momentos compartidos.

Se ausenta una persona valiosa, un periodista representativo de la esencia quindiana, un hombre que siempre quiso ser mejor y marcó la diferencia.

Deseo que la luz y la paz lo acompañen en su nuevo viaje y que sus familiares y amigos logren consuelo en este periodo de dolor que no será fácil aliviar”.

Miguel Ángel Rojas Arias

Exdirector de RCN, director de EL QUINDIANO

“Lo conocí primero en el viejo radio de mi casa. Luego lo apedreé como estudiante del Rufino, y cuando fui por primera vez a su oficina, para trabajar en Radio Sucesos RCN en 1983, me di cuenta que iba a tener un amigo para toda la vida.

Sabía casi todo de él, y él de mí. Lo vi llorar muchas veces por sus angustias personales, y él consoló mi ser por las mías. Me enseñó los secretos de la profesión, y de tarde en tarde me fue mostrando la realidad de la política local y regional.

Me confió el noticiero de RCN en muchas ocasiones, en sus vacaciones, en sus largos periplos por el mundo, o cuando hizo un retiro de casi tres meses para escribir el libro: Lehder, el hombre. También peleamos y disgustamos en muchas ocasiones, casi siempre por diferencias en el tratamiento de la información, pero siempre nos reconciliamos, porque la amistad estuvo por encima de cualquier circunstancia.

Sus amigos se hicieron mis amigos, y con este silogismo compartimos en muchas reuniones sociales, con su maravillosa voz que deslumbraba y sacaba aplausos en las noches de bohemia que tuvieron madrugadas antológicas.

Se fue el periodista, el amigo, el hombre controvertido, amado por unos, odiado por muchos por su posición periodística y política, pero, en todo caso, el querendón y defensor de Armenia, como ninguno.

El Jorge Eliécer Orozco que yo conocí, no solo era un gran periodista, sino un comprensivo padre, hermano y esposo, y un entrañable maestro y amigo, al que voy a extrañar por siempre”.

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