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Columnistas  |  04 marzo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Álvaro Ayala Tamayo

NIÑOS Y MUJERES EN PELIGRO

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Álvaro Ayala Tamayo

Por Álvaro Ayala Tamayo

Genera alarma y preocupación el alto índice de ataques a mujeres y niños. Las recientes noticias sobrepasan los límites en una sociedad que suponíamos más desarrollada y con mejores niveles de educación. Lo grave del delicado asunto es que los agresores ya son hasta hombres con formación académica. Dicho ranking en los últimos días lo integran: empresarios del cine, expresidentes, inversionistas, gobernadores, alcaldes, entrenadores de gimnasia, fútbol, boxeo, actores, periodistas, sacerdotes de diferentes Iglesias (no solo católicos) y políticos.

Hace rato venimos transitando un camino sin retorno en esta preocupante materia. Pareciera que no se trata de casos aislados sino de acciones recurrentes. Los hechos suceden en todo el mundo, pero nuestro país comienza a encabezar la lista en esa mezcla de enfermedad y violencia.

Cuando se busca el responsable de una agresión sexual a un niño o niña lo más seguro es mirar el álbum familiar o los vecinos. Ese es el primer paso que dan los investigadores y casi siempre aciertan. Los menores ya ni siquiera están a salvo en su entorno familiar. El victimario siempre ronda las cercanías y aprovecha la confianza o un leve descuido para atacar. No sabemos a qué se debe tanta violencia de este tipo, pero los siquiatras deberían explicarnos.

Ya una joven no puede salir ni con un amigo pretendiente porque fácilmente aparece muerta de manera violenta o abusada sexualmente. Otro gran problema es que los atacantes ya no solo son personas mayores sino de edades muy jóvenes. El problema es tan grave que tocará redactar manuales de defensa femenina y la niñez. A las mujeres hay que advertirles que sus profesores (casados y mayores) no tienen por qué invitarlas a salir y menos a visitarlos en sus casas. Cuando un maestro lo intente, no coma cuento señorita, puede ser peligroso. Los trabajos y tareas son para llevarlos a la universidad o colegio, no al domicilio del docente porque allí aprovecha para ser indecente.

En los camerinos femeninos, al momento de vestirse no pueden estar los entrenadores ni dirigentes. Ese lugar es solo para ustedes. Los muchachos deben tener precauciones de ir a algunas casas curales. Allí posiblemente hay una sotana endiablada.

Las entrevistas de trabajo entre más privadas, más peligrosas. No acepten citas en hoteles porque los jefes creen que son moteles. Los muchachos deportistas también corren peligro con los entrenadores, muchos son potenciales VIOLADORES del código penal. No se dejen tocar los genitales y cuando los técnicos les hagan propuestas maliciosas, lleguen a la casa y le informan a sus padres.

No se trata de hacer un juicio moral con esta columna, pero sí de advertir el aumento de dichos actos. Otra alerta es la relacionada con las redes sociales, nueva arma para atacar y engañar. En internet se ha abierto una nueva y peligrosa línea en donde se esconden depredadores sexuales y asesinos para conseguir víctimas con los perfiles de sus preferencias. Cuando un hombre les haga propuestas obscenas, grábelo, difúndalo por las redes y cuéntele a su mamá, papá o a la profesora para que lo denuncien y lo atrape la Policía.

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