Por James Padilla Mottoa

Songo sorongo el tiempo se nos pasa volando y los grandes compromisos que tenemos los quindianos en materia deportiva comienzan a venirse encima, a velocidad preocupante.

Alguna vez dijimos que nunca fue tan fácil para un gobierno departamental superar el desafío de unos Juegos Deportivos Nacionales, como los que tendrá en el año 23, con la responsabilidad adicional de ser copartícipe en su organización. Esa afirmación nace del hecho claro de alcanzar unos resultados deportivos decorosos, partiendo de la referencia del pobre balance anterior, en el que Quindío estuvo por debajo de todas las expectativas en la consecución de las medallas, listón tan bajo que sólo hay que pasarlo.

Entre pandemia, empobrecimiento, aislamientos y demás, se nos han escapado los días, semanas y meses sin que se advierta un ambiente de optimismo frente a esas justas en las que, como parte de su organización, tendremos qué realizar un papel mucho más que digno.

Se escuchan algunas voces de deportistas insatisfechos por las condiciones que hasta ahora se presentan para adelantar una adecuada preparación para ese compromiso. Se habla de una logística insuficiente, de poco recurso técnico y de las múltiples dificultades que tienen para hacerse oír de la clase dirigente.

Es algo que hay que revisar con humildad; creemos que este ya es tiempo para concluir que los importantes, los artistas, son los atletas que visten los colores de su tierra para defenderla con ardor, con emoción.

Hay unos aspectos que son fundamentales para alcanzar el éxito en competencias de esta índole: la buena planificación, el recurso técnico idóneo (buenos entrenadores), material y elementos logísticos suficientes y la preparación mental de los deportistas para encarar los retos que se les plantean.

Con esto hay que cumplir a rajatabla; los términos de una eficaz preparación no saben de virus ni de cuarentenas. Por eso la pregunta es: ¿Estamos o no estamos? Para, de una vez, darnos cuenta de lo que tenemos, de lo que hacemos y de nuestras posibilidades. No hay caso, no hay tiempos diferidos; lo que se tiene que hacer hoy, ya debe estar en ejecución.

Particularmente duele que se diga que de los tres departamentos del Eje Cafetero, responsables de la organización y realización de los Juegos 2023, el Quindío sea el que esté a la zaga y entonces no podamos pensar que los resultados deportivos sean correspondientes con una vergonzosa realidad.

Estamos atentos a los recaudos de la Tasa del Deporte, recientemente aprobada, y a la ejecución de esos dineros para quitarnos, de una vez por todas, el sambenito de que carecemos de plata para atender bien a nuestros deportistas.

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