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Región  |  15 marzo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Rubiela Tapazco Arenas

En la UCI el Doctor Gilberto García zuluaga, atiende pacientes Covid de la mano de Dios

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Un curtido médico especialista en Cuidados Intensivos, esposo, padre de familia y profesor universitario, siente un nudo en la garganta al relatar lo que ha vivido en este primer año del Covid-19 en el hospital San Juan de Dios de Armenia, los cambios que ha sufrido su ejercicio profesional, la enseñanza de la medicina y la distancia a que se ha visto sometido con sus seres queridos y amigos.


El Doctor Gilberto García Zuluaga, admite que antes de la pandemia no estaba tan cerca de la muerte como ocurre en este momento, que ha sentido miedo de infectarse y llevar el virus a su casa, mientras se preocupa por el personal que lo acompaña a la hora de atender pacientes con Covid-19.


García Zuluaga, dice que con la pandemia han cambiado muchas cosas en su vida y en la de sus colegas, empezando por el ingreso a las UCI con tantos elementos de protección y medidas extremas, además de estar frente a un grupo de pacientes con un compromiso importante de su condición clínica, a lo que se suma la incertidumbre que tiene frente a ellos y la gran exposición al contagio.


Admite que eso le genera temor y que aunque el trabajo es algo que a todos les gusta hacer, saben que se están exponiendo con sus familias, cuando salen de la casa no saben a que se van a enfrentar.


Con relación a la atención de los pacientes con Coronavirus, cuenta que lo primero es aislarlos, luego viene la atención que ahora es distinta, son notorios los cambios, es más ágil la evaluación y constante la preocupación de todos a que cualquier persona que llega con síntomas les genere riesgo de muerte.


Este internista no oculta sus emociones y sentimientos, desde ese primer día enfrentado a enfermos de Covid-19 en el hospital San Juan de Dios de Armenia y durante todo este año, cuando ha vivido momentos de gran agitación en la Unidad de Cuidados Intensivos, con cantidades de pacientes graves por la infección.


Se refiere a la amenaza permanente que representan estos enfermos y piensa que cualquiera de ellos, puede ser un miembro de su familia, sabe que ese paciente tiene un grupo de personas que lo contaminaron o que él contaminó y vive el dolor del aislamiento de los pacientes y sus familias.


Con los ojos llenos de lágrimas, el médico Gilberto García Zuluaga, recuerda que muchos conocidos han fallecido a causa de esta pandemia y lo que más le impacta es la cantidad de familias que han quedado desarticuladas por el fallecimiento del papá o la mamá, lamenta que muchas de ellas le cuentan que hace dos o tres días estaban todos juntos disfrutando y a las pocas horas uno de ellos ya no está.


Dice que se  trata de una situación muy difícil de manejar, enfrentarse constantemente a la amenaza y al desafío de la muerte, la pandemia les ha tocado directamente, porque en el trabajo ven el fallecimiento permanente de personas.

Ha tenido momentos de gran estrés y angustia al observar que cada vez aumentaban más los muertos, llegaron a tener 3 0 4 fallecimientos en una noche y en varios días más de 10, eso lo afecta de muchas maneras.


Como médico no oculta la frustración por la pérdida de tanta gente este año, pese a que hacen muchas cosas no hay forma de evitar esta tragedia, no hay un tratamiento definitivo que le permita al médico decir que el paciente va a salir adelante.


Cuenta que algunas veces se derrumbó y que ha tenido momentos en que la situación se le ha tornado muy complicada y es cuando se pregunta, qué arsenal terapeútico tenemos para trabajar, "yo me pregunto todos los días, que le voy a ofrecer diferente a este paciente, pero a veces no hay más, solo esperar su evolución, se trata de un desafío para nosotros y un situación muy difícil".


También lamenta que con la pandemia se ha ido limitando la relación con su familia por el entorno que tiene y el riesgo de llevar la contaminación a la casa.
A este médico le es imposible disimular su tristeza porque definitivamente no volvió a abrazar, ni a besar a sus hijas, a su esposa, a sus seres queridos, dice que es claro que la enfermedad se transmite por la cercanía de las personas y más aún, cuando se trabaja en un lugar en el que está enfrentado a pacientes covid.


Afirma que con la pandemia cambiaron las relaciones con las personas de su entorno y que existe mucha prevención en el ambiente en que se mueven los médicos, recuerda las agresiones de la comunidad hacia el personal que trabaja en los hospitales, así como la estigmatización, lo que reduce la socialización y el encuentro con amistades.

Dice el médico Gilberto García, que con la exposición al virus, ha cambiado el modo de pensar porque "hoy estamos y mañana no, muchas personas en su ambiente nunca consideraron que llegaran a fallecer o tener complicaciones y esta pandemia lo prepara a uno para sensibilizarnos, así se lo digo a los estudiantes, les enseño que nos queda ver a cada paciente como un ser humano, que puede ser alguien de la familia, por lo tanto, los invito a ser más cautos en las acciones a realizar".

Considera que a raíz de esta infección, la formación médica también ha cambiado en muchas cosas, antes se tenían dificultades con la reanimación del paciente, ahora es distinto, ha cambiado la enseñanza de la medicina, además no se llega al turno con la misma tranquilidad de antes. No.

Admite el internista, que todos los profesionales de la primera línea, tienen una carga emocional muy grande, es decir, ahora les corresponde una vestimenta distinta, cambió la condición de la dormida, ya lo hacen con tapabocas puesto, no pueden salir de cualquier manera y eso genera mucho estrés, por eso, a la hora de tomar una decisión, los médicos tienen que ser muy cautos y estar muy atentos frente a lo que hacen.

El Dr. Garcia, agradece a la divinidad el estar vacunado,"yo le digo la verdad, estábamos todos muy ansiosos, yo creo que si algo esperábamos era la vacuna, eso es perfectamente claro.


No tenía la menor duda, la vacuna se convirtió en un descanso de alguna manera, no es para bajar la guardia frente al covid, pero sí nos dio un parte de tranquilidad.


Dice que en el caso hipotético de llegar a infectarse la situación y la respuesta inmunológica le ayudará a que sea menos lesiva que antes, pero la verdad, si esperaba ese día de la vacuna, la vacuna era como un regalo que estaba esperando.


Siente miedo de infectarse, que le den la noticia que es positivo para covid-19, al cabo es humano, con emociones, familia, y no es ajeno a eso, le preocupa el contagio, ver ese desfile de pacientes que fallecen lo conmueve profundamente, no se acostumbra a tener la muerte tan cerca, de ninguna manera.


Asegura que ver tanta gente muerta, le genera a mucha frustración y dolor, agradece a Dios que la situación se va superando y asegura que tocará cambiar muchas cosas del actuar médico, entre ellas, tomar el teléfono y llamar al familiar del paciente, antes no se hacía, ahora se hacen hasta videos y a veces lo que representa para el paciente ver a su familia es su recuperación, se está ganando en humanización.

Se le quiebra la voz cuando dice que la única ayuda está arriba con Dios, por eso, cada vez que puede da gracias y considera que la oración es fundamental, como Católico siempre ha  tenido en mente dar gracias pero no en los momentos de afugias, sino que lo hace siempre.


Asegura que en las manos de los médicos está el cuidado de muchas personas, pero con las oraciones es más fácil.


Un año después de iniciada la pandemia este profesional de la medicina ve las cosas con mayor calma, lo reconforta ver avances desde lo científico, pero siguen enfrentándose a muchas dudas sobre lo  que se debe hacer con los pacientes.


Considera que el reconocimiento a lo que hace todo el personal de la salud a veces no lo perciben pero trata de concentrarse en hacer lo que se debe con los pacientes.


Asegura que lo fundamental es que lo lleven en las oraciones, ese es el principal reconocimiento que le pueden dar, todo el tiempo agradece y ora, además reconoce que el Señor, este año ha permitido que no le pasen muchas cosas.

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