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Columnistas  |  29 noviembre de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Juan Fernández Cerón

TODA COMUNIDAD, DOCENTE, FAMILIAS, INSTITUCIONES, SOCIEDAD ESTÁN COMPROMETIDAS A FORMAR TALENTOS INTELIGENTES

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Juan Fernández Cerón

Por Juan Fernández Cerón

 

Cuando el ser humano orienta el buen actuar inteligentemente, emplea correctamente todas sus capacidades para llegar al éxito, a la excelencia, da principio al Talento Humano, principio que nos lleva al buen empleo de nuestras destrezas inspiradas en lo social, lo cultural, lo científico y capacidades que exigen acción participativa en determinado contexto. 

Es nuestra inteligencia actuante, que moviliza el conocimiento a la auto-reflexión, a la auto-crítica, a la auto-organización, a re-contextualizar, con el desempeño de nuestro intelecto creativo, imaginario, el asombro. Borges dice; “Es un laberinto inconcebible de lo humano.  

Conocimiento y orden que toma el concepto, la estrategia a usar en diferentes contextos, donde la imaginación, la emoción, actúan en el diario vivir de la complejidad existente, para ser practicados en el campo de la ciencia y el progreso social de la humanidad.

La realidad que vivimos cultural y socialmente, con procesos pasivos de seres, centrados, sometidos a vivir en desigualdad, mediocridad y hasta ignorancia de las condiciones, no integradas a los problemas sociales reales, pero que identifican identidad, que incluyen las verdaderas, preocupaciones éticas, que evolucionan por sí mismas como proceso social. 

El proceso de integridad, autodisciplinario, humano, interdisciplinario, es lo que permite establecer parámetros diferentes entre los humanos, la ciencia y la tecnología, situaciones que abren el camino de lo social, la emoción y lo imaginario para crear. 

Este dia-logos polifónico, es lo que enlaza la ciencia del hombre a las de la naturaleza y lo cultural, razón que lleva a la complejidad cultural social, como sucesos que se dan entre cada uno de ellos y la vida que son los seres humanos. Enlace de lo personal y lo social, lo racional y la razonabilidad para un trabajo creador, estructurado en un proceso sin límites, reflexionado, crítico, no sujetas a informaciones rígidas, generales, definidas de los conceptos.

Establecer y definir modos no es lo más ideal, porque el propósito, es invitar al participante a demostrar el actuar con su saber desde nuestro saber, de nuestra práctica y experiencia cotidiana compleja, para pensar conjuntamente, interactuando, que permita transcender cada saber y desafiando su comportamiento rígido, inflexible, con estrategias conscientes en cualquier campo de desempeño y llegar a una concepción viva de lo cultural y el campo social, que permitan ambular con facilidad para auto-organizar el mundo natural, el mundo humano y el mundo cultural.

Todos vamos construyendo nuestra historia personal desde las experiencias adquiridas, experiencias que van formando nuestra forma de vivir desde el mundo que se ha creado, razón por la cual existen tantos mundos como buenos observadores donde cada uno ve, siente, vive lo que los otros ven, escuchan y viven lo que observan y de la forma como lo vean y escuchen, desde su forma de pensar y reflexionar, se actúa, se acciona.

El mundo familiar, escolar y social están comprometidos en este proceso, al no lograrlos, se puede arruinar la vida de cada ser humano y de sí mismo.

Toda escuela tiene como principio comprobar si sus hijos, estudiantes, ciudadano son creativos, si no son creativos, pensadores, observadores, son comunidades o instituciones que castran la imaginación desde los primeros años de vida, con sus actividades y su organización, por la pasividad o la terrible repetición y reproducción que limita practicar una pedagogía que libere la forma de pensar y ser creativo.

La creatividad se forma y exige lectura, investigación, diálogo tanto del maestro, padre de familia y de ciudadanos, para descubrir valores estimulantes de saber estudiar, de ser hijo y ciudadano, para ir logrando el placer de actuar y pensar libremente.

Esta es la función de ser pedagogo, pedagogo, no solo es el maestro o la escuela, sino todas las personas que conforman una comunidad o una sociedad

Poper, Kunt, Lakatos y otros iniciadores de la auto-organización, manifiestan la necesidad de estimular el pensar con el rol de la ciencia en la aventura disciplinar. 

Un buen uso de estrategias, no puede ser un trabajo como obra determinada, en un proceso de aprendizaje o de investigación. 

El método que lo da nuestro saber, es un proceso de averiguar, investigar estrategias que nos lleven a pensar desde la complejidad a trabajar, desde el mundo y mi mundo, con mirada científica, filosófica y humana, que origine una práctica y experiencia ética, creadora, estética, en el proceso educativo y el actuar social, contextualizando, argumentando con claridad el sentido del trabajo interdisciplinar aplicado en cada contexto del conocimiento, para entender y dar sentido de mundo como constitución política.

La complejidad nos llama a pensar la experiencia humana, buscando la aparición del asombro y equilibrio sobre el conocimiento que se visibiliza detrás de toda filosofía, ideología, de toda ciencia, de toda creencia religiosa, junto con lo humano en el proceso encaminado a vernos a nosotros mismos con nuestros obstáculos y con nuestras posibilidades. 

Los métodos son necesarios, porque son un proceso en dirección de encontrar estrategias orientadoras para un pensar crítico, reflexivo, complejo desde todos los campos necesarios a estudiar.  

Decimos que pensamos, pero, muchas veces no sabemos lo que pensamos.

Educar integralmente, es formar hacia el talento humano y social, fundamental para actuar fuera de cada escuela, sociedad, institución. 

Todo lo humano gira a su alrededor para llegar a fomentar y vivir en el actual mundo cambiante, razón que nos obliga a buscarlo y crearlo, formarlo, concretamente hay que educar, no para obtener buenos resultados, estilo icfes, pisa o estadístico, para justificar proceder educativo, sino cambios estructurales, de comportamiento, científicos, sociales, de progreso fuera de cada escuela.   

Como seres humanos inteligentes, debemos entender, admirar y desear ser y tener un excelente talento.  

Tener talento es ser inteligente, actuante, que resuelve situaciones, que van a dar respuestas positivas a las crisis de cada contexto, buscando el éxito y el progreso personal, de avance del conocimiento y el cambio social con eficacia.   

Es cierto que hay muchos talentos: científicos, musicales, deportivos, artísticos, etc., con capacidades especiales. 

Einstein, se autoformó con gran genialidad y fue un gran científico que aportó con su sabiduría al progreso del mundo, pero fue un mal bailarín, y un pésimo violinista. Esa es la vida.  

Hay que desarrollar la inteligencia generadora, creadora que poseemos y desarrollamos todos, porque es la que ordena y controla el talento, porque es la guía práctica que guía nuestra vida, dirige nuestros proyectos, emociones, éxitos y fracasos, es la que orienta la acción y se enfrenta a lo más complejo.  

Los problemas teóricos, prácticos y la experiencia existen. El teórico resuelve problemas y se vuele repetitivo, lo hace la matemática y lo científico por concepto como solución. Lo teórico, no resuelve cuando se conoce la solución, se resuelve cuando se actúa, realiza la solución en la práctica y la experiencia, es ir de la teoría a la práctica y a la experiencia aplicada en contextos diferentes.   

La práctica y experiencia es compleja, entra en crisis, sacrificio al enfrentarse a los problemas y dificultades divergentes de los saberes acabados, rígidos, los deseos, las dudas, el miedo, lo esperado, los intereses.  

El interactuar, el dia-logos, es buscar derrotar esos miedos, esas dudas, esos intereses, por eso es que trabajar en conjunto es difícil, hasta no llegar a lo concreto, real y bien concebido.

La motivación es fundamental para aprender, el gran problema es ¿cómo me puedo motivar a sí mismo para motivar a los demás? 

No hacer circular los saberes, la cultura y lo social, integrados en el actuar y aplicar, nos conduce a no aprehenderlos, no desaprenderlos y no reaprenderlos. 

La meta del talento humano inteligente, es orientar correctamente el comportamiento y proceder, aceptando y aprovechando la capacidad de asimilar, elaborar y producir creatividad. Lo fundamental es el actuar desde la práctica y la experiencia para la vida social y científica, trabajo y oficio del conocimiento en acción.  

No se vaya a mal interpretar que se está desconociendo o rechazando lo teórico, no se piensa de la nada, es una actividad como comportamiento humano inteligente que orienta la acción, lo que aplica en busca de cambios trascendentales, con sacrificio, voluntad, compromiso, confianza, amor en sus capacidades, con el buen uso que se haga de la inteligencia. 

Cuantos seres humanos inteligentes se han desorientado, descarriado por no saber utilizar su intelecto.

Cuando la inteligencia dirige el buen accionar, que permite hacer uso de las capacidades de cada uno y cuando se logra la excelencia, triunfa y da origen al TALENTO HUMANO. 

Talento que nos va a permitir despertar y hacer uso correcto de las destrezas, aprovechar todos los recursos tanto sociales, culturales, científicos y capacidades que van a llevarnos a la acción de una feliz convivencia en cada contexto.

El mundo es crisis, complejidad, crisis y complejidad que es real, de no serlo, no se tendría en que pensar, sobraría la inteligencia, el talento humano. Tiene que existir la causa cuestionadora para que la inteligencia obre, piense, imagine, cree y establezca senderos, para que   nuestro talento sueñe y divulgue la crisis y obstáculos, buscando caminos reales de argumentación de nuestra confusión y posiblemente de nuestra incapacidad al no ser pensadas. 

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