En una sentencia conocida en las últimas horas la Corte Constitucional aseguró que las copas menstruales no pueden tener IVA en el marco de la la Reforma Tributaria, respondiendo así, a un personas y entidades que defendieron los derechos de las mujeres, afirmando que con el impuesto a este producto se atenta con su desarrollo y la igualdad.

La Corte se había pronunciado con relación a estos productos en un fallo de 2018, en el que afirmó que gravarlos sería un hecho de discriminación porque impactaría a las mujeres y su integridad.

Dijo la Corte que imponer tributos a las toallas higiénicas y los tampones, viola el principio de equidad tributaria, ya que pone barreras al acceso de tecnologías que permiten el ejercicio pleno del derecho a la dignidad de las mujeres en edad fértil.

Agregó que las toallas higiénicas y los tapones son elementos importantes e insustituibles porque son productos prioritarios, por cuanto, no se puede elegir sobre su uso, ya que es "imperativo ante la menstruación".

Los demandantes, entre ellos María Alejandra Soler, alegaron ante la Corte, que en caso de gravar estos productos se estaría incurriendo en una omisión legislativa porque viola los principios de igualdad y equidad tributaria, al tiempo que señaló Soler que la copa no puede considerarse un bien de lujo.

La parte demandante también argumentó que derechos como el desarrollo a la libre personalidad, a la salud y el ambiente sano se vulneran en este caso, lo mismo que derechos económicos, sociales y culturales de las mujeres.

La copa menstrual es un producto de higiene que ha venido tomando fuerza en los últimos años entre la población femenina por sus beneficios en materia de economía, salud, comodidad y cuidado del medio ambiente entre otros.

Para sandra Gómez, una profesional residente en Armenia, quien desde hace cuatro años utiliza la copa menstrual, este es un artículo que recomienda a ojo cerrado a todas la mujeres, por cuanto, son muchos los beneficios que proporciona, entre ellos, la ausencia de químicos ya que está fabricada con un material liviano, que no causa alergias o reacciones al cuerpo.

Dice que sintió sus beneficios en forma inmediata, debido a que dejó de utilizar plástico, algodón, perfumes y otros químicos que llegan al cuerpo cuando se usan toallas o tampones,los que además se convierten en contaminantes del medio ambiente al desecharse.

En lo económico, Sandra dice que comprando cada mes estos elementos para la menstruación, es una renta que al final de la vida se convierte en una fortuna, por lo que la copa resulta más barata a largo plazo, aunque su valor inicial sea un poco alto, ya que dura unos 10 años.

Para esta joven, contribuir al cuidado del medio ambiente ha sido una elección desde pequeña, por lo tanto, de esta manera ayuda a no contaminar dejando toallas higiénicas o tampones cada mes en la basura.

Finalmente, considera que la copa es muy cómoda, que no se nota que la lleva puesta y que la utiliza con cualquier tipo de ropa, sin temor y con toda confianza, además de no generar olores desagradables.