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Armenia  |  11 octubre de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Armenia y las reseñas de tres espacios de exhibición arqueológica

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Por Roberto Restrepo Ramírez

La exhibición de muestras arqueológicas en espacios museales, donde el público puede conocer y valorar la herencia cultural de la región comenzó en 1972 con la creación del llamado Museo Arqueológico del Quindío, en la sede del Banco Popular del centro de Armenia. Luego se abrieron otras colecciones institucionales y de planteles educativos en la capital, que han estado regularmente al servicio de determinados segmentos de la población. Entre ellas están el Museo del Oro del Banco de la República y la muestra que se encuentra al interior de la Gobernación y la Asamblea Departamental, para mencionar solo estas dos que han estado abiertas al público en los últimos años.

Ello hace parte fundamental de la estrategia de conocimiento de nuestra historia arqueológica, que debe comenzar con la organización de aquellos lugares de exhibición y su difusión, para lograr que se conviertan esos recintos patrimoniales en eslabones de una cadena, donde se unan la valoración, el aprecio y cuidado de las piezas exhibidas y la preservación de los testimonios que nos dejaron los antiguos pobladores prehispánicos.

En la región ha prevalecido la guaquería. Infortunadamente la mayoría de objetos arqueológicos que allí se custodian tienen esa procedencia de saqueo. De ellos, entonces, no se tiene la más mínima información contextual, aquella que les permite a los profesionales de la arqueología reconstruir los procesos sociales en los que dichos objetos estuvieron inmersos, obtener cronologías y conocer lo inherente a las sociedades que los protagonizaron. No obstante, algunas piezas llaman la atención por sus características de estilo o forma estética, y ellos son aspectos que permiten identificar la pertenencia a determinada región arqueológica o alimentar en los espectadores la lectura interpretativa.

Los recorridos que se hacen en torno de las colecciones - ya sea en el marco de la actividad pedagógica o en la práctica turística - también afianzan el sentido de respeto a los pueblos del pasado y siembra el interés de conocimiento hacia las culturas indígenas del presente.

Museo Quimbaya

Dentro de las instalaciones de un icónico museo, al norte de Armenia, dos espacios de exhibición quedaron en la mente de los visitantes. El Banco de la República había tomado la determinación de constituir uno de sus cinco museos del Oro regionales en el Quindío, en este caso dedicado a las culturas orfebres de la extensa zona arqueológica del centro del país. Desde junio de 1986 comenzó su funcionamiento, con el nombre de Museo Quimbaya. La columna estratigráfica y el diorama fueron dos elementos que impactaron visualmente a los asiduos visitantes de los primeros años de exhibición. La columna estuvo dedicada a la información sobre los estratos geológicos y la periodización cultural de Colombia. El diorama - una reproducción museal que recrea el pasado - fue una representación de un depósito funerario llamado "tumba de pozo con cámara lateral" por los arqueólogos. Allí se apreciaba la tipología funeraria, se veían varias piezas de cerámica con pintura exterior, figuración de restos óseos humanos, y hasta los barrotes de madera que denotaban el acceso a la cámara funeraria. La columna, empotrada en vidrios muy gruesos, estaba al aire libre, sector occidental del Museo. El diorama se encontraba en una de las esquinas del único salón que resguardaba la muestra de oro. Años después, con la reorganización e instalación de un nuevo guion, el conjunto orfebre pasó a otra gran sala, donde se distribuyó en dos secciones que enseñaban la nueva disposición museal, que ilustró a los visitantes sobre los dos períodos del Cauca Medio prehispánico,llamados el Temprano y el Tardío. Con el nuevo montaje, la columna debió suprimirse y el diorama pasó a la nueva sala, dentro del nuevo concepto de guión museográfico. En el año 2019 se cerró temporalmente el Museo del Oro de Armenia para remodelación de su soberbia construcción, un Bien de Interés Cultural nacional de Colombia, levantado por el famoso arquitecto Rogelio Salmona. Sus piezas de oro y cerámica se trasladaron a Bogotá y la información sobre el oro prehispánico se encuentra en el área cultural del Banco de la República del centro de Armenia, donde una exhibición de las culturas orfebres prehispánicas de Colombia aporta una visión más general.

En Bellas Artes

Luego del terremoto de 1999, la colección arqueológica exhibida en el Banco Popular pasó nuevamente a la custodia de su inicial custodio, la que la había conformado desde su creación, la Universidad del Quindío. Se organizó, entonces, un nuevo lugar de exhibición al público en el centro de Armenia, en la esquina del edificio de Bellas Artes. En ese lugar, una extensa colección se resguarda y solo una mínima parte de ella se exhibe. Dos componentes de aquella muestra llaman la atención. La urna de cerámica fitomorfa (representación de fruta o vegetal) que se puede apreciar al interior de una de sus vitrinas. Ha sido esta vasija - con forma exterior que presenta prominencias propias de la guanábana - el símbolo de dicha colección. Se desconoce la procedencia, pero su aspecto nos permite ubicarla dentro de un horizonte de elaboración en el Período Tardío. Durante muchos años la detallábamos por su belleza y eso nos impidió detenernos en un detalle, un agujero que presentaba cerca de la base. Lo primero que pensamos fue que se había fracturado en la acción de guaquería. Detenida la mirada, y viendo a través del agujero hacía el interior de la pieza, se descubrió otro detalle oculto, una pequeña figura modelada en cerámica, con rasgos antropozoomorfos. Una sorpresa, desde la observación minuciosa de una pieza arqueológica, arrojó un dato más sorprendente. En el año 2005, un equipo de restauración que permanecía en Armenia, en recuperación del yacimiento de tumbas de cancel del Instituto Quimbaya, quiso someter a la vasija, en esa parte fragmentada, a un análisis radiológico. Se pudo comprobar que la rotura de la vasija no era reciente, lo que traslada a una hipótesis de rompimiento intencional en la época de su elaboración. Queda el interrogante, en el sentido de indagar si ambas cosas están relacionadas, en el suceso de lo ceremonial: la pieza rota, en la dirección visual de la pequeña figura interior.

Salón Antonio Valencia

Otro hallazgo arqueológico del departamento, ocurrido en la vereda Quebradanegra, municipio de Calarcá permitió poner en custodia una hermosa pieza de cerámica llamada alcarraza. Se determinó su ubicación en la muestra que se exhibe al interior de la Gobernación del Quindío, exactamente dentro de una de las vitrinas del salón Antonio Valencia Mejía, frente al gran mural titulado "La Epopeya del Quindío".

La situación que esto denota es bien importante porque es otra pieza que tiene información contextual, de la gran colección, cuyo origen se remonta a la época posteremoto, cuando debieron decomisar cientos de piezas guaqueadas en el departamento y que se comerciaban en las calles de Armenia. La excavación arqueológica de rescate se hizo en una calle de la vereda de Calarcá en el mes de marzo del año 2000 y estuvo a cargo de profesionales.

Otro aspecto interesante de la Sala de Exhibición Arqueológica de la Universidad del Quindío es el que demuestra la custodia y exhibición de dos urnas funerarias encontradas en rescate de un yacimiento en el sector del barrio Berlín, el 25 de enero de 2000, cuando se cumplía precisamente un año de la tragedia sísmica del Eje Cafetero. Se rescataron en una acción rápida, acometida por profesionales de la arqueología, lo que convierte a este hecho en el otro hecho importante porque hace parte también del material con información contextual arqueológica que se conserva en un museo de Armenia.

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