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Región  |  10 octubre de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Quimbaya y la apropiación del patrimonio arqueológico

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Por Roberto Restrepo Ramírez

Se conoce como Apropiación Social del Patrimonio Cultural al conjunto de acciones comunitarias que asume un colectivo de ciudadanos para cumplir efectivamente con el proceso de conocimiento, valoración, cuidado y preservación de los bienes y manifestaciones del patrimonio. Son los objetos y expresiones del patrimonio inmaterial que les han sido legados por las generaciones anteriores y que hoy es su deber transmitirlos y heredarlos a los que vienen, esto es a sus hijos, nietos y las sociedades del futuro.

En lo que respecta al patrimonio arqueológico, no solo basta con garantizar la existencia de colecciones y museos donde se exhiben cientos de vasijas o artefactos que pertenecieron a los pueblos del pasado. También estriba en el sentido de apropiación social y en la tarea asumida por todos los ciudadanos para evitar el saqueo y la guaquería y hacer cumplir la legislación cultural de protección de dichos bienes, que son de todos, y que también son el factor de identidad que nos representa en el tiempo y el contexto donde han sido encontrados. Pero lo más importante, la apropiación social del patrimonio arqueológico es tener la conciencia de aceptar que solo con la investigación sistemática asumida por profesionales de la arqueología - y no con la destrucción de los yacimientos arqueológicos - se consigue el objetivo de la arqueología, cual es reconstruir los procesos sociales del pasado y de las poblaciones humanas que lo protagonizaron.

En el Quindío no prima mucho el respeto hacia los procesos arqueológicos, al contrario, nuestro pasado histórico ha sido signado por la guaquería y es precisamente en esta región donde la escritura de un texto llamado Recuerdos de la Guaquería del Quindío escrito por don Luis Arango Cardona en la segunda década del siglo XX, se convirtió en un hecho singular, pues el libro (complementado con una segunda parte en 1943)relata y describe con frialdad las acciones de los guaqueros destruyendo los depósitos funerarios de las poblaciones prehispánicas. Una de esas menciones es la del Tesoro de La Soledad, llamado así por don Luis, y que constituyó el hoy suceso histórico denominado Tesoro Quimbaya. O también la Colección Quimbaya, como se le ha querido conocer contemporáneamente en el proceso de su recuperación o repatriación de piezas de oro que lo componen y que hoy se exhiben en el Museo de América en Madrid, España, pues fueron obsequiadas por el presidente colombiano Carlos Holguín Mallarino a la reina de España a finales del siglo XIX.

Esto escribió la prensa de 1892 en Bogotá cuando las piezas de orfebrería llegaron a la capital de la República, pues eran ofrecidas en venta a través de un catálogo comercial elaborado por un italiano que las comerciaba. Refiriéndose a las que varias personas habían adquirido, tras su saqueo en tierras del Quindío, el periódico El Telegrama esto publicó:

"...De su territorio se han sacado en los últimos años riquísimas guacas. En el sitio de La Soledad, a dos leguas del caserío de Finlandia, en un monte virgen, cubierto de guaduales y de árboles corpulentos se descubrieron, el año pasado, dos sepulturas indígenas llenas de figuras, alhajas y dijes de oro y tumbas del mayor interés. El gobierno nacional adquirió dichos objetos por compra. Reunidos, forman la colección más hermosa que se ha hallado en Colombia".

Al mencionar La Soledad, este nombre de un sitio se refería por primera vez a lo que se conocería después como el municipio de Quimbaya. Era un terreno extenso también llamado el plan de La Soledad y en ese momento era jurisdicción de Filandia, localidad a la que muchos lugareños nombraban diferente, como el país europeo. Por eso llama la atención que las piezas de oro eran ofrecidas en venta por el "Catálogo Finlandia" y con ese nombre del sitio de su procedencia (Finlandia, Cauca) fueron exhibidas en España en octubre de 1892 en conmemoración del cuarto centenario del descubrimiento de América.

La segunda vez que se menciona a Quimbaya en la historia, con referencia a la guaquería de piezas arqueológicas, es en el curioso libro de Arango Cardona. Así lo escribe en la página 287:

"...El día cinco de diciembre de 1939 unos guaqueros sacaron el oro de la figura A en la región de Quimbaya (Quimbayá) en una guaca que le dan el nombre de Matecañera". Hay que mencionar que allí aparece también la foto de dicha pieza.

Es de resaltar que este hallazgo de guaquería corresponde a un yacimiento funerario y a unas características de la pieza orfebre que los especialistas en arqueología han ubicado en el llamado Periodo Temprano, datado para una época que parece corresponder al 500 a.C. y que se extiende hasta el año 600 d.C. Es la misma relación histórica para el hallazgo del Tesoro Quimbaya, piezas de oro y cerámica que, por mucho tiempo, también se clasificaron como pertenecientes a un estilo denominado el Clásico Quimbaya.

La guaquería sigue en el protagonismo del municipio de Quimbaya a lo largo del siglo XX. Se recuerdan los saqueos de los años 80 cuando se abren vías nuevas en los accesos desde Montenegro y cuando se amplía la carretera hasta Alcalá (Valle del Cauca). Se habla incluso de hallazgos en plena zona urbana, cuando los trabajos de ingeniería y apertura de las vías comprometen la variante que parte desde la glorieta del cementerio local y que se conecta con la carretera que conduce a Alcalá.

El terremoto de 1999 - como ocurrió en el resto de la región - representó un proceso de reconstrucción que incluyó remoción de tierras en sectores donde se construían nuevos barrios. Así es como aparecen yacimientos arqueológicos en varios puntos. Sus nombres corresponden a El Sueño, donde hoy se levanta el populoso barrio de La Ciudadela. También aparecen vestigios en Agualinda, la Urbanización Nuevo Horizonte, el sitio Villa Sofía (en la vía a Alcalá) y varios sectores de la zona urbana, donde los damnificados reconstruían sus viviendas. En todos los casos hubo acciones de guaquería y no se dieron las más mínimas condiciones para el rescate.

Pero solo fue en el año 2000 cuando sucede la primera acción de rescate arqueológico. En el hoy llamado Instituto Quimbaya aparecieron más de 14 estructuras líticas, que los lugareños llaman regularmente las "tumbas de cancel". Es ahora el único de dos yacimientos de este tipo que se conserva en el departamento, pues en el mismo año apareció otro conjunto de estructuras líticas en el barrio Montevideo Central de Armenia.

En el mes de agosto de 2021 aparece otro vestigio de tumbas de cancel, asociada a una gran cámara funeraria, en la vía que conduce a la partida de La Española. Vale la pena mencionar que, por primera vez, su hallazgo fue reportado por un ciudadano.

A pesar del pasado de guaquería, el municipio de Quimbaya es el único del departamento que ha demostrado hasta ahora un aceptable nivel de apropiación social de su patrimonio arqueológico. Las siguientes acciones lo demuestran, entre otros hechos comunitarios:

La instalación de Operación P.A.P.A., una entidad que dio vida desde 1967 a lo que hoy se constituye en una de las casas de la cultura más organizadas. En el mismo año comenzó la campaña cívica para la conformación de la muestra de cerámica que se exhibe actualmente.

La exposición de figuras artísticas en acrílico y cemento que representan los poporos, piezas representativas de los pueblos prehispánicos y que eran - todavía lo son en pueblos actuales - necesarios para depositar la cal en polvo para la costumbre del mambeo. Es de destacar el pedestal donde se entroniza la estatua de Bolívar en la plaza principal, donde se grabó la clásica figura del llamado "poporo quimbaya" o de las cuatro esferas.

El rescate del yacimiento en el Instituto Quimbaya y la creación de un colectivo de voluntarios llamado "Tumbas de Cancel", que hoy ha asumido su recuperación y la puesta en valor para convertirlo en un museo de sitio escolar. Dicho colectivo es liderado por la institución educativa y por varios directivos y docentes, entre los cuales se destaca la profesora Marta Lucía Arias Rodríguez.

El empoderamiento actual de la casa de la cultura en un proyecto de ceramoteca para proteger las colecciones de tiestos y fragmentos cerámicos.

La capacitación de Vigías del Patrimonio, con el apoyo de la actual administración municipal.

También desde el compromiso del Colectivo Tumbas de Cancel la Alcaldía y otras instancias, se cuenta con un comité de protección del patrimonio arqueológico sancionado mediante acuerdo del concejo municipal.

Se están creando nuevos murales artísticos, donde aparece una resignificación simbólica de otros poporos, diferentes al clásico de las cuatro esferas y que fue elaborado por el escultor Mario Marín Urrea, hoy entronizado en la glorieta cercana al cementerio local. Esto es importante porque va reflejando en los ciudadanos una apropiación de nuevos símbolos basados en los poporos antropomorfos del Tesoro Quimbaya.

El rescate y la intervención profesional del último yacimiento de tumbas de cancel, por parte de una arqueóloga del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).

Ojalá otras acciones como estas, hoy dadas en protección del Patrimonio Arqueológico de Quimbaya, se extiendan como muestra del interés de instituciones y ciudadanos, a otros frentes del Paisaje Cultural Cafetero, conocido con la sigla PCC de Colombia.

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