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Columnistas  |  07 mayo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Roberto Estefan-Chehab

ESTO ES DE TODOS

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Roberto Estefan-Chehab

Roberto Estefan Chehab

Desde la calle o desde casa la protesta es legítima: “no aguantamos más” ¡es hora de cambiar! la corrupción, el narcotráfico, la politiquería; el carrusel eterno de los mismos apellidos, entre millones de habitantes, durante décadas – muchas décadas- devengando, muchos desproporcionadamente, legislando, impartiendo “justicia”. Es momento de reflexionar. Todos somos responsables y el cambio no es Petro o Uribe ¿la mente no nos dé para más? la esperanza descansa en la responsabilidad colectiva sin dejarnos arrastrar por “calenturas” que solo dejan secuelas malvadas o reincidencias inicuas. Hay que renovar, pero no con personas que repliquen odio. Es el momento de la inteligencia y eso no incluye barbarie o venganza. Hay que sacudirnos de injerencias extranjeras, que en distintas experiencias han demostrado no valer. Ni el socialismo del siglo XXI donde pescan en rio revuelto y a través del caos y el dolor van posicionándose para arrebatarnos la democracia, arrinconándonos y sometiéndonos por siglos. Ni desde el Banco Mundial, el FMI, la ONU, ni sendas ONGs mostrado un sesgo que, cómodamente apoltronados, atizan llamas sin siquiera sentir como queman. En el mundo, el colombiano se distingue por ser creativo, trabajador, querido, cálido ¿hay que irse a otro país para sacar lo mejor de nosotros? llegó el momento de construir un nuevo método, nuestro, colombiano, sin calcar a otros. Produzcamos sin robarnos a nosotros mismos. Nada es gratis. Desde las redes sociales y otros escenarios, se volvió costumbre hacernos mal, enseñar mal. Es hora del respeto. Cuando se habla de dialogo inclusivo se trata de eso: entre todas las corrientes, obviamente patriotas, honestas, bien intencionadas; aceptemos que tenemos necesidades, penurias y que hemos errado polarizándonos. Miremos las riquezas y oportunidades que esta tierra nos ofrece para reiniciar, porque hay que iniciar un camino de justicia, trabajo, estudio: de crecimiento y oportunidades para todos y entre todos. ¿Quién no le ha fallado a la patria siendo egoísta, irresponsable de diversas maneras?: cediendo por un tamal, una teja, un amigo o familiar, un puesto, una prebenda o la misma abstención y legitimando así la corrupción a través de malos líderes ¿quién no ha intentado influir con dadivas u otros entuertos para desviar la moral hacia la ilegalidad; ocupando un puesto público, sin necesitarse, o quien no ha tenido contratos con la consecuente “tajadita” y a través de ello deja de lado el amor por la patria, volteándose a defender a su benefactor de turno y, ni hablar de narcotraficantes o “bandas de criminales” o sendos “gobernantes” entregándole la riqueza de la patria al extranjero; acabando con el ambiente, el suelo, el agua, la vida. Algunos hoy protestan, sabiéndose deshonestos. Toda Colombia está “untada”, de alguna forma y, varios de los que hoy causan destrozos y vandalizan, deslegitimando el sagrado derecho a exigir y protestar con respeto, son parientes o nietos o bisnietos de miles que alguna vez canjearon su sufragio y sus valores “por un plato de lentejas”, por un fuero sindical mal manejado dando dobles mensajes protegiendo su prebenda, durante años. Los que confunden la igualdad y la justicia con el parasitismo y la irresponsabilidad están equivocados. ESMAD, fuerza pública son hijos del pueblo y están para su servicio, las personas que salen a protestar, son hijos del pueblo y están reclamando algo justo: ninguno se debe estigmatizar. Todos somos hermanos y si no hay destrozos y atrocidades, la fuerza no tiene que entrometerse, ellos en el fondo de sus almas también protestan; sin embargo, es deber del Estado garantizar y cuidar la vida, los bienes, el derecho al trabajo, el libre movimiento ¿o no? Analicemos con cabeza fría, con honestidad, sin prevención y seguramente habrá conceso: la agresión trae lo mismo y bajo miedo es difícil medir la intensidad de las respuestas. Vivamos en paz, construyámosla, sin intermediarios mentirosos ni agendas ocultas. Colombia no se construye con odio. Eso es inhumano.

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