Roberto Estefan-Chehab

No es posible que algunas personas, cuando logran ocupar un cargo público de dirección, insistan en comportarse mal con la comunidad que creyó en sus capacidades y supuso buena fe en sus ofrecimientos. Armenia viene en una caída vertical innegable, hace más de veinte años, porque a su cabeza no han llegado buenas personas. Esa es la percepción clara de la mayoría de las ciudadanos que aquí vivimos y les aseguro que no es "bronca" personal; no es inquina en contra de un alguien en particular: claramente la ciudad está al garete y en las últimas décadas son muchas las voces de gentes que aman a esta tierra y han insistido en que la corrupción nos está llevando a una situación lastimosa. Si comparamos el progreso de las dos ciudades capitales hermanas, del eje cafetero, con lo que ha mostrado nuestra cuyabrita linda, Armenia, es totalmente evidente que aquí algo muy grave ha ocurrido. Es como si un parásito invasivo se hubiera metido en las entrañas de la ciudad y la tuviera postrada. No se trata de armar peleas personales con nadie, no. Es un sentir colectivo porque, de seguir así, la ciudad rápido va a tocar fondo. No es culpa de la actual administración el deterioro que encontró: la culpa es de todos los ciudadanos porque con su abstencionismo han permitido que se suban al poder muchos corruptos y lo peor de esa actitud es la reincidencia con la cual parece haberse instalando una élite mal intencionada y egoísta que ha vivido y se ha enriquecido de los recursos públicos durante lustros. Esa gente está consolidada en este momento y muchos se rotan cargos, gerencias, direcciones y otros puestos. Hay dentro de la alcaldía, funcionarios juiciosos, serios con su trabajo y cumplidores de sus funciones, muchos de ellos, al parecer, son presionados o en el mejor de los casos hábilmente chantajeados - solo con el ambiente generado al interior es suficiente - para que al menos guarden silencio ante muchas cosas mal hechas so pena de persecuciones soterradas, sigilosas: es entendible que en una ciudad en la que las tasas de desempleo son tan contundentes las personas protejan su "cuchara" y claro, los politiqueros lo saben muy bien y obviamente son maestros en aprovecharse de ello. Ha veces ocurre que llegan al poder personajes sin preparación específica para ocupar el cargo y es obvio que jamás lo hubieran logrado a no ser que detrás de ellos haya un poder que los apoye, los amarre y los aliene de tal forma que después les quede muy difícil zafarse de ellos y si sumado a ello aparece el " enamoramiento" por el poder, pues tendremos una maquiavélica formula que finalmente actúa en detrimento de la moral pública y entonces no tendremos un buen gobernante sino un personaje, quizás otrora bien intencionado, ahora dedicado a defenderse, protegerse e intentar sostenerse como dé lugar aunque sus obras, su desempeño, su labor no muestren nada positivo y sí, una cronificación del cáncer que encontró al llegar. Es indignante y da tristeza ver los últimos mensajes propagandísticos de la alcaldía de Armenia: una brigada para embellecer el centro comercial de cielos abiertos, o sea la 14. O el bombo a un invernadero, o ahora último la desfachatez de atribuirle a su gestión el tema de consecución de las vacunas covid 19 para la ciudad, cuando es sobradamente sabido que eso es política nacional, orientada y manejada desde el gobiernos nacional. Eso no más da a entender que, al parecer, ni los mismos asesores de imagen del alcalde encuentran nada interesante y cierto que mostrar. No tienen de qué agarrarse para una verdadera gestión de gobierno. Sería bueno mirar en detalle las contrataciones en la alcaldía, los cargos, las reales necesidades de ellos y si están desligados de nepotismo, amiguismo, compromisos con políticos más avezados que parecen manejar todo desde la sombra. No se vé la inversión, no hay disciplina, no hay obras interesantes, no conocemos un serio y real plan de desarrollo; las vías son un desastre, la movilidad es vergonzosa y además es muy desconsolador escuchar el voz a voz de muchos manejos y "poderosos" que siguen intentando cebarse con lo que no es de ellos. Es increíble escuchar sobre amenazas, constricción, miedo de mucha gente que afirma saber y vivir como es el desastre " adentro". Y lo más doloroso es sentir como no parece ser mentira todo eso porque la ciudad y su día a día muestran las secuelas de ello. Ya es evidente que el alcalde, y varios concejales están atornillados en " el puestico" y no les importa mucho o nada la ciudad: con tal de recibir su sueldo y la engañosa respetabilidad de sentirse con algo de efímero poder, lo que muchos llaman el " cuartico de hora", tienen para satisfacer sus egos y su " buena vida" ¿Ignorando que sus cargos son de servicio, compromiso y ejemplo?

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