• JUEVES,  25 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  25 febrero de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Aldemar Giraldo

¿NOS DESACOMODA LA DIVERSIDAD?

0 Comentarios


Aldemar Giraldo

¿NOS DESACOMODA LA DIVERSIDAD?

Homenaje a Alejandro Botero Toro

Aldemar Giraldo Hoyos

En un mundo inmerso en problemas ambientales, sociales, políticos, sanitarios y económicos e impregnado de técnicas y tecnologías, parece ridículo y poco elegante el que un simple columnista, muy desconocido en el medio, toque un tema escabroso que tiene que ver con la vida diaria y, en especial, con la educación. La cuestión se agrava cuando caemos en la cuenta de que nuestra escuela forma consumidores o “máquinas utilitarias”, gracias al “modelo de educación para la renta” (Nussbaum:2013), el cual desconoce las capacidades y posibilidades de los educandos.

Cuando hablo de diversidad me refiero a la diferencia o a la distinción entre personas; a la variedad, a la desemejanza, a la disparidad o a la multiplicidad; a la diversidad funcional, como fenómeno, característica o hecho de todos los individuos de la sociedad por igual o de un determinado grupo social, dando a entender que cada uno de ellos tiene unas determinadas capacidades. Esas diferencias y capacidades constituyen al “otro” que nos mira e indaga por su valor y el papel que cumple en el devenir de la vida diaria.

Para un genetista o un biólogo puro, el ser humano es un compendio de genes que le auguran su futuro; para un verdadero profesional de la educación, ese ser es, sobre todo, convivencia y emoción; en el primer caso, de acuerdo con su “normalidad” o “anormalidad”, se escriben sus posibilidades; si se logra un diagnóstico desafortunado para la persona, su modelo educativo será, necesariamente, deficitario, partiendo de las discapacidades, pero no de las posibilidades; se sabe hasta dónde va a llegar; se le programa el destino con una educación determinista que mata cualquier sueño o esperanza.

Olvidamos que todas las personas nos educamos siempre y cuando el contexto disponga de condiciones para ello y que la convivencia se produce al aceptar al otro como es y no como nos gustaría que fuera; esas condiciones constituyen la educación en y para la diversidad, la cual conlleva a la autonomía intelectual y moral

y no a la dependencia; esa educación que no ve la diversidad como un defecto que interrumpe la homogeneidad que busca la escuela; su razón es aceptar al otro como un legítimo “otro” en la convivencia. Su sueño es ayudarle a forjar futuro y a construir un nicho en donde pueda soñar en un mundo tranquilo y mejor.

Todos no aprendemos de la misma manera y a idéntica velocidad; tenemos nuestros ritmos e intereses y a estos deberá acomodarse la escuela si quiere alcanzar su cometido. Un solo método, una sola manera, iguales contenidos e idénticas evaluaciones entierran a cualquier institución educativa que se ponga el remoquete de inclusiva y diversa. No se trata de diagnosticar desde el punto de vista médico o sicológico, se trata de comprometer a los decentes, a los educandos y a la familia en una tarea que todavía está inconclusa.

PUBLICIDAD

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net