• SÁBADO,  20 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  08 abril de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: María Nelly Vanegas Agudelo

FEMINICIDIOS, EL PAN DE CADA DÍA EN UNA SOCIEDAD ENFERMA

0 Comentarios


María Nelly Vanegas Agudelo

María Nelly Vanegas Agudelo

Oír noticias, ver los periódicos o simplemente mirar las redes, produce una sensación de desesperanza. Da casi la certeza de que Enrique Santos Discépolo cuando compuso Cambalache afirmando que el mundo era una porquería hacia casi un análisis sociológico de lo que es este

No es suficiente la angustia que genera la pandemia, no, a ello hay que agregarle las guerras, la violencia en todas sus manifestaciones y por múltiples razones. Siempre las hay para el violento

Decía en mi columna pasada que el ser humano es el mayor depredador entre las especies. Pensaba escribir sobre algo menos dramático, más ligero y agradable, pero los acontecimientos que se dan en el día a día opacan las buenas cosas que pueden hacer muchos anónimos que saben por qué están en este planeta y para qué

Asombra que todavía en pleno siglo veintiuno, los hombres golpeen, agredan y hasta maten a sus parejas por la razón que sea. No hay derecho!

No importa quién sea la víctima, ni su condición, social, económica, o laboral. La mujer que fue asesinada en días pasados en Montenegro no puede ser otra más, ella forma parte de una cadena sin fin de mujeres maltratadas, violentadas, cadena que hay que romper

Haciendo un recuento histórico, la violencia hacia las mujeres se da desde tiempos inmemoriales.

En el año 400 a.C., las leyes de Bizancio establecían que el marido era un “dios” al que la mujer debía adorar.

Según las reglas islámicas, la mujer casada es propiedad privada del marido. Y El Corán establece como deber del hombre, pegarle a la esposa rebelde.

En Inglaterra se perpetraba la “Regla del dedo Pulgar“, que consistía en que el marido podía golpear a su pareja con una vara del grosor del dedo pulgar, para que esta le obedeciera.

Por los años 1359 en Francia, cuando un hombre mataba a su esposa en un exceso de cólera no era castigado, siempre y cuando se arrepintiera mediante juramento.

En nuestro país era exonerado de responsabilidad el que lo hiciera en estado de ira e intenso dolor por ver afectada su honra y buen nombre

Creo que la siguiente frase de Nietzsche, define, lo que ha sido la relación entre el hombre y la mujer, caracterizando claramente el trato del varón hacia está, a través de la historia: “el hombre para ser feliz dice yo quiero. La mujer por el contrario dice: él quiere”.

De dónde sacan algunos hombres, que la mujer entra a ser de su propiedad a partir del momento en que acepta establecer una relación “afectiva”, que de ello no tiene nada en realidad

En qué momento de la historia de vida, ellos reciben carta de propiedad que los hace dueños de la vida de ellas

Es una cuestión cultural. Básicamente se trata de un ejercicio de poder, pues tras muchos estudios se ha evidenciado que las mujeres son violentadas por el simple hecho de ser mujeres, no hay ninguna otra motivación, como ocurre en las demás formas de violencia.

La finalidad del maltratador no es otra que la de “aleccionar” a la mujer, para que quede de forma expresa y clara que él es el que mantiene la autoridad en la relación, determinando a su vez la situación que a ella le corresponde, que no es otra que la de subordinación y sumisión a este hombre como dice Miguel Lorente (2004)

La violencia contra la mujer, forma parte del tejido social al estar canalizado por la socialización cultural; por lo tanto, para erradicarla, hay que actuar sobre tres aspectos como son: educación, sensibilización e intervención social

Y no es, como en forma simplista afirman algunos, que es que ellas se lo buscan, o, que es que les debe gustar que las traten mal, desde que no cortan la relación. No!

Lo que sucede es que a las mujeres, que son víctimas de maltrato, se les anula su personalidad como consecuencia de la violencia psicológica a la que son sometidas, por lo que no son conscientes inicialmente del la misma; porque la cultura, valida determinados comportamientos en los hombres, como la descalificación, la crítica la dominancia hacia la mujer, expresada en frases como: el que lleva los pantalones es el hombre, o hay que demostrar quién es el que manda Y en ellas, valida la sumisión y dependencia

El maltrato por lo general, comienza en forma sutil y disfrazado de aparente afecto, por lo que es difícil detectar a tiempo el abuso psicológico con el que empieza y que en realidad se evidencia como comportamientos restrictivos y controladores que van quebrantando la capacidad de decisión y autonomía de las mujeres. Los celos, la censura sobre la ropa que usa, las amistades, las actividades, los horarios y salidas de casa, son ejemplos claros y que son a su vez confundidos con pruebas de amor por ellas

Como dice Liliana Mizrahi en Las mujeres y la culpa:” El hombre deposita sus temores en nosotras y a través de nuestra sujeción y dominio, pretende controlar y exorcizar el poder de su naturaleza sobre él mismo” Ejemplo de ello Adán que al verse cogido en falta en lugar de asumirla y responsabilizarse en lo que le competía: su decisión, culpa a Eva de ella

Las relaciones de pareja no pueden ser asimétricas, ya que pareja, según su raíz latina: paricŭlus, diminutivo de par, paris, significa ‘igual’, es decir que existe una situación de igualdad de derechos y deberes que están sustentados por el respeto, la aceptación, la tolerancia con miras a la construcción de un proyecto de vida conjunto que a su vez los lleve a la formación de una familia

PUBLICIDAD

Otras Opiniones

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net