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Cultura  |  13 diciembre de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Encuentro personal con “Volver la vista atrás”, de JGV

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Mi declaración de ignorancia, sorpresa, orgullo y regocijo,

al disfrutar la producción literaria del escritor y novelista Juan Gabriel Vásquez (JGV).

Por: Pedro Pablo Poveda Orjuela. [email protected]

Diciembre 6 de 2021.

 

“Yo también nací en el 53
Y jamás le tuve miedo a vivir
Me subí de un salto en primer tren
Hay que ver, en todo he sido aprendiz.

 

No me pesa lo vivido
Me mata la estupidez
De enterrar un fin de siglo
Distinto del que soñé…”

 

Composición de Andrés Molina. Interpretación: Ana Belén. Arreglo: Víctor Manuel y Andrés Molina.

https://www.youtube.com/watch?v=stgsjhT1K14

 

 

El final del año 2021 me ha traído con su sino y azar, el reencuentro con la literatura y la lectura dedicada, bajo las velas y el navío de un grupo genial de contertulios muy cercanos al Gran Viejo Caldas, que definen sus encuentros semanales a partir de la selección de obras de reconocidos escritores.

En esta primera semana de diciembre tuve la grata sorpresa de conocer y disfrutar “Volver la vista atrás”, una “novela de ficción sin episodios imaginarios o inventados, pero si modelados a partir de una materia existente, según JGV”. Esta obra se caracteriza por el rigor, la investigación etnográfica y periodística de historias de vida, el drama, los perfiles sicológicos, grabaciones, entrevistas en profundidad, y todo el arte mayor del lenguaje, la trama y el oficio serio de indagar y escribir, que Juan Gabriel Vásquez publicó en el año 2020 bajo pandemia, luego de siete y más años de concepción, trabajo de campo, epifanía, alumbramiento y edición.

La obra de JGV nos permite abordar bajo una perspectiva imparcial, honesta, intimista y muy profunda, el retrato de episodios y odiseas de dos generaciones en la vida del Director y Cineasta Sergio Cabrera, de su padre, el Actor y Poeta Fausto Cabrera, y de sus familias. (La novela inicia con la frase “Según me lo contó el mismo, Sergio Cabrera…”)

Esta visión particular y personal, bajo la pluma honesta y magistral de Juan Gabriel, que debe hacer honor y justicia a la “ética de la palabra recordada” desde las historias de sus personajes entrevistados, permite trascender y proyectar el contexto familiar, al nivel universal de la odisea de las generaciones, de los hombres y de las mujeres que desde 1953, desde la Guerra Civil Española, y también desde mucho antes… hasta hoy, han apostado sus proyectos de vida por la justicia social, la equidad, y la esperanza de un mundo mejor. De todos aquellos a quienes “les mata la estupidez, de haber enterrado un fin de siglo, distinto del que pudieron haber soñado”.

Debo decir que mis compromisos laborales y pedagógicos no justifican el desconocimiento de la obra y trayectoria de desarrollos y reconocimientos de JGV, quien además de ser un ciudadano del universo con experiencias de vida en París, Barcelona y Árdenas, ha tenido una carrera brillante, con honores otorgados desde muchas latitudes:

Premio Nacional de Periodismo en el 2007 y el 2012,

Alfagura 2011,

Roger Caillois 2012,

Gregor von Rezzori 2013,

Bienal de Novela Mario Vargas Llosa 2014, 2016 y 2021,

Premio Literario Internacional IMPAC de Dublín 2014,

Premio Real Academia Española (RAE) 2014,

Le Prix Carbet des Lycéens 2016,

Chevalier de l'Ordre des Arts et des Lettres, Francia, 2016,

Casa de América Latina de Portugal, 2016,

Casino da Póvoa 2018,

Cruz Oficial de la Orden de Isabel la Católica, España, 2018.

Premio International Booker 2019, entre otros.

“Volver la vista atrás” (Frase que es también parte de un verso de Antonio Machado en Proverbios y Cantares XXIX: “Y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”…), se ha estructurado bajo los bloques de la historia de vida de Fausto Cabrera, con sus dos exilios en Colombia y en China, y de Sergio Fausto Cabrera Cárdenas, en Colombia, China y España, excluyendo su periodo de estudios de Dirección de Cine en Inglaterra.

Estas historias de vida se entrecruzan dentro de un discurso narrativo, histórico, artístico y poético, que tiene lugar bajo la interacción con sus esposas, madres e hijos, dando énfasis a las caracterizaciones de Luz Helena Cárdenas, esposa de Fausto, Marianella Cabrera Cárdenas, hermana de Sergio, y Silvia Jardim, esposa de Sergio… símbolos de fuerza, voluntad, sensibilidad, valor, abnegación y autenticidad.

Los ejes del tiempo se entrecruzan en los hitos de las historias de vida de Sergio y Fausto, con el momento en que Sergio y su hijo Raúl se encuentran con motivo de la retrospectiva que una Filmoteca de Barcelona hace de la obra del Cineasta, coincidiendo con su crisis en la relación de pareja con Silvia, y con la muerte y el sepelio de Fausto, su padre. Este es el punto de corte y el presente que define Juan Gabriel, para el desarrollo temporal y la arquitectura en tres partes de la obra, cuya técnica y proceso de construcción hacen que en este caso “el narrador desaparezca, y la novela se cuente sola, buscando que en cada momento se miren las cosas desde los ojos de cada uno de los personajes, y que no intervenga o se perciba el juicio moral o el punto de vista del autor”.

En una entrevista realizada desde la Universidad del Valle y dirigida por Darío Henao Restrepo en el año 2015, 5 años antes de la publicación de “Volver la vista atrás”, Juan Gabriel planteó lo siguiente:

 

“Mis novelas pueden tener el privilegio de contar la historia con otro lente y otra perspectiva… Me importa mucho el lado íntimo y familiar, el lado privado, moral o emocional, contando la historia y sus episodios con una leve distorsión, que permite entregarnos una interpretación única, en la que se tiene en cuenta el pasado que no está muerto y vive con nosotros, como lo dice Faulkner, “El pasado no está muerto”, y sigue presente en nuestras vidas privadas, con todas sus implicaciones (tanto el pasado nuestro, como el pasado público)”. “La novela que habla de la historia o episodios conocidos debe tener un solo requisito o mandamiento, no ser redundante con lo que ya nos cuentan los documentos y registros históricos: La única razón de ser de la novela es contar lo que solo la novela nos puede decir… Reflejar el alma”

https://www.youtube.com/watch?v=98CTG_7VAXI

 

En Marzo de 2021, en una entrevista que Yolanda Ruiz realizó a Marianella Cabrera Cárdenas, puede apreciarse que esta perspectiva se aplica con plenitud, sensibilidad, poética y ética de la palabra recordada, en la producción de la novela que nos ocupa:

“Yo misma me aterré de cómo en la primera hora en que conversé con Juan Gabriel entramos en una armonía natural”… “Cuando abordé la lectura del libro antes de su publicación, pude apreciar que Juan Gabriel le dio sentimientos a los recuerdos, y prácticamente lloré durante todo el proceso de lectura, porque una cosa es vivir los hechos como protagonista, y otra ver desde una perspectiva imparcial que no juzga ni alaba, la historia de una niña de 14 a 17 años, que entrega su vida con la convicción plena de querer cambiar el mundo por el pueblo y por un mejor mañana, y que se encuentra con la derrota y la caída de este mundo ideal que se quería construir… la historia de una niña que sufre la decepción de encontrarse en el horror y en el laberinto de la guerrilla”…

https://www.youtube.com/watch?v=UQwLjnpb85I

 

La capacidad narrativa, el conocimiento del cine - arte y el estilo impecable de JGV hicieron también, que su libro, fruto de siete años de trabajo y de décadas de vida desde la perspectiva de los hechos históricos, fuera leído y disfrutado por mí, prácticamente de un solo jalón durante 12 horas seguidas de concentración. Hoy tengo registrados en la lista de libros para las próximas semanas tres de sus obras previas: Historia secreta de Costaguana, El ruido de las cosas al caer, y La forma de las ruinas. Esta es mi invitación.

 

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