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Columnistas  |  09 mayo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Jair Castro López

DANTE Y LOS NEUTRALES

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Jair Castro López

Por Jair Castro López

Antes de retomar apartes consignados por el florentino en la DIVINA COMEDIA, procede un recuento sucinto de la realidad nacional, con agregados perversos cada día, provenientes de la desbordada represa, alimentada desde la cúpula gubernamental, con deleznables reflujos, como factores de perturbación de profunda trascendencia social, en desapacible escenario permeado por la pandemia distribuidora de contagios y decesos proporcionales a la disciplina de la comunidad, concordante con la escasez del biológico inmunizador, contrastando con las diarias parodias presidenciales encaminadas a suavizar la entrega a los particulares del proceso completo de vacunación.

La superposición de opiniones y denuncias en torno a la reforma tributaria, se hace inagotable por las secuelas que la indecente y lesiva propuesta gestada en el palacio del Duque Iván el Terrible y su fusilero preferido, el funesto Carrasquilla. La soberbia y prepotencia del presidente, radicalizado en la presentación del esperpento tributario al Congreso, proyecto contentivo de las más rebuscadas afectaciones a los sectores poblacionales de los estratos medio y bajo.

No fue necesario un nuevo florero de Llorente para iniciar la escalada de protestas, motivadas por la percepción ciudadana del inminente riesgo de un colapso definitivo, evidencia que por su perfil catastrófico, no requirió título de economista ni experticia comprobada en sofisticadas finanzas públicas para vislumbrarlo.

Se conjugaron protestas específicas con paralelismo diverso en perfiles, pero sujetas al látigo vindicativo de Carrasquilla. La furia reprimida, la constante frustración, la angustia latente, la supervivencia comprometida con este tóxico adobo, confluyeron para las colectivas manifestaciones de rechazo visceral y la exigencia del retiro inmediato del documento reformista, en proceso de estudio parlamentario, ante congreso silente, contemporizador, con bajo perfil, por obvias razones, pero a trueque, César Gaviria,, Germán Vargas Lleras, Jorge Robledo, Gustavo Petro, fuerzas vivas y concurso de otras expresiones políticas existentes en el país, acudieron a los púlpitos naturales para exteriorizar su rechazo a presuntas modificaciones del articulado, válido solo una nueva reforma de contenido consensuado. Devastadora réplica al mandatario y despido del cerebro maligno y sus consuetas urdidores del engendro. Los antecedentes presidenciales en Colombia, diletantes afectos a los impuestólogos; cada mandatario solo ve en los tributos, el ingreso a las arcas estatales, expuestas a la voracidad de funcionarios expertos en sustracción.

En los últimos años, se contabilizan 14 reformas tributarias, con la génesis de aportes fiscales del 4 por mil, creado para las víctimas del terremoto de 1999. En 1963, el IVA, hoy en el 19%. Los zares de la carga tributaria, algunos de ellos, presidentes a posteriori:

César Gaviria.

Guillermo Perry.

José Antonio Ocampo.

Juan Manuel Santos

Rudolp Hommes.

Juan Camilo Restrepo

Mauricio Cárdenas

Hugo Palacio.

Pocos reformistas estructurales, la mayoría, prestidigitadores instantáneos sin ningún estudio previo, pero eternizadas y en ascenso.

El infaltable concurso de los violentos y los excesos de la Fuerza Pública, aumentaron la zozobra y disminuyeron el servicio del transporte colectivo, afectado por el vandalismo patrocinado y la concurrencia de los actores del paro de camioneros.

La comparecencia de los transportadores de carga en los mismos escenarios, con motivos diferentes, contribuyen a oscurecer aún más el sombrío panorama. Este poderoso conglomerado, tiene una hoja de ruta, muy nutrida. 250 mil transportadores de carga pesada en el país, representan una fórmula de poder incontrovertible, demostrado en los paros del 2011, 2013, 2015, 2016, con 45 días de duración y en febrero del 2021.

Lo propietarios de decenas de tracto camiones, los guardan mientras duran las protestas, para que no los deterioren y en sus nichos puedan permanecer indefinidamente, porque a los dueños no les hace falta el retorno económico. Al tiempo, dos conductores por vehículo, recibiendo los efectos secundarios en una supresión de ingresos, porque el dueño siempre tiene la razón.

Invariablemente, las peticiones se relacionan con precios de los fletes, costo de los peajes, del combustible, de los repuestos y en cada paro, nuevas exigencias, siempre satisfechas. Después, los perjuicios causados al Agro, a las importaciones, a la industria, al sector agropecuario, al ciudadano común, castigado ferozmente con fenómenos artificiales; escasez de productos esenciales, alzas desmedidas en los artículos de consumo permanente; Las cosechas pierden la producción por falta de transporte a los centros de acopio.

Saboteadores de oficio, permanecen a la expectativa para dañar los vehículos de los pequeños transportadores, urgidos de un ingreso regular - resultan los automotores averiados y sin recursos para la reparación. Toda una parafernalia de repetición cíclica, los mismos actores, idénticas locaciones.

Los paros de los taxistas, son de mínima continuidad, porque de un vehículo, viven las familias de dos conductores y del dueño. Si no hay realizo, se multiplican las contingencias. De hecho, muchos motoristas, al concluir el turno, llenar el tanque y lavar el taxi, solo queda lo de la “entrega” para el patrono y el afectado trabajador, después de doce horas de labor, está obligado a pedir prestado para pagar el transporte al hogar, donde un grupo familiar espera en vano, el aporte para lo esencial.

En este epílogo, el inmortal ALIGHERI, autor de la más consagrada antología infernal de todos los tiempos y todas las edades, se lee:” los rincones más oscuros del infierno, están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales en tiempos de crisis moral “. Y agrega: “a quienes en momentos y situaciones se hace moralmente imperativo tomar partido, inexcusablemente se abstienen de hacerlo. Es decir que en vez de decidirse, de acuerdo a sus convicciones y lo que de ellos se espera, optan por la fácil inacción. Pusilanimidad y cobardía, implícitamente conllevan a una conducta de traición personal, a otros, a la humanidad. El tejido social se construye con lazos de solidaridad. Quien se declare neutral ante deberes manifiestos, ha elegido el bando opositor.

Siglos más tarde, esta condena histórica, ha sido devaluada. En todos los entornos, se utiliza la desinformación; los cambios de parecer por beneficios miserandos; la incesante búsqueda de los caminos de en medio. La mutación camaleónica aplaudida entre telones. Periodistas, políticos y gobernantes, se acomodan a diversas circunstancias, sin pudor alguno. El valor civil para mantener opiniones y criterios firmes, escasea o se reduce a mínimas expresiones. La neutralidad es moneda de pago para enmascarar temores. Los gracejos aludiendo al prototipo legendario de la falta de carácter, en Pilatos representada, es más para imitar que para condenar.

Un presidente maleable y un naufragio temprano de liderazgo, facilitan la tarea trazadora de valores, unificando como masas informes a los voceros generacionales, en una réplica descuadernada de esta nación de pretéritas vivencias.

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