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Columnistas  |  08 mayo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Rogelio Guevara Villamil

LAS COSAS POR SU NOMBRE

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Rogelio Guevara Villamil

Por Rogelio Guevara Villamil

Nuestro idioma es uno de los más evolucionados de los que provienen de las llamadas lenguas romances o descendientes del latín vulgar; eso nos permite llamar, sin rodeos las cosas por su nombre, es decir, al pan pan y al vino vino, pero también existe la manera indirecta de hacer mención a algo o a alguien sin la necesidad de decir su nombre.

Se ha vuelto costumbre en este tiempo utilizar un lenguaje digamos que rebuscado para ocultar la verdadera intención de lo que se pretende; adornado con eufemismos el discurso vuela a través de los medios que lo repiten a veces con insistencia como tratando de hacer uso de ese poder de convencimiento que ejercen sobre las masas; en estas circunstancias y sabiendo que el pueblo colombiano lee poco, que sólo digiere lo que escucha y ve en la televisión, resulta fácil decirle al ciudadano de a pie, por poner sólo un ejemplo, que esos programas de ayuda económica se van a ampliar , llámese familias en acción o Colombia mayor (que entre otras cosas fomentan la mendicidad, pero amarran votos), mediante un proyecto que va ser presentado en el congreso.

El papa Francisco hace unos días en una entrevista le dice al periodista que debe cuidarse de caer en cuatro “pecados” o actitudes malas que los amenazan continuamente y en los que incurren con mucha frecuencia los medios de comunicación: el primero es la desinformación, es decir, la costumbre de dar a conocer sólo la mitad de la noticia; la otra mitad la ocultan ; eso atenta, según el papa, contra el derecho a estar informado. Aquí cabe anotar que muchas veces no sólo se mutila la noticia, también se habla del sesgo que le imprimen a lo que dicen. Otro es la calumnia; hay medios, dice el pontífice, que calumnian sin problema y cuando se pregunta a una persona por su afirmación en contra de alguien su respuesta es, lo vi en la televisión, lo escuché en la radio o lo leí en el periódico; se refiere también el jerarca de la iglesia a otro del que nos ocuparemos después: la difamación.

En este gobierno se han presentado tres reformas tributarias, pero ninguna se ha llamado por su nombre. La primera en 2018 “ley de financiamiento” fue aprobada en el congreso, pero la corte la tumbó. Y como al que no quiere caldo se le dan dos tazas, y hasta tres, en 2019 se volvió a presentar al legislativo como “ley de crecimiento económico” y ahora en medio de la pandemia, se radicó en el congreso el proyecto con este sonoro nombre “transformación social sostenible”. Y según el presidente “quién puede oponerse a que se aumenten las ayudas económicas a los más vulnerables, quién puede oponerse a que haya educación gratuita, pero no dijo quién puede oponerse a que no se les cobren impuestos a los más ricos ni quién puede oponerse a las exenciones tributarias a las grandes empresas, entre ellas las multinacionales, mientras le clavaba impuesto hasta al agua del tubo. Entonces, estamos frente a una situación en la cual se utiliza toda una serie de artilugios para esconder le realidad y de esta manera, cual víbora, inocular el veneno a un pueblo adormilado que parece no dispone aún del antídoto.

ROGELIO GUEVARA VILLAMIL. Armenia, mayo 6 de 2021.

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