Por Fernando Jaramillo Botero

Se cumple el próximo 25 de junio los primeros diez años de la inscripción del Paisaje Cultural Cafetero como uno de los Patrimonios Mundiales de la Humanidad; el mundo cuenta hoy con más de mil cien patrimonios mundiales, de ellos en Colombia tenemos 20, algunos reconocidos y tradicionales como Las Murallas y el Fortín Militar de Cartagena, y otros tan enigmáticos y misteriosos como Los Conocimientos Tradicionales de los Chamanes Jaguares de Yuruparí.

Es hora de reforzar el conocimiento de estos atractivos iniciando por conocer que es la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Unesco que coordina y determina que sitios o espacios culturales merecen hacer parte de esa meritoria inclusión, recordemos que las Naciones Unidas se crea después del Segunda Guerra Mundial para buscar la paz en el mundo y ello lo desarrolla con más de 30 organismos, algunos muy nombrados y otros desconocidos y sin muchos resultados; la creación de la Unesco en 1945 tiene como objetivo fortalecer la educación después de la guerra buscando que los países logren su desarrollo con pertenencia y valores sin perder la identidad logrando calidad de vida de sus habitantes.

Bienes materiales que conservan culturas ancestrales como el Parque Nacional de Los Katíos, el Parque Arqueológico de San Agustín, el Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro o Parque Nacional de Chiribiquete – La Maloca del Jaguar, buscan conservar los antepasados indígenas y la majestuosidad de sus obras, lastimosamente estos sitios son más conocidos por los extranjeros que por nuestros connacionales. Otros atractivos como el Centro Histórico de Santa Cruz de Mompox, El Paisaje Cultural Cafetero de Colombia o el Qhapaq Ñan, sistema vial andino nos muestran la adaptación del hombre moderno a las tradiciones ancestrales heredadas de sus padres o abuelos; La conservación de estos espacios depende en alto grado del conocimiento que se tenga de ellos lo que genera respeto y pertenencia por el patrimonio heredado. El Santuario de Flora y Fauna de Malpelo es único en el mundo y muestra la biodiversidad que puede ofrecer esta región colombiana donde quien toma las decisiones es el propio hábitat marino incluyendo las aves de los acantilados.

Igualmente hay atractivos que son Patrimonio Cultural Inmaterial como el Carnaval de Barranquilla que da inicio a la cuaresma vísperas de la Semana Santa, el Espacio Cultural del Palenque de San Basilio que muestra un pedazo de África en Colombia, Las Procesiones de Semana Santa de Popayán con más de 450 años de historia, el Carnaval de Negros y Blancos que nace para conmemorar el fin de la esclavitud y la igualdad de las razas en el mundo, el Sistema Normativo de los Wayuus, aplicado por el pütchipü’üi “palabrero” quien es el amigable componedor y negociador en esta cultura ancestral, Las Fiesta de San Francisco de Asís (San Pacho) en Quibdó, integrando la religión católica con los ritos africanos conservados por generaciones en Chocó, La Música de Marimba y Cantos y Bailes Tradicionales de la Región Colombiana del Pacífico Sur y de la Provincia Ecuatoriana de Esmeraldas tan de moda en la actualidad con ChocQuibTown, el Festival Petronio Álvarez o la proyección internacional de Herencia de Timbiquí, El Vallenato, Música Tradicional del Magdalena Grande que hoy se escucha en casi todo el mundo, los Cantos de Trabajo de Los Llanos de Colombia y Venezuela que integran esta hermosa región y por último, los Oficios Tradicionales para la Construcción de la Paz que recoge artesanos y campesinos olvidados por el gobierno pero que con sus oficios se muestran ante el mundo.

Es hora de dar un vistazo a nuestro Paisaje Cultural Cafetero, recorrer sus municipios con calles y veredas, cafetales y guaduales para empoderarnos de orgullo propio y entender porque somos PATRIMONIO MUNDIAL DE LA HUMANIDAD.

Junio de 2021