• MIÉRCOLES,  24 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  16 septiembre de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Javier Alfonso Beltrán Henao

SABEN DE QUIEN SE TRATRA

0 Comentarios


Javier Alfonso Beltrán Henao

Por Javier Alfonso Beltrán Henao

Hoy he querido escribir acerca de un personaje que todos ustedes conocen, aunque no es la misma persona. Empezaré por decir que la extraño mucho, casi todos los días de mi vida la recuerdo y doy gracias por haberla tenido a mi lado. ¡Que ser! amorosa, dulce, cariñosa, dura cuando debió ser dura, valiente, luchadora, templada, fuerte a pesar de lo débil, dispuesta a morir si fuese preciso por defender sus cuatro amores, aguerrida, batalladora, incansable a pesar de su cansancio, entregada, llena de bondad y sobre todo de fe. A pesar de su soledad, acompañada de cuatro pequeños necesitados de protección, sé que nunca estuvo sola, aunque así haya parecido. Sé que Dios siempre la acompañó y abrazó y tuvo que haberle hablado porque sin haberlo hecho no hubiese podido avanzar. Sé que Él le habló, sé que ella sintió su compañía y su respaldo, aunque a veces hubiera parecido que no era así.

La recuerdo perfectamente y no quiero que pase un solo día de mi vida sin que venga a mi memoria ese ser a quien le debo tanto y que nunca le pagué porque con qué se paga una vida de entrega, sin abandono, que nos dio todas sus energías y más. Cuanto te agradezco oh Dios mío y Señor mío, por la madre que me diste y por haber cuidado de ella y de nosotros sus pequeños. Te doy gracias por haberme permitido estar junto a ella cuando decidiste llevarla a casa, a tu casa. La extraño y tú lo sabes Señor.

Cuando mamá cumplió los 70 años le regalé cuatro portarretratos con una fotografía de ella estando muy joven y ella nos dio a cada hijo uno de ellos ese día con una dedicatoria para cada uno. Leí la mía y decía: Recibe esta fotografía de quien te ama eternamente. Años después vine a saber que la dedicatoria para cada hermano era idéntica. Yo también la amo eternamente mis amigos, y sé que ustedes aman también a sus madres eternamente.

Gracias Dios Eterno por la madre que me diste y la que le diste a quienes amablemente han leído esta pequeña columna.

PUBLICIDAD

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net