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Cultura  |  21 junio de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

El cine y la literatura

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Un texto de Julio César “Tito” Fontalvo Santo. Hace parte del libro Literatura Herramienta de la Historia. Un proyecto del grupo Café y Letras Renata.

La relación entre cine, libros y literatura, no es nueva. Desde que los hermanos Lumière inventaran el cinematógrafo, se trató de dar un contenido culto a las películas, por la mirada despectiva de ciertas élites que consideraban al cine como un arte menor, un espectáculo de feria o barraca, exclusivo para las clases bajas.

Con la aparición del sonido en el cine, empezó una fiebre por llevar obras literarias al celuloide y de esa manera grandes obras maestras fueron llevadas a la pantalla.

Muchos escritores que posteriormente llegaron a ser íconos de la literatura contemporánea norteamericana en géneros como el drama y la literatura negra, se convirtieron en guionistas de los grandes estudios de Hollywood.

Tal es el caso de autores de la talla de Francis Scott Fitzgerald, William Faulkner, Raymond Chandler, Danshiel Hammet, Mickey Spillane, James Cain, Ernest Hemingway, entre otros. Incluso muchas de las grandes películas de la edad de oro de los grandes estudios son basadas en sus guiones u obras. De esta manera, el cine se transformó en el séptimo arte.

Hay una estrecha relación entre el cine y el libro, aunque siempre se ha puesto sobre el tapete qué tan fiel puede ser la traslación de una obra literaria a la pantalla.

Se debe decir que así como el debate sobre la influencia que hay entre estas dos corrientes artísticas es eterno, también lo es la fidelidad del cine con la obra escrita.

Para empezar, se debe determinar que el cine utiliza la imagen para captar la atención y la emoción del espectador, mientras que en el libro se usa la palabra para crear imágenes mentales que van a despertar sensibilidad en el lector. El libro, igual que el cine, es puente para la aventura.

Adaptar un libro al celuloide no es algo fácil. Una adaptación no debe calcar por completo el libro, más que todo cuando son obras literarias demasiado voluminosas y por esa extensión es casi imposible trasladarlas a la pantalla. Lo más correcto es sintetizarla y en eso el cine puede ayudar, pues la utilización de la imagen servirá en muchos aspectos para lograr esa síntesis narrativa de que carece la obra.

El lait motiv es conservar y transmitir el espíritu del autor, ya que de otra manera una película no cumpliría con su función, que es propagar la cultura y el entretenimiento en una forma masiva.

El cine es prodigo en imaginación y cualquier idea o proyecto la puede convertir -con mayor o menor acierto en imágenes y sonido. Por ello: El cine es un amanecer de sueños, deseos ardientes y quimeras doradas, donde la realidad y la fantasía se funden, porque la realidad es una fantasía, y la fantasía es realidad.

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